La semana pasada, unos vándalos destrozaron el cruceiro que simboliza el hermanamiento entre Galicia y Madrid. Se trataba de una obra donada por el Centro Gallego en 1982 y que se situaba en la plaza Jacinto Benavente, a escasos metros del icónico teatro Calderón.

Siete días después, los máximos mandatarios de ambas regiones han denunciado en sus redes sociales lo ocurrido. Comenzó Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. "Se empieza por lugares de culto, por atacar valores y sensibilidades, y se sigue así. Este delito debe investigarse y poner a los culpables ante la ley", afirma la dirigente del PP.

Poco después, su homólogo en Galicia, Alberto Núñez Feijóo, le respondía también a través de Twitter. En su mensaje el presidente de la Xunta explica que su administración volverá a regalar otro "símbolo" a Madrid. "Ningún acto vandálico podrá romper los profundos y sólidos vínculos que nos unen", afirma Feijóo.

Sin precisar si se tratará de un nuevo cruceiro, el presidente de la Xunta ha señalado que será "un nuevo símbolo de nuestra cohesión, aún más resistente y duradero". De este modo, se restauraría un símbolo de agradecimiento por la acogida histórica de gallegos en Madrid.

Este monumento tenía representada la imagen del Apóstol Santiago, junto a Cristo crucificado y María y el niño Jesús. Fue la Asociación en Defensa del Patrimonio Histórico de Madrid la que denunció el pasado fin de semana los hechos.