Galicia es una de las regiones en España más afectadas por la despoblación, sobre todo en las provincias interiores de Lugo y Ourense. La comunidad cuenta con un total de 8.131 municipios, 36 de los cuales cuentan con menos de 1.000 habitantes en sus fronteras locales.
La comunidad está sufriendo un saldo vegetativo negativo histórico, a medida que muchos de estos municipios fantasmas se transforman en lugares donde apenas hay niños y cada vez la población es más envejecida. Ourense es la provincia donde se acumulan la mayoría de los ayuntamientos con población menor a 1.000 habitantes, 8 de ellos no llegan a los 500 habitantes. Es también el territorio gallego que sufre un mayor número de desplazamientos en proporción a su población.
Los cinco pueblos con menor población de Galicia son por este orden: Negreira (Lugo), con 232 habitantes, A Teixeira (Ourense), con 336 vecinos; Beade (Ourense), con 379; Larouco (Ourense), donde en el 2021 vivían 427 personas y Chandexa de Queixa (Ourense) con 482 habitantes.
Peor saldo vegetativo desde que hay registros
El saldo vegetativo por lo general en la comunidad ha sido negativo desde hace años, en parte por los fenómenos demográficos del siglo pasado, que entra la guerra y sus consecuencias económicas produjeron éxodos masivos de gallegos tanto al exterior como a las capitales de España. Sin embargo, de acuerdo con los datos publicados por el Instituto Español de Estadística (INE) el 2021 se saldó con el peor resultado desde que empezaron los registros en 1975.
En total, Galicia tuvo el pasado año 18.057 muertes más que nacimientos gallegos. El resultado es similar al del año 2020 e ilustra simultáneamente el impacto que la pandemia tuvo en nuestra comunidad, así como la poca natalidad que hay entre los gallegos. La falta de servicios y comunicaciones hace que muchos de los que nacen en ciertas partes del territorio decidan mudarse a sitios donde vayan a tener mejores oportunidades. Galicia siempre ha sido una comunidad con una población muy dispersa, donde, en lugar de estar concentrada en núcleos urbanos, los habitantes se concentraban en aldeas, donde se dedicaban a actividades del sector primario, como la agricultura o la ganadería.
Muchas de estas aldeas han desaparecido en los últimos años, dejando núcleos completamente deshabitados, hasta el punto que muchos de estos conjuntos poblaciones se han llegado incluso a poner a la venta por unos 400.000 euros, como este ducado cerca de Viveiro que llamó la atención de medios de Luxemburgo. En el año 2021, un total de 2.105 núcleos de habitantes en Galicia, incluidas parroquias y núcleos diseminados registraron un total de 0 habitantes.
La mayoría de los núcleos abandonados se concentra especialmente en el norte de Galicia, en las sierras de A Coruña y Lugo. Es un fenómeno que lleva ocurriendo varios años, y en la última década es la zona que acumula un mayor número de aldeas fantasma.
De ahí nace que por ejemplo, la mayoría de la población joven se concentre sobre el trazado de la autopista AP-9, la vía troncal del país que conecta Vigo con A Coruña. La capacidad de poder usar esta infraestructura para desplazarse a las ciudades más pobladas de la región, mueve a los vecinos de estos pueblos fantasmas a mudarse por estas zonas.
De hecho, curiosamente, el mapa de la población gallega coincide también con la capacidad de conexión al 5G. En este medio ya analizamos el nivel de aislamientos que existe en las provincias gallegas, y de nuevo Lugo y Ourense se muestran como las más vulnerables.