Ana Albiol (Valencia, 1987) colgó las brochas y dejó su estudio de maquillaje con una agenda echando humo, repleta de clientas. Vendió sus muebles, aparcó el proyecto de su propia línea de cosmética y se centró en su alma. Necesitaba reencontrarse, reinventarse, hacerse preguntas y escuchar las respuestas. Y así lo hizo, decisión tras decisión, saltando, soltando y confiando. La influencer, con casi 96.000 seguidores en instagram, se mudó a Bali y encontró la calma que necesitaba. De esa paz nace V.I.D.A de un culo inquieto, su primer libro, publicado por la editorial Espasa y que ahora firma por toda la geografía española. 

Segunda edición del libro en menos de dos semanas y todas las firmas en diferentes ciudades española con las entradas agotadas ¿cómo te sientes ante tanto éxito, Ana?

Feliz, pletórica. Estoy asombrada porque si bien pensaba que el libro sería muy bien acogido entre mis seguidoras, mi comunidad, cada día voy recibiendo nuevos lectores, muchos de ellos hombres, algo que me asombra y que me parece muy positivo. Estoy feliz porque lo he conseguido, he conseguido tener aquí a mi libro y eso es brutal. He tocado todos mis sueños y me dan ganas de llorar de pensar en el momento tan bueno que estoy viviendo. 

Este libro está lleno de decisiones vitalmente importantes, de reflexiones sobre el miedo al cambio y al mismo tiempo dices que querer no siempre es poder. Explícanos esto.

A veces nos empeñamos en algo mentalmente y nos damos contra la pared y  es que quizás el plan que teníamos pensado no es el que la vida tiene para ti. A lo largo del viaje de tu vida no siempre vas en la misma dirección y conviene saber que constantemente hay que recalcular ruta sin perder el norte de tu brújula. En este momento yo me encuentro haciendo lo que quiero que es escribir, estar en redes, comunicar, meditar… . Y se que podría haber otros proyectos, pero también que no me quiero volver a meter en esa rueda de producción en la que luego perderé el sentido de lo que hago.

Y en todos esos cambios y decisiones ¿ cuál ha sido la que más te ha costado?

Sin lugar a dudas el momento en que colgué las brochas y dejé mi profesión como maquilladora. En el vídeo que colgué en Youtube puedes ver la cara que tenía, la postura encogida, mi voz, la mirada. Dejé esa profesión cuando tenía mi propio estudio, con un montón de clientas, la agenda llena y a punto de sacar mi propia marca de maquillaje y  al tomar la decisión de dar este cambio me sentí como en el borde del precipicio.

Pero haciendo recuento de nuestra vida, si escribiésemos nuestra biografía todos fliparíamos: todo lo que te has caído, todo lo que te has levantado, tu fortaleza, tu manera de ser, lo que has amado, las decisiones que tomas, las veces que  te han roto el corazón y el comprobar que sigues hacia delante.

 A mi escribir esta memoria de vida me ha reconciliado conmigo misma. Esto soy yo, con mi vida normal y corriente, extraordinaria como todas. Con las decisiones y el cuestionamiento como elemento diferenciador.

Decías recientemente que tenías por norma no dar ningún consejo

Es cierto, no lo hago porque me parece una responsabilidad tremenda. En primer lugar porque te los voy a dar desde mi experiencia, imponiendo sutilmente mi punto de vista y segundo porque yo me he dado cuenta de que todos esos consejos, los más valiosos, estaban dentro de mi, preguntándome qué quería de verdad. Como he dado tantas vueltas sobre mi misma, he encontrado esas respuestas.

Hay que rendirse y reinventarse. No podemos controlarlo todo y hay que saberlo. Tener la humildad de asumir que quizás lo que pensemos para nosotros no sea lo más acertado, que el destino tiene otros planes. Somos una pieza más del juego y a veces forzamos cosas que solo aparecen cuando tienen que aparecer.

Gran parte de tu trabajo está en las redes y es cierto que allí te expones al juicio ajeno todo el tiempo ¿ cómo se gestiona todo eso?

Es tan malo creerse las cosas buenas como creerse las malas. Yo tiendo más a creerme las malas, no te voy a engañar, dicen cien comentarios positivos y no van contigo, pero te escriben uno malo y te enciende la tecla. Somos seres humanos. 

Yo ahora mismo lo llevo muy bien, bloqueo a cualquiera que falte al respeto porque eso no es libertad de expresión y además ahora yo estoy donde quiero estar y viviendo la vida que quiero vivir y estando muy bien conmigo, tranquila, por lo que las críticas me afectan mucho menos.

Además mayoritariamente recibes muy buenas críticas y en tu perfil de Instagram y en las presentaciones no dejan de decirte que les has cambiado la vida

Es impactante pero intento verlo con otra perspectiva. Yo con mi libro cuento mi historia, como si fuese un videojuego en el que yo paso pantallas. Yo te cuento como las he ido pasando, si algún truco te sirve, encantada, pero yo mido mucho el mensaje que doy e intento ser muy agradecida con todo lo bueno que me está pasando, que estoy viviendo como nunca, porque nunca he estado tan presente como en cada una de las firmas que llevo hechas. 

Tengo que decir que si algo bueno tienen las mascarillas es que me permiten centrarme en lo importante, en la mirada, que no engaña y que dice tantas cosas. A mi las firmas, que suelen durar unas cuatro horas , se me pasan como diez minutos, volando, disfruto muchísimo del encuentro, del contacto.

Y ya que estás en Santiago y que en tu libro cuentas este camino de vida ¿ te animarías a peregrinar a Compostela?

Me apetece muchísimo hacer el Camino de Santiago, de hecho, tengo en mente hacerlo dentro de muy poco. Me tiene fascinada el Norte y el carácter de su gente, que son muy de verdad, que si te dan un abrazo es porque lo sienten con el corazón. Me encanta el verde, la montaña pegada a la playa, esto es alucinante.