La asociación ecologista Arco Iris notificó este viernes la presencia de tres reses muertas que fueron arrojadas en un afluente de río Coroño, próximo a un punto de captación de agua para consumo de la traída de Boiro (A Coruña).

La asociación explica que el ganadero arrojó un total de tres vacas, y que una de ellas todavía permanece allí en avanzado estado de descomposición. También recuerdan que esta persona ya tenía antecedentes previos por "maltrato animal". Ante la denuncia por parte de Arco Iris, la Xunta ha señalado que ya tiene constancia de la situación y que el propietario ya está identificado. El dueño todavía no ha dado respuesta y se espera que asuma la retirada del animal.

Aún así, las vacas de esta explotación se encuentran en régimen de semilibertad, todas identificadas con sus correspondientes crotales, según añaden los ecologistas quienes, a su vez, recriminan que el Ayuntamiento de Boiro y el de Seprona no tomaran medidas después de exponerles los hechos, a pesar de que recuerdan que existen protocolos para la retirada y gestión de los restos animales.

Llegados a este punto, la asociación acusa al presunto culpable de "un delito contra el medio ambiente y la salud pública" por la presencia de estos animales muertos cerca del punto de captación de agua que será consumida posteriormente. Por ello, han exigido a la Consellería de Medio Rural y a la Mesa de Coordinación y Control de la Cadena Alimentaria de Galicia la apertura del correspondiente expediente informativo, "la imposición de las máximas sanciones" a que hubiera lugar y la inmediata retirada de las vacas del curso fluvial afectado.