El sector de la construcción también está obligado a ser sostenible. Así, arquitectos y promotores están investigando más allá del material propio de la era industrial, el cemento, para mirar a las materias primas que tradicionalmente han acompañado a las construcciones de la humanidad, es decir, la madera, la piedra o el adobe. Una recuperación de la sabiduría de la arquitectura vernácula, aquella que nace en cada región para dar respuesta a las necesidades de sus hábitats, donde las pallozas gallegas tienen mucho que decir.
Las pallozas, una edificación sostenible
Este tipo de construcciones destacan por su estructura circular de piedra y su cubierta cónica de paja, una morfología que se “adapta a las necesidades de los habitantes y al medio de forma totalmente armónica”, explica la Palloza Museo Casa do Sesto. Sin embargo, en el tejado es donde se encuentra el elemento más característico: la capa de medio metro de espesor de paja de la techumbre es la que permite mantener constante la temperatura de la vivienda (entre 15º y 18º). Además, es una barrera impermeable y tiene función aislante.
Francisco A. González, doctor en Filosofía y Letras, explica en su trabajo Estudio de las pallozas de la sierra de los Ancares/España, que estas edificaciones son un ejemplo vivo de la arquitectura vernácula porque se construían con los materiales que se tenían a mano y la capacidad técnica de los constructores. “En la sierra de Ancares, como en otras zonas de montaña, hasta hace unos treinta años, solamente se utilizaban los materiales existentes en la zona. El único medio de transporte que se conocía era el carro de bueyes”, cuenta el estudio. Además, el autor ha constatado la diferencia de piedra empleada, de un pueblo a otro, aun cuando la distancia que les separa no es más de ocho o diez kilómetros.
Qué elementos de las pallozas son interesantes
Ignacio Peydro, arquitecto del estudio Dosis, explica a Quincemil que un valor interesante de las pallozas como construcción arquitectónica es la envolvente, que sirve como protección térmica y base estructural. Además, destaca que este soporte se cubre con otra estructura, el techo, “que es muy ligero al tiempo que funciona muy bien como aislante”, explica el arquitecto.
Otro de los elementos a resaltar es el propio interior de la palloza, pues alberga un espacio diáfano, con un volumen de aire muy bueno que permite a los arquitectos realizar distribuciones de hogares muy adaptadas a cada familia. Asimismo, señala que sería interesante conocer en profundidad la división que se hacían en las pallozas entre hogar y trabajo, pues es una realidad que se tuvo que poner en práctica durante la pandemia.
Ya a nivel más general, echar la vista a estructuras del pasado sirve para redescubrir o profundizar en el conocimiento del tipo de materias primas que se utilizaban antes, sobre todo, porque el plástico, el acero o el cemento son materiales que tienen un gran impacto en la producción de CO2. Sin embargo, la madera, la roca, la paja o el adobe, recuerda el arquitecto, son materiales con una huella de carbono mucho más baja. Además, los avances tecnológicos están facilitando su uso en en plano más industrial y a gran escala.
Las galerías de A Coruña, otro elemento a versionar
Dosis ya ha realizado en Galicia un proyecto de rehabilitación que se basó en la sostenibilidad y en el aprendizaje de las edificaciones del pasado. Se trata de la Casa V, una vivienda en el municipio de Oleiros (A Coruña) que se inspiró en las galerías de la ciudad de A Coruña. “Nos llamó la atención el uso de las galerías, que es un sistema de eficiencia energética. Al orientarlas al sur, la radiación solar esta calentado la fachada y almacena la energía solar”, cuenta Peydro.
El resultado es una vivienda que está llena de ventanales para captar la mayor energía solar que, además, están dispuestos en una estructura serpenteante que facilita la captación de calor sin tener las restricciones de la orientación. “Lo que hacemos con el serpenteo de la envolvente es buscar las distintas orientaciones para conseguir el máximo aprovechamiento”.
Cabe mencionar que la Casa V es una rehabilitación de un diseño del reconocido arquitecto coruñes Andrés Fernández-Albalat Lois (1924-2019).