El último invierno climatológico en Galicia, que se cerró con el final del mes de febrero, fue cálido y húmedo, según los datos compartidos este viernes por Meteogalicia, que recogen que la temperatura media fue la cuarta más alta de la serie histórica, iniciada en 1961, y la cantidad de precipitaciones se situó un 18% por encima de lo habitual en este periodo.
Así lo ha apuntado la vicepresidenta segunda en funciones de la Xunta, Ángeles Vázquez, durante una visita que ha realizado a la sede de Meteogalicia en Santiago para hablar del balance climático del invierno, correspondiente a los meses de diciembre, enero y febrero, recoge Europa Press.
De modo global, la conselleira de Medio Ambiente en funciones ha apuntado que enero y febrero fueron meses "especialmente calurosos", lo que situó la temperatura de este invierno -con una media de 10 grados- un grado y medio por encima de la media histórica. Enero fue, de hecho, el primer mes del año más caluroso en 58 años.
La media de las mínimas se situó en 5,2 grados, 1,8 grados por encima de lo habitual en el invierno gallego; y las máximas se ubicaron en 12,7 grados, 1,2 grados por encima de la media. El registro más frío fue el 18 de diciembre en Baltar (Ourense), con -8,1 grados, y el más cálido también en Ourense, en Leiro, con 26,6 grados el 14 de febrero.
Invierno húmedo
En cuanto a las precipitaciones, el invierno fue húmedo, especialmente por el alto volumen de precipitaciones de febrero. En total, se registraron 522 litros por metro cuadrado en datos acumulados, un 18% superior a lo que viene siendo habitual en este período.
Mientras las lluvias de diciembre y enero estuvieron dentro de la normalidad, el mes pasado se caracterizó por precipitaciones muy superiores a la media, de 196 litros por metro cuadrado, un 64% por encima del valor climatológico de esta estación.
a cifra más alta del invierno fue la de la estación de A Muralla, en Lousame, que registró 1.400 litros de lluvia por metro cuadrado. Según han contado los responsables de Meteogalicia, esta situación garantiza las reservas de agua en la comunidad de cara al verano, donde no se prevén "problemas de abastecimiento".
Finalmente, desde Meteogalicia han destacado que durante el invierno pasaron por Galicia siete borrascas, de las que sobresale sobre todo Karlotta, por los fuertes vientos. Esta borrasca causó la racha más fuerte de viento detectada por los sensores de Meteogalicia, de 202,4 kilómetros por hora, en Viveiro (Lugo).