Javier Barral, natural de A Pobra do Caramiñal, logró ayer el récord de España en la prueba de memorización al conseguir recordar 15.469 decimales del número Pi. El joven, que cumple mañana 26 años, decidió memorizar esa cifra en concreto para despedir los 25 pero también como un homenaje a su tío, que nació el 15 de abril de 1969.
Hay varias maneras de participar en este peculiar reto: por escrito o de forma oral. La segunda de las formas fue la elegida por el gallego, que el pasado domingo a la 17.00 horas se vendó los ojos en el salón de actos de la Casa da Mocidade de A Pobra do Caramiñal y comenzó a recitar las 15.469 cifras del número Pi que memorizó durante el estado de alarma. Su propósito le llevó más de dos horas, pero su fuerza de voluntad lo convirtió en el octavo de Europa y el número 16 del mundo en recordar más decimales del Pi en orden.
"El 28 de marzo, cuando se cumplían dos semanas del confinamiento, buscaba algo que me motivase y me hiciese más amenas las horas que pasaba en casa", explica Barral, que encontró la inspiración en un matemático inglés que había superado los 22.000 decimales. Las marcas más altas en Galicia y España le parecieron asumibles con esfuerzo y tiempo, por lo que decidió comenzar a prepararse para la prueba.
Los trucos de memorización
"Hay trucos genéricos que a mí no me gustan y que no me funcionan, así que lo que utilizaba eran trucos personales. Por ejemplo, me gusta el fútbol y memorizaba secuencias por años en los que el Real Madrid ganó la Champions, pero también según los años de nacimiento de mis abuelos o si había muchos números primos seguidos. A otra persona no le hubiesen servido, pero a mí si", explica Barral. Lo más difícil para el gallego no fue quedarse con las secuencias, sino ponerlas en orden una vez recordados los números.
El joven aprendió una media de 150 números diarios, pero con el paso de los días comenzó a dedicar más tiempo al repaso. "Cuando ya pasé de los 10.000, empecé a dedicarle más tiempo a repasar que a memorizar. Los últimos mil que me aprendí fueron de 100 en 100, porque necesitaba más tiempo para repasar", explica Barral, que trabajaba por objetivos. La memorización es para este joven un pasatiempo, algo que le apasiona desde pequeño: todavía recuerda su lista de clase de 1º de la ESO y cuando era un niño solía pedirle a su tío que le preguntase las alineaciones de los equipos que aparecían en los álbumes de fútbol.
Su próximo reto es más común: preparar unas oposiciones para convertirse en profesor. "Quiero disfrutar de lo que queda de verano. Esta era una manera de despedir los 25, porque mañana cumplo 26 años, y me dije que cuando lo hiciese iba a descansar un poco después de estos meses tan intensos", comenta el joven.