Desde hace un año en la calle Ramón y Cajal existe una nueva modalidad de gimnasio. La popular cadena Fightland, con varios centros de entrenamiento en Madrid, decidió expandirse hacia el norte y abrió su primer negocio en A Coruña.
¿Cuál es su peculiaridad? Que su especialidad es el boxeo. De hecho, es el lugar ideal para aprender las nociones básicas de este deporte. Hablamos con su responsable sobre la historia de este gimnasio y sus características particulares.
El origen de un gran club
El primer gimnasio de Fightland se fundó en el 2014 en Chamberí por César Barbosa y José Luis Serrano, dos exluchadores que buscaban implantar un concepto novedoso de club de boxeo, desechando el contacto físico. En el gremio no confiaron en que esta iniciativa tuviese éxito, pero hoy cuentan ya con siete locales.
El primero en crearse fuera de Madrid fue el de A Coruña, que está dirigido por Carlos Álvarez, nacido en Monforte de Lemos. "Estuve 13 años en Madrid y 15 años haciendo boxeo. Por motivos de horario, me apunté a Fightland y, al año, estaba trabajando con ellos", cuenta Carlos.
Tras realizar un estudio de mercado, sus jefes decidieron plantearle a Carlos que dirigiese su primer centro en Galicia. "Estaban entre A Coruña y Vigo. Son ciudades con una alta densidad de población. Finalmente, fue A Coruña porque se ajustaba más a nuestro público objetivo", cuenta.
Cómo son los entrenamientos
Fightland "no es una cadena low cost, pero tampoco es low quality", señala Carlos Álvarez. "Nuestros precios no son para todos los bolsillos, pero, a cambio, nuestro cliente recibe un entrenamiento totalmente personalizado", afirma.
En Fightland se ofrecen clases dirigidas de una hora para un máximo de 40 personas y con uno o dos monitores en función de la afluencia. En su establecimiento de Ramón y Cajal, de 500 metros cuadrados, pueden dar cabida a un gran número de alumnos.
Las clases incluyen una gran variedad de ejercicios individuales y en parejas. Todo ello está apoyado en unas instalaciones completísimas y en el asesoramiento personal de los monitores. De 8.00 a 22.00 horas hay clases de boxeo. Además, a la semana también hay unas franjas horarias en las que se puede hacer entrenamientos libres, sin monitor. No hay separación de alumnos por niveles, pero sí por edades, con clases para niños dos días a la semana.
Eso sí, quien se apunte ha de saber que no va a hacer otra cosa que no sea pegarle al saco. "Hacemos boxeo inglés, que es el clásico, pero sin contacto. Buscamos la especialización de nuestros clientes".
Tarifas por clases
Las tarifas para abonarse a Fightland Coruña son por horas de clase semanales. "Las más habituales son las de 2 o 3 días, pero también hay mucha gente que coge el bono de 10 clases y se las distribuye como quiera", señala Carlos Álvarez.
También existe la posibilidad de contratar clases particulares para una, dos o tres personas. "También es posible hacer team building con empresas", señala Carlos. Además, con el primer pago se regalan unos guantes para los entrenamientos.
Primer año: en constante ascenso
Cuando Fightland se instaló en A Coruña tanto Carlos como sus superiores tenían claro que no iba a seguir el ritmo de otros centros en Madrid. Aún así, en apenas 12 meses están cerca de los 400 abonados y la cifra continúa aumentando.
"La gente que viene suele quedarse. Salen contentos de entrenar y nadie se aburre o se queja de que no le prestan atención. Además, las instalaciones son muy modernas y nuevas", afirma Carlos. El abono más demandado es el de 2 y 3 días, aunque también hay mucha gente que acude a clases sueltas con el bono de 10 sesiones.
Unas instalaciones de nivel
Las instalaciones situadas en Ramón y Cajal cuentan con un espacio de 500 metros cuadrados totalmente dedicados a la práctica del boxeo. "Apostamos por encontrar un local amplio. Podríamos haber ido más hacia el centro, pero no hay sitios de este tamaño", cuenta Carlos.
No hay pesas ni cintas de correr. En su lugar hay cuerdas, sacos y hasta un cuadrilátero. "Creemos en la especialización. Hoy en día vas a un gimnasio cualquiera y tienes de todo: sala de fitness, aulas para clases… Elegir uno de esos centros en lugar de uno como este es como pasar del colegio al instituto. Los profesores, en este caso monitores, ya no te hacen caso. Nosotros intentamos tener un trato directo con el alumno y ser una referencia", cuenta Carlos.
Otros gimnasios de boxeo
En A Coruña hay otras propuestas similares. Se trata de gimnasios especializados en el boxeo como Azteca Box o Fight Factory. "La gente del boxeo somos muy pocos y nos conocemos todos", afirma Carlos Álvarez. "Esos son gimnasios más tradicionales, en los que mucha gente entrena para competir. Aquí no. Buscamos gente que quiera aprender a boxear para pasar un buen rato y ponerse como una bestia físicamente", cuenta.
Carlos señala que el resto de personas vinculadas a su gremio en la ciudad son "grandes profesionales" y cree que buscan "un público muy diferente". "Hay gente que no quiere irse para casa con un golpe o dolor de cabeza. Aquí, como no hay contacto, eso no va a pasar", sentencia.