La Confederación Intersindical Galega (CIG) realizó protestas en las siete ciudades gallegas para mostrar su rechazo al segundo acuerdo firmado por el Gobierno español, la patronal, CCOO y UGT para la prórroga de los ERTE mientras sigan en vigencia las reformas laborales, de las pensiones y de la negociación colectiva o de los recortes en las prestaciones por desempleo y los servicios públicos. El sindicato considera que este acuerdo convalidado hoy en el Congreso de los Diputados supone "ahondar en el abuso patronal" y un "enorme" prejuicio para los trabajadores.

"Que en este acuerdo se siga manteniendo la reforma laboral, teniendo en cuenta la evolución de la crisis social y económica derivada de la pandemia, genera las condiciones perfectas para que estes ERTE terminen en despidos. No derrogar cuando menos los artículos de la reforma laboral que siguen dejando en exclusiva en manos de las empresas las decisiones de los despidos permite que Alcoa o BorgWarner puedan ejecutar sus planes de cierres y deslocalizaciones con total facilidad", advirtió el secretario general de la CIG, Paulo Carril.

Este acuerdo también provoca que las personas despedidas desde el 14 de marzo sigan en el desempleo y sin el "contador a cero" del paro que están consumiendo, según denuncia el sindicato en una nota. Carril indicó que se están restando fondos aportados por los trabajadores de la Seguridad Social, el SEPE y del Fogasa para financiar la exoneración de las cuotas empresariales pactadas, al mismo tiempo que se incrementa el gasto público sin iniciar una política fiscal progresista ni medidas para redistribuir las partidas presupuestarias, lo que genera que la crisis "la volvamos a pagar la clase trabajadora y las mayorías sociales".

El secretario general de la CIG considera insuficiente el Ingreso Mínimo Vital para solucionar situaciones de exclusión social y garantizar salarios dignos. Carril aseguró que el acuerdo no permite una recuperación económica "justa" ni resuelve los problemas de la crisis industrial y social que "padecía" Galicia.

La CIG considera "lamentable" que UGT y CCOO apoyen el acuerdo "en un momento económico y social tan duro" en el que la reforma laboral del PP sigue vigente y "sin perspectivas" de ser abolida.