Por Raphael no pasan los años. Con 76 otoños a las espaldas, el cantante de Jaén actuó durante más de dos horas para los miles de admiradores que llenaron el Coliseum. Lo hizo, además, apoyado por la coruñesa orquesta Gaos. Raphael volvió a demostrar porque es una de las grandes voces en español.
Más de veinte canciones interpretó sobre el escenario, sin faltar muchos de sus grandes éxitos. Uno de los primeros en sonar fue Digan lo que digan. No tardó tampoco Mi gran noche. Fue una versión muy moderna, irreconocible por momentos, pero que gustó igual que la original. Raphael también aprovechó las fechas para entonar un villancico navideño.
El cantante se fue dosificando, pues todavía quedaba mucha actuación por delante. Sin embargo, cada vez que podía se echaba un baile para el deleite general. Sus seguidores le recompensaron con sonoras ovaciones y gritos de "artista" y "torero". Otra canción que provocó el delirio fue su célebre Yo soy aquel.
También tuvo tiempo Raphael para hacer versiones de otros artistas, como el Gracias a la vida de Violeta Parra o La quiero a morir, original de Francis Cabrel. Llegó el final y el fin de fiesta fue un auténtico Escándalo. Raphael, que había superado ya las dos horas de actuación, todavía sacó fuerzas para un último baile, mientras el público de las primeras filas se levantaba para acompañarlo.
Como colofón a otra gran noche del cantante andaluz, sonaron Como yo te amo y A mi manera. El artista se despidió ante un Coliseum puesto en pie. Otro gran concierto de Raphael en A Coruña, y van unos cuantos ya.