Miguel López es maestro de Infantil, Inglés y Primaria en el colegio de Las Esclavas desde el 2002. Además de formar a niños de entre 3 y 10 años, también es un tuitero con 130.000 seguidores bajo el hombre de El Hematocrítico. Su irrupción como comentaristas de programas televisivos le ha servido para ganar notoriedad y poder cumplir uno de sus sueños: escribir libros infantiles.
Acaba de publicar Rapunzel con piojos y de aquí a 2021 tiene otros 10 libros programados. Además, da charlas TED, tiene Los Hermanos Podcast junto a Noel Ceballos y participa en el blog Liopardo, de Antena 3. Pese a su apretada agenda, no tiene previsto dejar de hacer ninguna de estas cosas. "Produzco mucho, tengo muchas cosas en la cabeza", admite.
Hablamos con él de sus libros, su vocación de maestro, el origen de su fama en Twitter y hasta de Xulio Ferreiro.
¿Cómo empezó todo?
Con un blog en el 2006 que se llamaba El Hematocrítico. Fue el nombre que había libre. Yo lo quería llamar New kid on the blog, pero ya estaba cogido. No sabía que ese nombre me iba a perseguir. Abrí una cuenta de Twitter con ese nombre y hasta he terminado firmando mis libros así.
¿En qué consistía el blog?
Cada día hacía un post, lo que me ayudó a crear el hábito de escribir con frecuencia en redes. Comentaba algo que me había pasado en el colegio, una noticia curiosa… Después, con Twitter, ya comprendí que los blogs se habían vuelto obsoletos.
¿Cómo te presentas primero? ¿Tuitero, profesor o escritor?
Depende de con quien hable. Cuando me tengo que definir, siempre lo hago primero como maestro y después como humorista y autor. Yo creo que el humor es la trasversal a todo lo que yo hago. Incluso mis clases trato de hacerlas divertidas con los niños. No soy un humorista tradicional, soy algo extraño. No hago monólogos, soy un comentarista en Internet.
¿Te ha pedido algún padre que conoce tu faceta en redes asistir a alguna de tus clases?
No, no (risas). Antes sí que tenía muy diferenciadas las facetas de maestro y de Hematocrítico. Sin embargo, a raíz de comenzar a publicar libros ha sido más difícil y se han acabado diluyendo. Sí que hay padres que leen algo que he escrito en Internet y me las comentan.
¿Cómo fue aquel momento en el que saltaste al estrellato tuitero?
El momento de la explosión. Fue en el año 2011. Tenía la costumbre de comentar los programas con amigos en Twitter. Veíamos programas como Granjero busca esposa y lo comentábamos. Yo usaba con frecuencia la palabra tróspido, que era una muletilla que le había escuchado a un amigo y se había hecho muy popular entre mis amigos.
A la gente le empezó a gustar la palabra, se puso de moda lo de comentar las cosas de la televisión y todo ello fue un bum. Me aumentaron muchísimo los seguidores. Fue un momento muy divertido y lo pasamos muy bien. A mí me sirvió también a nivel profesional, pues me contactaron de Antena 3 para comentar programas como Top Chef.
¿Se puede decir que eres el precursor de los haghtag de programas de televisión?
Efectivamente. Estaba ahí en el momento de esa explosión. Conseguimos hacer un trending topic en los Juegos Olímpicos (#trospidgames) que estuvo por encima del hashtag oficial. También en Eurovision, con #trospidvision. Eso todavía lo hacemos porque la gente se lo toma muy en serio en Twitter. Creo que la fiebre de comentar los programas se ha diluido un poco. La gente ya no está tan motivada.
¿Ya habías escrito o publicado libros antes de hacerte conocido en Twitter?
Prácticamente en la misma época abrí el blog de El Hematocrítico del Arte. Cogía cuadros clásicos y les cambiaba el título. Fue un bum también y una editorial me ofreció publicarlo en formato libro. Tuvo mucho éxito, con siete ediciones. A raíz de eso, me di cuenta de que ya tenía un nombre y podía hacer algo más personal.
Mi ilusión era hacer libros para niños. Soy amigo de Alberto Vázquez, el ilustrador y director de cine coruñés. Es uno de mi pandilla y le propuse hacer algo juntos. Así surgió Feliz Feroz, que fue mi primer cuento infantil. La editorial Anaya se mostró interesada en él y así comenzó mi carrera como autor infantil. Tener un nombre en Twitter ha sido muy importante y me fue de mucha ayuda.
De ahí a Rapunzel con piojos. ¿Cómo está siendo la acogida?
Pues muy bien. Son unos libros que tuvieron mucho éxito. Es una colección de libros para primeros lectores que está ambientada en un bosque en el que viven todos estos personajes de los cuentos populares. Tratamos temas que pueden preocupar a los niños y sus familias, como la identidad o la independencia. Anaya y Xerais, que lo lleva en gallego, han apoyado siempre esta colección, incluyéndola como lectura recomendada en colegios.
También han tenido premios internacionales. Pasa una cosa muy curiosa. En Corea Feliz Feroz es todo un éxito. Lleva 10 ediciones y hasta han hecho una obra de teatro. Por otro lado, empecé a colaborar con la editorial Blackie Books de Barcelona e hice una serie de cuadernos de actividades para niños. Fue muy especial para mí, porque se mezclaron totalmente mis dos facetas. Son actividades que yo hago en clase y aplican el humor. Tuvieron un gran éxito, la verdad.
¿Alguna vez tuviste que leer un libro tuyo a tus alumnos por obligación del plan de estudios?
No, pero sí que lo he hecho. También voy a otros colegios siempre que puedo. También les cuento cuentos que no se han publicado.
¿Te has planteado centrarte en alguno de los dos caminos?
Es una idea que siempre está ahí, pero de momento no me han resultado incompatibles. Mientras pueda mantener este ritmo, quiero seguir escribiendo y siendo maestro.
Además, has sabido mantener tu estatus en Twitter.
Yo ya me veo como una vieja gloria de Twitter. Lo cierto es que siempre trato los temas con cierto respeto, sin meterme con nadie. No tengo miedo por meterme en polémicas pero manteniendo las formas. Es cierto que me gusta ajusticiar, sin llegar a ser un troll.
¿Crees que Twitter se ha vuelto muy tóxico?
Efectivamente. Es un mundo que se ha transformado mucho y es muy difícil, sobre todo para las minorías, que son las más criticadas. Hay bandos y se critican mutuamente. Yo procuro no entrar, porque lo considero peligroso y no me siento con ganas de meterme ahí porque no me identifico con ello.
¿Definirías lo que haces como "activismo tuitero"?
Hay cosas universales, como faltas de respeto a las mujeres, temas con los niños, la caza, las casas de apuestas… que si que entro al trapo porque me preocupan. No entiendo cómo se puede tolerar que un deportista como Rafa Nadal haga publicidad de apuestas con la problemática que hay.
A nivel local también has hecho tus pinitos. Hay gente en María Pita que seguro que se acuerda de ti.
Claro. Por ejemplo, Xulio Ferreiro me parecía un gran personaje cuando era alcalde. Sobre todo me gustaban las iras que provocaba. Me parecía un alcalde decente, que hacía su trabajo, pero que cada cosa que hacía era acribillado por todas partes. Me interesaba eso como situación humorística. Una vez había fotos de vallas caídas por el viento que subían concejalas y le exigían a Ferreiro la dimisión. Era muy gracioso. Yo inventé el hashtag de #xulioferreirodimision porque era lo que le pedían.
Lo último fue lo del maniquí de Xulio en la campaña. Debe de ser una de las cosas más graciosas que vi en política. Es aterrador si lo piensas. Era una cosa tan loca quemucha gente de fuera de A Coruña me preguntaba por ello. Gracias a Twitter he conseguido que gente de fuera conozca a Bea Mato y Rosa Gallego. Humoristas como Facu Díaz, que no tiene nada que ver con Galicia, se hizo súper fan. Al margen de eso, son personas con las que me llevo muy bien. Tenía más problemas con sus hooligans.
¿Se pierde ese componente humorístico con Inés Rey?
Efectivamente. Todo el tema de los orcos, los intrusos… Había más humor. Inés Rey es una política más convencional y digamos que la gente duerme tranquila sin que haya unos usurpadores en María Pita.
¿Sigues algún criterio para seleccionar las noticias que compartes?
En realidad no. Mis seguidores me mandan muchas cosas y básicamente cojo lo que me rebota. No suelo comentar la noticia del día, eso me parece agotador, salvo que lo considere interesante.
También estás metido en las charlas TED.
Hace cinco años contactaron conmigo los chicos de TEDxMadrid. Tenían la idea de que al terminar la jornada de conferencias saliese yo e hiciese un resumen humorístico de las charlas. Tenían esa idea y me pareció al principio una locura. Le di muchas vueltas, le di un formato que pensé que podría funcionar y ahora soy la persona que más charlas TED ha dado en España, con cinco. Y el año que viene, volveré.
¿Utilizas a tus alumnos en esos monólogos?
Son una gran fuente de inspiración. El otro día uno me preguntó si los perros celebraban Halloween. Ya me empecé a imaginar una historia al respecto. Yo siempre digo que el mayor favor que me hacen los niños es que me mantienen despierto todo el día. No te puedes despistar ni un momento. También me ayudan a saber qué chistes les gustan más.