El juicio más grande de la historia de Galicia llegó a fin el pasado jueves 27 de julio. 10 meses de procedimiento, unos 100 tomos de expedientes, 700 participantes y 3.655 días después del accidente que terminó con la vida de 80 personas e hirió a 145 más, la causa por el siniestro de tren en Angrois el 24 de julio de 2013 ha quedado vista para sentencia.
En estos últimos meses la jueza Elena Fernández Currás, del juzgado penal número 2 de Santiago, ha sido la encargada de supervisar el juicio en el Edificio CINC de la Cidade da Cultura de Galicia. Durante este tiempo ha visto pasar a víctimas y familiares, ha escuchado a decenas de peritos y testigos el día del accidente, así como a ambos acusados. Estos han sido algunos de los momentos claves de la causa:
Agresión a Cortabitarte
El momento más tenso del juicio se vivió el mismo primer día. Aunque dentro de la sala se realizaba un mero trámite de cuestiones previas que se centró sobre todo en actualizar los datos de los afectados y sus familias, varios de los cuáles habían fallecido durante los nueve años previos de instrucción del caso, a las afueras los ánimos de víctimas y sus allegados se iban calentando.
Y es que los familiares no habían visto entrar al ex dirigente de seguridad de Adif, que entró por una puerta secundaria, así que en el momento de su salida del juicio fue cuando comenzaron a increparle. A gritos de asesino y en medio de una tormenta de abogados, medios de comunicación y policías, uno de ellos aprovechó para golpear al acusado, causando que se desequilibrase y tuviese que ser asistido por sus abogados. El incidente provocó un refuerzo de la seguridad en el entorno y el retraso de la declaración de Cortabitarte una semana.
Hablan los acusados
Al segundo día de juicio comenzaron las intervenciones de los acusados. El primero en declarar ante la jueza fue el maquinista, Francisco José Garzón Amo, que podría enfrentarse a dos años de cárcel y la inhabilitación de su oficio, del que ya está jubilado. Su comparecencia fue emocional, en ocasiones tuvo que parar para poder evitar que se le cayesen las lágrimas mientras narraba lo sucedido la noche del 24 de julio de 2013.
Ante la jueza afirmó que no existía señalización que le obligase a bajar la velocidad al acercarse a la curva de A Grandeira y que tenía muy poca experiencia entrando por esa vía a la estación de Santiago de Compostela. Garzón volvió a pedir perdón a las víctimas. "Me reitero en que las víctimas me perdonen. Pero fue un accidente, no pude evitarlo", señaló.
Algo más beligerante fue la declaración de Andrés Cortabitarte, ex dirigente de seguridad de Adif. Retrasada casi una semana por la agresión el primer día, acabó declarando el 13 de octubre de 2022. En su intervención negó que sus responsabilidades como titular del departamento de seguridad consistirán en algo más que firmar los certificados de puesta en marcha de la línea. En su lugar, se dedicó a poner toda la responsabilidad sobre el maquinista.
"Lo que es impensable es que alguien, en el sitio más importante de una línea, como en A Grandeira, esté diciendo ‘estoy bien, estoy bien’ pero estoy distraído hablando al teléfono. El maquinista ha estado hablando 100 segundo en el sitio más importante de la línea", dijo en su declaración. "Empezó a frenar a los 100 segundos , si hubiese frenado 4 segundos antes no estaríamos aquí. Estamos aquí por cuatro segundos".
La llamada
Esa llamada a la que hizo referencia Cortabitarte es una de las piezas centrales de la causa. La defensa del maquinista afirma que este estaba autorizada a cogerla, ya que el uso del teléfono corporativo no estaba regulado en ese sentido, pero que provocó una "pérdida de consciencia situacional". Adif, por su parte, argumenta que fue un comportamiento "anómalo, insólito e irresponsable".
La persona que llamó al conductor fue el interventor, Antón Martín Mugarán. En su declaración en el juicio el empleado de Renfe negó considerarse "responsable" del accidente, hay que desconocía en el punto del trayecto en el que se encontraba el tren, uno de los más críticos de la vía Ourense- Santiago. "Si hubiera sabido lo que iba a pasar no la [llamada] habría hecho, era el más interesado porque iba en el tren", explicó ante la jueza.
Declaración de los peritos
Los peritos han sido claves en la instrucción y valoración de este caso, cada uno de ellos declarando cuál consideraban la causa del accidente: si el exceso de velocidad, el comportamiento del maquinista, o la deficiente seguridad de la línea. Entre las intervenciones técnicas más destacadas las más importantes han sido la del experto ferroviario de la Unión Europea, Christopher Carr, cuya declaración duró más de ocho horas; y la del perito que salió designado por sorteo y por tanto considerado como más "independiente", César Mariñas.
La de Carr fue particularmente determinante para las víctimas sobre todo, que se han amparado en resoluciones de la UE para afirmar que España no condujo una investigación independiente del caso. El ex jefe del departamento de seguridad de la Agencia Ferroviaria Europea habló extensamente sobre la necesidad de que la curva estuviese cubierta por el sistema ERTMS, un control de seguridad automático de la velocidad. "No sé cómo se concluyó que el riesgo era aceptable", llegó a decir el británico sobre la decisión de dejar el control de velocidad en manos exclusivamente del maquinista.
Por su parte César Mariñas habló durante siete horas sobre la infraestructura de la línea así como la razón detrás del siniestro en A Grandeira. El técnico defendió ante la jueza que Adif tendría que haber hecho una mejor evaluación de riesgo, centrándose en especial en el cambio brusco de velocidad de 200 km/h a 80 en el entorno de Angrois. “Cuesta entender que algo tan grande como Adif no detectara el riesgo”, llegó a decir.
Comienzan a declarar las víctimas
Quizás una de las jornadas más complicadas de todo el juicio fue el inicio de la fase civil. En febrero las primeras víctimas comenzaron a contar lo que habían vivido la noche del 24 de julio de 2013 y las consecuencias que el siniestro había tenido en su vida. Personas llegadas desde Madrid o gallegos que regresaban esa noche en tren fueron pasando ante la jueza Fernández Currás con sus historias haciendo que en ocasiones esta misma se emocionase.
Con tantos testigos y tantos recuerdos es imposible destacar unas narraciones por encima de otras. Casi todas hablan del silencio en el vagón tras el accidente, un "silencio de muerte" como llegó a calificar una afectada. Numerosos testimonios recogían que pensaban que el tren era un método "seguro" para viajar y que desde entonces no han podido volver a viajar sin ese miedo o aprehensión a que pasara algo. Sentencia favorable o no, muchos dejaron claro que se trataba de un "daño irreparable" vivido hace diez años.
Peleas por las indemnizaciones entre aseguradoras
Ya en la fase civil del juicio fue cuando se comenzaron a ver los primeros roces entre las diferentes aseguradoras, notablemente QBE, que cubre a Renfe, y Allianz Global, la de Adif. Los abogados que representan a ambas firmas cuestionaron a las víctimas sobre sus secuelas para determinar la cuantía de su indemnización.
En jeugo están los más de 51 millones que piden los afectados por el accidente y los familiares de los fallecidos. Con todo, a la hora de cuestionar las experiencias individuales los abogados entraron en detalles sobre los daños físicos y psicológicos, llegando incluso a aportar datos que, en apariencia, eran sacados de las redes sociales y no constaban en la causa.
La acción les valió la reprimenda de la magistrada Fernández Currás, que les insistió que se ciñeran a lo que constaba en la causa, y dirigió preguntas a víctimas hacia los forenses evaluadores.
Retirada de la acusación a Cortabitarte por la Fiscalía
El último y quizás más impactante momento del juicio del Alvia llegó hace apenas un mes, con la retirada de la acusación al ex dirigente de Adif por parte de la Fiscalía. La acción le valió la reprimenda de la Plataforma de Víctimas del Alvia 04155, que definieron como parte de un "pacto de la curva" para que nadie del Estado español fuese condenado por lo ocurrido.
En su intervención de presentación del informe final, Mario Piñeiro afirmó que una decisión tomada como "fruto de la meditación". Señaló que en esta tragedia "se confunden las causas con las consecuencias" al reflexionar sobre "cómo se podía evitar el accidente".
El fiscal también hizo referencias al "galimatías jurídico" a la hora de hablar sobre la normativa y las responsabilidades de Adif, y en particular de Andrés Cortabitarte en la seguridad de la vía.