Las quejas por el funcionamiento del transporte público en Galicia son recurrentes, cuando no por su escasez o inexistencia, especialmente en entornos rurales y cuánto más nos alejemos del Eje Atlántico. Por toda Galicia existen iniciativas locales que demandan servicios para mejorar la movilidad de sus habitantes, un problema que afecta a todas las edades pero que se ceba con quienes no disponen de coche privado, un grupo entre los que se encuentra la gente joven que depende de sus familiares o conocidos para desplazarse.
Sara tiene ahora 25 años y creció en la pequeña parroquia de Viós, del Concello de Abegondo, un municipio que pertenece al área metropolitana de A Coruña. Cuando aún iba al colegio "o único autobús que pasaba por diante da miña casa era o do transporte escolar, e xa con moita sorte", relata, que era aprovechado para el transporte de otros vecinos/as. Este modelo se denomina "autobús compartido" y permite emplear las plazas vacantes de los autobuses escolares para el transporte regular de pasajeros.
En el propio municipio, cuenta Sara, sí hay más conexiones de autobús pero "son súper precarias e as máis habituais son coa Coruña". "É chamativo que che poidas conectar máis co exterior ou coa gran cidade que coas parroquias máis cercanas", apunta.
Otro "problema grande" llegó al pasar a la universidad, ya que al no ser una etapa educativa obligatoria no cuenta con transporte habilitado. "Tiñamos problemas serios para poder chegar ata alá. Xurdiu unha iniciativa dun taxi que che recollía na túa casa para ir ata a parada de bus máis cercana, pero non chegou a ningún porto e era bastante aparatoso", detalla.
"Ao que che condena e a sacar o carné aos 18 ou depender da túa familia, tendo en conta que a túa familia xa ten que ter previamente coche e contar cos cartos suficientes para mantelo", añade Sara, que se refiere a un "círculo vicioso" que te mantiene dependiente, también para disfrutar de las opciones de ocio que suelen encontrarse en los grandes núcleos urbanos. "Non podes acceder a ter mellor capital cultural, é o ciclo da clase social na que estás".
"Dependo de miña nai e de meu irmán"
La situación en los años que ha pasado desde que Sara terminarse sus estudios no ha cambiado mucho. Lucas tiene 16 años y vive en Corredoiras, un lugar situado en la parroquia de Ánxeles, en el municipio coruñés de de Boimorto. Él va al instituto a Curtis en un autobús compartido, pero para quedar con sus amigos y amigas depende de su madre o de su hermano.
"Se quero quedar cos meus amigos, como a maoría son da Coruña, teño que depender de miña nai e de meu irmán porque poden conducir. Aquí só pasa un bus para a cidade que vai e volve moi cedo", relata. También tiene la opción de coger el tren en Curtis "pero dependo igual de que me busquen despois alá".
Con todo, asegura que la situación está "normalizada" porque "é o que hai e hai que adapatarse", aunque "estaría mellor que houbese transporte para no depender de ninguén". Por ello, asegura, "quero cumprir 18 para poder conducir", y de hecho es "unha das primeras cousas que vou tentar facer".
César es otro de los jóvenes que vive esta misma situación con el transporte. Él vive en la parroquia de Présaras, en el municipio de Vilasantar (A Coruña). Este año cursa bachillerato y para esa etapa educativa no disponen de transporte escolar para llegar al instituto, para poder hacerlo las familias de los cinco jóvenes que viven en la parroquia aportan una cantidad mensual para que un autobús habilitado por el Concello los pase a buscar.
Para salir con sus amigos, en cambio, "preciso que me leve alguén da casa" al punto de encuentro. Es por eso que César también tiene ganas de poder conducir: "Para quedar cos amigos non hai nada, para o verán que vén quero sacarme o carné de conducir", apunta.
También Roi está "desexando sacar o carnet de conducir" para tener "máis liberdade e non estar pendente dos buses". Este joven tiene ahora 17 años y vive en Bembrive, una parroquia y un concello menor del municipio de Vigo. Su situación es moderadamente mejor al vivir más cerca del núcleo urbano más cercano, sin embargo, asegura que los autobuses pasan "cunha frencuencia bastante alta". "O malo é que che deixan no mesmo sitio, polo que só podes chegar ao mesmo punto e despois ir camiñando ou coller outro bus", detalla.
A media hora andando tiene la opción de coger otros autobuses que conectan con zonas aledañas "e funcionan mellor que o transporte urbano", valora, si bien "son poucos buses para toda a xente que colle esas liñas e tardan moito".
"Hai unha discriminación por orixe"
Por toda Galicia son distintas las iniciativas que se han puesto en marcha para demandar mejores servicios de transporte público, como la Plataforma en Defensa do Tren A Coruña e As Mariñas, que defiende un tren de proximidad que conecte la ciudad herculina con Ferrol "como elemento esencial da mobilidade sostible na comarca", y denuncia "a precariedade da estructura do Ferrocarril, as malas frecuencias, a falta de accesibilidade".
En ese sentido, Iria Méndez, de la Plataforma de Usuarios de Media Distancia de Renfe en Galicia, explica que los "regionales no se han recuperado por completo y no trasvasan a trenes de media distancia", lo que dificulta la movilidad a una población que además se encuentra muy dispersa en el territorio. "Tenemos a mucha gente compartiendo un coche para llegar a Santiago a coger el tren", detalla.
Y es que el territorio gallego cuenta con unas particularidades propias que supone retos a la hora de diseñar las rutas y planificar los servicios, asegura Paulo Ríos Santomé, diputado en el Parlamento gallego por el BNG y portavoz de Mobilidade e Mocidade de la formación.
El nacionalista detalla que "non hai suficientes horarios nin itinerarios" y en el caso de la gente joven "temos unha clara falta de conexión entre as vilas máis rurais, ou ben coas vilas de refencia nas comarcas, ou ben coas cidades, para todo o que ten que ver con ocio. O triste é que a xente nova xa non conta co autobús", detalla.
Además, esas diferencias en el transporte por zonas puede afectar a la igualdad de oportunidades de las chicas y chicos ya que, señala Ríos: "Tal e como está deseñado o transporte público se incurre nunha discriminación por orixe, os mozos e mozas do rural non teñen as mesmas posibilidades que os que viven nas cidades ou vilas máis grandes". Ello se traduce, por ejemplo, en esa dificultad para acceder a la enseñanza superior al no existir transporte escolar para esas etapas educativas.
Asimismo, en los últimos meses se han denunciado casos de jóvenes que tienen que ir de pie en el autobús escolar ante la falta de plazas y frecuencias, con "retrasos sistemáticos en las pardas", tal y como trasladaban desde la Confederación de Anpas Galegas al inicio del curso escolar, y señalaban que el asunto del transporte de la enseñanza no obligatoria "está sin resolver".
Desde el BNG demandan aumentar la flota de autobuses y las frecuencias, pero también diseñar mejor los recorridos atendiendo a la realidad de Galicia. También proponen habilitar un servicio de taxis que funcione y que cubra los recorridos que se encuentren sin opciones, algo que mejoraría también el día a día de las personas mayores.
Para el caso concreto de la gente joven proponen además recuperar propuestas como la del Noitebús de forma generalizada para permitir el transporte de forma segura a las zonas de ocio.