Ingredientes de la queimada gallega.

Ingredientes de la queimada gallega. Shutterstock

Cultura

Seis mitos sobre San Juan en Galicia: Las leyendas más extendidas sobre la noche mágica

Esta celebración de origen pagano todavía conserva muchos ritos y tradiciones que buscan proteger a las personas de los espíritus malignos y atraer la buena suerte

22 junio, 2024 05:00

El culto al sol se remonta a tiempos ancestrales, si bien todavía hoy son muchas las fiestas de origen pagano que se conservan para celebrar el solsticio de verano en distintos lugares de Europa ―como las hogueras en honor al dios guerrero Baal en Irlanda. En lo que respecta a la historia de la noche más mágica del año en Galicia, la cristianizada fiesta de San Juan sustituyó, según apuntan los indicios, a uno de estos cultos solares paganos que en el calendario celta era llamado como el Alban Heurin y que tenía lugar el 21 de junio. En el caso particular de la celebración cristiana, el festejo se convirtió en un ritual de conmemoración al nacimiento de San Juan Bautista, el cual según la Biblia habría nacido el 24 de junio. 

En cualquier caso, la noche de San Juan marca el tan ansiado comienzo de la temporada estival con una celebración repleta de rituales y tradiciones milenarias que tienen como objetivo proteger a la gente de los espíritus malignos. Hechizos de protección, purificación e incluso fertilidad se mantienen vinculados a esta popular Noite de Meigas en una velada llena de embrujo que se replica por todo el territorio y donde las famosas cacharelas (hogueras) son las grandes protagonistas.

Pero, ¿cuáles son las leyendas y mitos más extendidos de San Juan en Galicia? En esta breve guía te desvelamos el origen detrás de los rituales de la buena suerte más conocidos de esta noche mágica. Porque ya conocéis el dicho: Eu non creo nas meigas, pero habelas hainas. 

El fuego y la tradición de saltar las hogueras

Imagen de archivo de una noche de San Juan en A Coruña. Foto: iStock

Imagen de archivo de una noche de San Juan en A Coruña. Foto: iStock iStock

San Juan es también la noche del fuego, un elemento que en esta fecha repleta de embrujo representa a la perfección la purificación. De hecho, de todos cuando ritos asociados a la noche de San Juan existen, el de saltar la hoguera es, con toda probabilidad, uno de los más longevos ―hasta el propio Ovidio lo recogía ya en los Fastos del siglo I, una obra sobre las fiestas y ritos romanos. El culto al sol y a su deidad figurativa se enaltecía antaño encendiendo hogueras, danzando a su alrededor e incluso saltándolas.

El fuego permitía dar luz y liberar a las personas de los maleficios, por ello siempre se ha asociado a la protección contra los espíritus, el mal de ojo y la brujería. En el caso particular de Galicia, saltar la hoguera de San Juan se ha convertido también en un imprescindible. El número de veces varía en función del lugar, por ello en algunos rincones apuntan a que deben ser nueves las veces, mientras otros dicen que tan solo siete, aunque la mayoría coincide en que debería ser un número impar

El agua como elemento mágico 

Fuente de agua en As Ermitas, A Lama. Foto: Terras de Pontevedra

Fuente de agua en As Ermitas, A Lama. Foto: Terras de Pontevedra

Más allá del fuego, la leyenda cuenta que el agua se convierte en uno de los elementos mágicos más destacados de la noche de San Juan. De hecho, incluso se cree que, en función del ritual seguido, esta agua hechizada puede ayudar a curar problemas de la piel, traer mayor salud y hasta conservar la belleza de la juventud. Una de las tradiciones más extendidas en Galicia habla de recoger agua de siete fuentes distintas y dejarla reposar durante la noche al aire libre para que, una vez se haga de día, la persona se lave la cara con este agua purificadora, teniendo cuidado de no mirarse en ningún espejo mientras lo hace.

Por otro lado, en Xavestre (Santiago de Compostela) existe un mito muy particular según el cual si una persona bebe agua que sale de siete o nueve molinos podrá quedar libre de todo embrujamiento; mientras que en la localidad ourensana de Entrimo los habitantes acostumbran a salpicarse agua entre ellos para protegerse durante la noche de San Juan.

Las siete hierbas de San Xoán

Hierbas de San Xoán en una imagen de archivo

Hierbas de San Xoán en una imagen de archivo

El "cacho" de San Juan es otro de los rituales gallegos vinculados al agua que tienen como objetivo proteger de meigas y demonios. Esta actividad hace referencia a las conocidas como As Herbas de San Xoán, una tradición antigua que consiste en recolectar diferentes plantas con propiedades que se ponen a remojo en la noche más mágica del año. Podría decirse que es una versión del rito de las siete fuentes, aunque en este caso la elección de las plantas no se debe sólo a un número sino que es preciso seleccionar una serie de especies concretas.

Es por ello que que en este rito nunca pueden faltar las hierbas de San Juan (para espantar a los demonios), el fiuncho (contra el mal de ojo), la hierba luisa (para los engaños amorosos), la xesta (para alejar las malas energías), el fento (para proteger el hogar), la malva (para ablandar el carácter) y el romero (para purificar el hogar y a las personas). Tras dejarlas a remojo durante toda la noche, el paso final según narra la tradición consiste en lavarse la cara nada más despertarse y regar las huerta con esta suerte de pócima extraída de las plantas. 

El ritual de las nueve olas

Playa de A Lanzada, O Grove/Sanxenxo. Foto: Shutterstock

Playa de A Lanzada, O Grove/Sanxenxo. Foto: Shutterstock

También relacionado con la fuerza del agua, el ritual de las nueve olas conforma una de las leyendas más extendidas de la noche de San Juan. Es bastante habitual vincular este mito de la fertilidad al arenal de la Lanzada (Sanxenxo/O Grove), aunque son varios los puntos de la geografía en los que se hace referencia a una práctica igual o similar.

Cabe destacar que las primeras referencias escritas que aparecen sobre el ritual se remontan a principios del siglo XX, si bien algunos investigadores lo relacionan con un antiguo culto de origen pagano en honor a la diosa Venus, deidad romana del amor, la belleza y la fertilidad. En cualquier caso, la leyenda narra que la mujer que desee quedarse embarazada debe acudir a la playa en la noche del 23 al 24 de junio, alrededor de la media noche, y entrar al agua esperando hasta recibir el golpe a la altura del vientre de nueve olas consecutivas. 

El conjuro y la queimada

Ingredientes de la queimada gallega. Foto: Shutterstock

Ingredientes de la queimada gallega. Foto: Shutterstock Shutterstock

Mouchos, coruxas, sapos e bruxas… Posiblemente no exista en el mundo un conjuro más conocido que el de la queimada gallega, una bebida tradicional que hunde sus raíces alrededor de los siglos XIX o XII, coincidiendo con la construcción de la Catedral de Santiago. Y según apuntan varios expertos, el elemento más mágico de la queimada podría estar inspirado en los esconxuros celtas.

En cualquier caso, esta bebida purificadora para espantar a las meigas está creada a partir de aguardiente, azúcar, piel de limón y unos cuantos granos de café sin moler (al menos en su versión más extendida). Además, mientras la mezcla se va quemando en la penumbra de la noche, resulta de vital importancia recitar al mismo tiempo el famoso conjuro de la queimada, para que, como dicen sus versos, quedar "libres dos males da nosa ialma e de todo embruxamento".

Las sardinas asadas

Plato de sardinas. Foto. Shutterstock

Plato de sardinas. Foto. Shutterstock Shutterstock

Dice el refrán gallego que "por San Xoán a sardiña molla ao pan", y es que este popular pescado es otro de los grandes protagonistas de la noche más mágica del año. Lo cierto es que en Galicia es muy habitual consumir sardinas asadas en San Juan, siendo una de las tradiciones que tacharíamos de imprescindibles en estas fechas. La mayoría de las veces este exquisito plato se sirve acompañado de pan de millo o cachelos, y casi nunca puede faltar una buena cunca de viño para disfrutar al ritmo de la música.

De hecho, cabe destacar que son varias las referencias que hablan de esta ancestral costumbre de comer sardinas durante el solsticio de verano, lo cual tampoco es de extrañar y tendría una explicación muy sencilla, puesto que antaño los alimentos no se podían mantener en buenas condiciones durante mucho tiempo y es sabido que justo al comienzo del verano es cuando la sardina se encuentra en su momento más óptimo para ser capturada y comida.