Para entender la historia y el legado de los Figueroistas en Galicia tenemos que remontarnos hasta 1708, año en el que nació, en el seno de una familia pobre, el eclesiástico y político más importante de la Edad Moderna en España, Manuel Ventura Figueroa (Santiago de Compostela, 1708 – Madrid, 1783). Este ilustre compostelano logró convertirse en una de las figuras más relevantes de la esfera política, religiosa y social de la época, siendo recordado todavía por su presencia clave en la negociación del Concordato de Roma de 1753 y por haber alcanzado la presidencia del Consejo de Castilla durante más de una década. 

Con todo, y a pesar de haber logrado todo lo imposible en vida, la figura de Ventura Figueroa trascendió realmente a la historia tras conocerse su última voluntad. Un singular anhelo y petición que tres siglos más tarde de su pensamiento ha logrado mantener vivo el legado de este histórico personaje, convirtiendo a los Figueroistas en uno de los árboles genealógicos más antiguos del mundo así como la fundación más longeva de España. En su testamento, este peculiar gallego dejó explicado a sus diferentes albaceas como debían organizar una fundación, que con un capital inicial de 6.037.040 reales, debía ser capaz de prestar ayudas económicas (en estudios, dotes, etc) a todos los descendientes del mismo que así lo necesitasen. Entre ellos están personajes clave en la historia reciente de Galicia como Álvaro Cunqueiro o Mariano Rajoy.

¿Quién fue Manuel Ventura Figueroa?

Manuel Ventura Figueroa. Foto: Museo Virtual de la USC

Político, jurista y gobernador del Consejo Real de Castilla, Manuel Ventura Figueroa Barreiro nació en el Hospital Real de Santiago de Compostela (actual Hostal de los Reyes Católicos), donde trabajaba su padre como barbero sangrador, un 21 de diciembre del año 1708. A pesar de haber nacido en el seno de una familia humilde, lo cierto es que Ventura Figueroa llegó a formar parte de las más altas esferas jerárquicas de la Iglesia Católica, ejerciendo incluso como Arzobispo de Laodicea (antigua ciudad de Turquía) y como patriarca de las Indias Occidentales, protector del Monasterio del Escorial en Madrid e incluso vicario general de los Ejércitos. Pero, más allá de su extensa trayectoria eclesiástica, la figura de Manuel Ventura Figueroa también destaca por haberse convertido en un personaje de gran relevancia dentro de la vida política de la época, asumiendo con el paso del tiempo el cargo de gobernador del Consejo y la Cámara de Castilla como hombre de plena confianza del Rey Carlos III. En otros ámbitos, también se le reconoce el haber sido uno de los fundadores del Banco de San Carlos, considerado la entidad predecesora del actual Banco de España. 

Tras haber escalado todas las esferas sociales, políticas y religiosas de la época; y después de haberse labrado una brillante carrera, el personaje omnipresente de Ventura Figueroa llegó a convertirse en una autoridad de suma relevancia en el porvenir de todas aquellas personas supeditadas a la Corona de Castilla. Según se sabe, fue él quien en 1753 negoció el Concordato con la Santa Sede en Roma (sin duda el más importante de la Historia moderna española por conceder el patronato regio universal sobre toda la Iglesia española); quien apoyó con firmeza la expulsión de los jesuitas de España en 1767 y el mismo que dedicó parte de su tiempo y fortuna a la construcción de carreteras, asilos y escuelas de uso público. De hecho, podría decirse también que este ilustre compostelano fue uno de los pioneros en la creación de las "becas matrimoniales", una especie de dote económico para contribuir al casamiento de las mujeres pobres. 

Sin embargo, tal y como adelantamos unas líneas más arriba, la figura de Ventura Figueroa se hizo eterna tras conocerse su última voluntad: la creación de una fundación que amparase económicamente a su familia y descendientes a la hora de cursar estudios, conceder dotes y todo tipo de ayudas. Una fundación que inició su actividad tan sólo un año más tarde de su muerte (en 1783), llegando a alcanzar una gran relevancia en Galicia y que todavía hoy mantiene su labor activa en la prestación de ayudas y a través de la organización de encuentros entre los descendientes del gallego que dirigió España en el siglo XVIII. 

Los Figueroistas y su fundación

Monumento a Manuel Ventura Figueroa. Foto: Compostela Verde

En su voluntad de crear una fundación para la salvaguarda de descendientes, Ventura Figueroa dejó claras algunas de las pautas más importantes a seguir para su ejecución. Al parecer, entre ellas, los parientes huérfanos tendrían prioridad sobre el resto, así como también las personas más menesterosas (de las parroquias de sus abuelos) aunque no fuesen familiares, y siempre y cuando esto fuese posible. Y es que a lo largo de tres siglos, la fundación del clan de los Figueroistas ha sufrido grandes altibajos que han hecho peligrar su existencia, llegando a tener sus fondos casi al cero en varias ocasiones. Incluso durante el siglo XX se mantuvo en manos del Estado hasta que en 1995 se hizo efectivo su traspaso a Galicia. 

En su historia más reciente, al menos hasta hace poco más de una década, el patrimonio de la fundación había logrado engrosarse hasta alcanzar los 1,5 millones de euros. En la actualidad, bajo la tutela de la Xunta de Galicia, el patronato de la fundación presidido por el conselleiro de Educación en activo busca aunar a políticos, cargos universitarios y figueroistas. Lo más curioso de todo es que existe un cribado interno que trata de encontrar al tronco central de todos los figueroistas vivos, es decir, el conocido como "patrón de sangre" y esclarecer si los aspirantes a las becas de la fundación son realmente parientes de Ventura Figueroa a través del entronque entre el antiquísimo árbol genealógico con las partidas de nacimiento de abuelos, bisabuelos y tatarabuelos. 

Como sacerdote que era, el propio Ventura Figueroa no tuvo descendencia oficial. Los figueroistas son en realidad los descendientes de sus parientes: para ello hay que demostrar que uno desciende de los cuatro abuelos o los ocho bisabuelos de Ventura Figueroa. Ese es el motivo por el que los extensos árboles genealógicos de la Fundación comienzan décadas antes del nacimiento de Ventura Figueroa: a mediados del siglo XVII.

Las familias figueroistas más famosas

Pedro Campos, Manel Loureiro, Álvaro Cunqueiro y Olga Brey (Madre de Mariano Rajoy)

Desde Galicia a las Antípodas, en la actualidad son muchos los Figueroistas que ensalzan la trayectoria de una de las personalidades gallegas más influyentes de la Edad Moderna. Lo cierto es que el mayor número de descendientes de Manuel Ventura Figueroa se concentran en la zona de Pontevedra, si bien el legado familiar de la estirpe más antigua del mundo se encuentra repartido por todo el mundo, con un gran número de clanes en lugares como España y Latinoamérica. Y no hablamos de poco, sino de alrededor de 9.000 integrantes entre los que se también destacan algunos personajes de gran notoriedad

De hecho, entre los Figueroistas más famosos beneficiarios de las becas puestas en marcha por el arzobispo de Laodicea se encuentran escritores de renombre como Álvaro Cunqueiro o el contemporáneo Manel Loureiro; historiadores como Filgueira Valdere; el regatista Pedro Campos (amigo y anfitrión del Rey Emérito en Sanxenxo) por vía de su padre Marcial Campos Fariña; intelectuales galleguistas históricos como Fermín Bouza-Brey o incluso el expresidente del gobierno Mariano Rajoy Brey, por vía de su madre Olga Brey, que pudo realizar sus estudios gracias a la Fundación.