La primavera trae a Galicia mucho más que buen tiempo o flores. Muchas especies animales regresan a "casa" durante estas semanas. La píllara de la duna es una de ellas. Aunque no se la considera un ave migratoria al uso, se desplaza hacia la costa portuguesa cada año. Y cada mes de marzo vuelve a las playas gallegas para criar a sus polluelos. El delegado de la Sociedade Galega de Historia Natural en Ferrol, Xan Rodríguez, explica cómo es el pájaro que elige Galicia para veranear y advierte del peligro que corre debido a la actividad humana y la masificación de los arenales.
La píllara de las dunas o charadrius alexandrinus es una especie común en muchos lugares del planeta. Es conocido como chorlito alejandrino en México, frailecillo blanco en Cuba o playero corredor en República Dominicana, por citar algunos ejemplos. Pero, ¿qué tienen en común estos rincones con Galicia? La playa. Y es que no solo los humanos tienen debilidad por el sol, la arena y el mar. Esta especie no solo elige asentarse junto a la orilla, sino que lo necesita para sobrevivir.
"Ocupan a zona que vai desde o límite da marea ata o alto da duna para criar", explica Xan Rodríguez. Las píllaras no hacen nidos tradicionales, matiza el experto en Historia Natural: "Poñen os ovos nun pequeno cunco de area". Los arenales gallegas son uno de los lugares de puesta preferidos de esta especie: "Hai niños en praias salvaxes, como as de Ferrolterra, e en outras que son urbanas, como as de Arousa".
Estas comarcas son precisamente dos de los puntos donde más ejemplares de píllara se pueden ver, pero su presencia se da en toda la costa gallega. "O límite norte é A Frouxeira (Valdoviño) e segue ata Portugal. O que pasa é que non ocupa todas as praias que serían idóneas para criar. Vai saltándoas", explica Rodríguez.
El delegado de la Sociedade Galega de Historia Natural aclara que no hay una explicación sobre la elección de los arenales por parte de esta especie. Lo que sí se sabe es por qué siempre vuelve a los mismos lugares: "Presenta unha filopatría. Esto significa que tende a voltar ás praias onde nace. É moi importante que teñan éxito de cría porque é unha certa garantía de que voltarán".
Una especie en peligro
El éxito de supervivencia de los polluelos es complicado para la píllara. "O período de cría vai de marzo a agosto. Coincide co periodo de uso das praias, que no caso das de Ferrolterra é practicamente todo o ano. Hai un conflito de interese do uso de esa banda de costa", explica Xan Rodríguez. El ser humano es el principal peligro para esta especie.
"Nos anos sesenta, cando se puxo de moda ir á praia, se deu esta colisión de intereses. Antes esta especie non tiña máis problema que os predadores naturais. Hoxe en día por unha parte está o uso humano das praias e, polo outro, a subida do nivel do mar, que é paulatino pero implacable", expone el delegado. El resultado es que la píllara pierde terreno donde poner sus huevos y debe hacer frente a las amenazas del ser humano en el espacio que le queda.
La supervivencia se complica si se tiene en cuenta el tiempo que debe pasar desde que la píllara pone sus huevos hasta que las crías logran volar. Al período de incubación de 24 días se le añaden otras 28 jornadas hasta que pueden alzarse por sí solas. "É un período suficientemente longo para poñelos en perigo porque ao non poder voar a baza que xogan é a camuflaxe. Se ven algunha amenaza póusanse na area e se camuflan moi ben. Pero unha persoa paseando podería pisalos ou un can os podería atopar. Un dos problemas que hai en moitas praias é que se limpa con maquinaria pesada. Entón un tractor de limpeza podería aplastalos", explica el experto.
La situación es complicada. Estas aves suelen poner tres huevos y, aunque cada hembra repita varias puestas, en Galicia solo consiguen volar 0,6 crías por nido, explica un artículo de la clínica naronesa Cristina Veterinarios: "Para que la píllara no desaparezca se necesita que nazcan entre 1 y 1,5 pollos volados por pareja y año". Una cifra que dista de la realidad.
Y no es que a la píllara le falten ganas o estrategias para sobrevivir. "Cando saen os poliños e empeza ese período de 28 días, o macho queda na zona e a femia se despraza a outra praia e intenta criar con outro macho. É unha adaptación evolutiva. Así multiplica as posibilidades tanto territorias como xenéticas", explica Rodríguez. Esta técnica es habitual en aves con períodos largos de incubación, matiza.
Sobre si esta especie se puede considerar en peligro de extinción en Galicia, desde la SGHN lo tienen claro. Sí, así lo demuestran los censos: "Antes había píllaras ata en Ortegal e agora solo chegan ata Frouxeira. Se deu un retroceso". En el caso de Ferrolterra, la píllara llegó a desaparecer durante algunos años.
Esta realidad se repite en toda la península, donde las zonas de cría han disminuido "por razóns que non se saben con exactitude". Uno de las pocas certezas sobre los motivos de su desaparición paulatina en la comunidad y en Portugal se remonta al año 2002: el Prestige. "Se sospeita que o petróleo pudo afectar á alimentación da píllara", cuenta Xan Rodríguez.
Cómo podemos proteger a la píllara
Aunque los datos son pesimistas, hay razones para mantener la esperanza. Xan Rodríguez pone el ejemplo de una hembra a la que han bautizado como "Campiona" porque lleva años de cría con éxito. El plan de protección que la Xunta de Galicia puso en marcha en 2015 tiene mucho que ver con la recuperación de la especie en nuestras playas. "Probablemente se non houbera este plan, estariamos manexando números bastante máis desfavorables", comenta.
¿Cómo funciona el plan de protección? En primer lugar, se intenta detectar la presencia de píllara en las playas a través de agentes ambientales o voluntarios. "Unha vez que se localiza unha parella se fai un seguemento e se intenta localizar o niño. Cando está localizado se coloca unha especie de xaulón formado por paos e unha rede para evitar que os predadores podan comerse os ovos ou levarse os poliños", explican desde la SGHN.
Existe también un procedimiento para salvar los huevos de su otro enemigo. "O mar pode desprazar os ovos. Cando se detecta esta situación, se procura recollelos e incubalos nun centro de recuperación. Se saen adiante, se devolven á praia de orixe", explica Rodríguez.
Por otra parte, el delegado de la Sociedade Galega de Historia Natural en Ferrol habla del papel de los ayuntamientos en la supervivencia de la especie: "Hai que evitar limpar as algas das praias ou polo menos deixar un mínimo porque lle estamos quitando a alimentación. En non solo á píllara, senón a outros organismos que dependen das algas". Uno de los datos positivos que destaca el experto es que "se está conseguindo que os Concellos non metan maquinaria ou o fagan de maneira controlada".
Todos podemos ayudar a salvar a la píllara de las dunas. De nuestro comportamiento en los arenales depende que el verano que viene esta especie vuelva a visitarnos. Xan Rodríguez da tres pautas básicas: acatar la prohibición de llevar perros a la playa, evitar colocar la toalla en las dunas y respetar las zonas señalizadas de cría.
El mensaje de la Sociedade Galega de Historia Natural está claro: "Hai que darse conta de que o único momento e lugar onde pode sobrevivir esta especie son estas praias. Nos pode dar un pouco igual poñer a toalla noutro lugar. O que para nós é unha pequena molestia, para elas é unha cuestión de supervivencia".