El joven estudiante y futbolista del Córdoba CF de 18 años, Álvaro Prieto, que fue encontrado muerto este lunes entre dos vagones de tren en la estación sevillana de Santa Justa, tiene raíces gallegas. Prieto era de origen ruso y fue adoptado por sus padres Rafael y Julia cuando tenía cuatro años, ambos gallegos y naturales de Lugo, que se establecieron en Córdoba por trabajo, donde construyeron su vida.
El abuelo del fallecido era José María López Díaz, alguien muy conocido en la ciudad de la muralla debido a que fue el fundador de Transportes Lamela. Tras su muerte, ha cogido las riendas José López Arias, tío del joven. Desde la empresa se han mostrado consternados esta mañana por lo ocurrido y fuentes cercanas han declarado que llevan varios días sin comunicarse con el actual responsable, debido a "los duros momentos que está viviendo la familia".
La principal hipótesis que se baraja sobre la causa del fallecimiento es que Álvaro Prieto murió electrocutado, según el resultado preliminar de la autopsia. El cuerpo hallado sin vida presentaba "signos visibles" de haber sido electrocutado el día de su desaparición, el pasado 12 de octubre. Después de cuatro días de búsqueda, el cadáver ha aparecido ayer cuando fue grabado de manera fortuita en un tren en movimiento por las cámaras de RTVE.
Según Renfe, el tren estaba parado desde agosto debido a que sufrió un incidente y el Instituto de Medicina Legal de Sevilla realizará la autopsia al cuerpo del joven este martes para esclarecer las causas de su muerte y esclarecer las incógnitas de la investigación policial tras el hallazgo.
Asimismo, el tren se trata de una unidad de la serie 449 de media distancia convencional que Renfe usa para trayectos cortos y tan sólo se había movido para unas maniobras de prueba dentro de la estación. Está articulado con bogies compartidos entre dos vagones y sobre uno de ellos es donde apareció el cuerpo. En el espacio exterior de separación entre vagones, hay numerosos cables con corriente eléctrica de 3.000 voltios.