Ella pinta a lo grande. Los muros son sus lienzos. La artista Lula Goce, nacida en Baiona (Pontevedra), da color a medio mundo a través de sus magníficas obras de arte que ocupan los espacios urbanos de grandes y pequeñas ciudades repartidas por la geografía mundial.
Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca y Máster de Creación Artística y Doctorada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, su pasión por el arte urbano le viene desde pequeña, cuando pintaba los murales en clase". Después, ya de adolescente "aprovechaba cualquier ocasión para salir a pintar con amigos en muros deteriorados de fábricas abandonadas", nos confiesa.
Antes de empezar a pintar, siempre pide toda la información posible, tanto visual, como social, como histórica del lugar en el que va a estampar su obra; además de realizar su propia investigación. ¿El resultado? Una auténtica obra de arte que da vida a cualquier barrio.
Acaba de llegar de pintar un mural en Kristianstad, Suecia; y ya tiene la mente puesta en sus siguientes proyectos, que la llevarán a viajar a Bruselas y Estados Unidos.
Una obra artística y urbanística
¿Qué fue lo que te llevó a adentrarte en el mundo del arte urbano?
Siempre me ha gustado pintar en grande, desde pequeña era la que pintaba los murales en clase, ya de adolescente aprovechaba cualquier ocasión para salir a pintar con amigos en muros deteriorados de fábricas abandonadas. Siempre me ha parecido muy interesante el trabajo sobre el espacio como forma de eliminar los soportes móviles convencionales, las intervenciones en espacio público y la pintura directa en espacios urbanos crean una pieza viva, que se transforma con cada espectador. Una intervención pictórica en un espacio público se sirve del propio espacio para generar un
todo. Se convierte en urbanismo.
Has expuesto por todo el mundo, ¿tienes un lugar/ubicación pendiente en la que te gustaría pintar?
África, India, China, Japón, Sudamérica, Australia… El mundo
es tan grande y queda tanto por conocer…
Su proceso de creación
¿Cómo es el proceso de creación que sigues para producir tus obras?
Me gusta saber sobre el lugar al que voy. Siempre pido toda la información posible, tanto visual, como social, como histórica. A parte realizo mi propia investigación sobre el lugar y el espacio en el que voy a intervenir, trabajo directamente sobre una foto del lugar para realizar el boceto. Y siempre intento incluir elementos que estén relacionados con el lugar y con la vida medioambiental del mismo, de manera que la gente pueda sentir una conexión directa con la pieza y se puedan ver reconocidos de alguna manera. Con todo este material realizo el boceto.
¿Qué es lo primero que haces una vez estás frente al mural que vas a pintar?
Lo observo bien para ver todas las muescas y hendiduras que tiene, y trato de visualizar el mural. A partir de ahí realizo el boceto con línea sobre la pared y después empiezo a pintar
¿No sé si podrías decirnos cuantos murales llevas pintados?
No llevo la cuenta la verdad, porque además hay muchas cosas que he pintado que no están publicadas.
¿Cómo suele reaccionar el público al ver tu obra en la calle?
Al principio la gente observa con curiosidad y un poco recelosa, pero a medida que el mural avanza la gente comienza a pararse, a tirar fotos, a felicitarme, y algo que me parece super positivo es que la gente comienza a hablar entre ellos, aún sin conocerse, a compartir acerca de lo que está sucediendo en su barrio y esa es una de las cosas más positivas, la sinergia que se crea en torno al hecho mismo de mejorar el barrio y lo que
se ve en él.
De repente, una pared, un rincón o un solar que pasa desapercibido se convierte en un punto de encuentro para los transeúntes, y ellos son partícipes de ese cambio, de ese resurgimiento.
¿Alguna reacción que te haya quedado en el recuerdo?
Muchísimas. Una niña diciendo a su madre “Mira mamá, es una chica en Vilanova i la Geltrù!”. La última ha sido una mujer musulmana vestida con un Yihad y empujando un carrito de niño que me dijo que yo era una mujer muy muy inteligente, es uno de los piropos que más me han tocado el alma.
El año pasado pintaste el rostro de Isaac Díaz Pardo en un muro de la localidad coruñesa de Sada. ¿Cómo recuerdas esa experiencia?
Una experiencia muy bonita, visité la fábrica de Sargadelos y aprendí mucho sobre la vida de Isaac Diaz Pardo y su relación con Sada. Las vecinas y vecinos venían a contarme historias sobre él, sobre la fábrica, y todo lo que había supuesto para la comunidad.
Una de las obras de mayor repercusión fue el mural que protagoniza la actriz Blanca Suárez, ¿cómo surgió la posibilidad de hacer esta obra de arte?
Fuí contactada para realizar este mural en New Rochelle,
NY por Street Art for Mankind, una ONG que trabaja en contra
del rapto y el maltrato de niños. Encontré por casualidad esta imagen de Blanca que me gustó mucho, contacté con ella a través de un amigo en común y estuvo muy contenta de cederla para el proyecto. A partir de ahí presenté el boceto a la ONG y estuvieron muy contentos con el resultado.
Un mural de 10 plantas
¿Cuál ha sido el mural más grande que has pintado? ¿Y cuánto tiempo te llevo hacerlo?
El de la calle Florida en Vigo ha sido el más alto, con 10 plantas, pero he pintado otros como el de la calle San Gregorio que aún siendo menos plantas la superficie era similar, el Warehouse en Miami…
¿Cuál ha sido el último mural que has hecho? ¿ Y dónde?
El último ha sido en Kristianstad, Suecia.
¿Cuáles son tus proyectos futuros?
El más inminente es en Bruselas, un proyecto para Naciones Unidas, comisariado por Street Art Mankind en octubre. Tengo una exposición colectiva en Berlín y un proyecto para una campaña de concienciación en Manhattan, todos ellos antes de final de año. Aparte de otros proyectos de cara a primavera en EEUU.