Las olas baten contra San Antón, un castillo fortaleza que fue testigo durante siglos de los episodios más tumultuosos de A Coruña. Vio como los coruñeses, encabezado por María Pita, combatían a Drake; fue el refugio de soldados y también funcionó como prisión.
A finales del XVII San Antón se convirtió en prisión. La lista de presos está llena de nombres extranjeros, pero hay uno que fue el encargado de estrenar los calabozos de San Antón. Se trata del farero de la Torre de Hércules, Antonio Gómez Catoira.
Procurador de la ciudad de A Coruña, Gómez Catoira fue encarcelado por no cumplir el encargado dado por el consulado de los Países Bajos de encender el faro de la Torre, aunque sí cobraba por prestar dichos servicios.
"A este hombre se le encargó encender el faro de la Torre de Hércules y se le culpó (justa o injustamente) de que no hacía su trabajo. Cobraba pero no hacía su trabajo", aseguró Ana Martínez, responsable del Museo Arqueológico de A Coruña Castillo de San Antón, en una entrevista concedida a Quincemil con motivo del 51 aniversario de la inauguración del museo.
Todo se inicia a consecuencia de las quejas municipales coruñesas ante el peligro que supondría la falta de una referencia indicando un puerto seguro. Corría el año 1685 cuando, por iniciativa de Francisco Sandoval y Rojas, II duque de Uceda, se logra la reparación de la Columna de Hércules.
¿En qué consistía dicha reparación? Se trata de perforar las tres bóvedas en que se dividía la torre y situar una escalera interior que alcanzaría la parte más elevada del faro, colocando como remates dos torreones que indicaban la posición de los navegantes.
Fueron los cónsules de Flandes, Inglaterra y los Países Bajos quienes propusieron costear estas mejoras, así como el propio funcionamiento del faro. Esta nueva función de iluminación acarrearía también el paso de un "impuesto de linterna". Dicho impuesto será satisfecho por todos los navegantes que atracasen en cualquier puerto de Galicia y su pago dependería del tonelaje del buque.
Pese a que el duque de Uceda no se mostró muy partidario de esta iniciativa, finalmente en noviembre de 1684 se accedió al cobro propuesto y además se conceden atribuciones a dos hombres de cara al mantenimiento de ese faro.
Encargado de la linterna de la Torre
Por un lado se le encargaría al flamenco Adrián de Roo ser el encargado de garantizar el servicio del faro, mientras que a Antonio Gómez Catoira, procurador de la ciudad, se le otorgan poderes como responsable del cuidado del faro. Sin embargo, Gomez Catoria no habría cumplido su cometido. Habría abandonado sus funciones, pese a recibir un importe económico a cambio de unos servicios que parece que no llegó a cumplir.
Su negligencia los llevo a ser encarcelado en el Castillo de San Antón, que en aquella época funcionaba como prisión provincial. Así, este procurador de A Coruña, se convirtió en uno de los primeros presos en habitar los calabozos de San Antón.