El verde y azul de Galicia no serían los mismos sin la lluvia. La comunidad gallega se caracteriza por su riqueza paisajística, condicionada en gran medida por los días que llueve cada año: este 2023, sin ir más lejos, llovió durante un mes seguido, cuatro semanas en las que hubo varias alertas por temporal.

Galicia tiene, además, una gran riqueza lingüística. El gallego cuenta con una amplia variedad de términos para denominar la lluvia según la forma en la que cae o de si va acompañada de viento o nieve, así como según la zona geográfica en la que se use.

La catedrática de Filología en la Universidad de Santiago de Compostela, Elvira Fidalgo, descubrió que en gallego existen 61 palabras que significan lluvia y más de un centenar para decir que llueve. Un descubrimiento que realizó mediante encuestas en Galicia, así como en los núcleos de Asturias, León y Zamora en los que se habla gallego.

Múltiples formas de denominar la choiva

Chuvia o choiva hacen referencia a este fenómeno atmosférico tan común en Galicia. Y aunque estas son dos de las formas más habituales de denominar las precipitaciones, existen muchas otras recogidas por la Real Academia Galega.

Así, la lluvia congelada que cae en forma de granos más o menos grandes se denomina saraiba, mientras que si es intensa, comienza de forma súbita acompañada de viento y dura poco tiempo se usa treboada. Estos son algunos de los términos utilizados para denominar la lluvia:

  • Lluvia suave: babuxa, babuña, barbaña, barbuza, barrallo, barrufa, barruñeira, barruzo, breca, chuvisca, froallo, lapiñeira, mexadeira, orballo, parrumada, patiñeira, poalla, poalleira, zarzallo…
  • Lluvia fuerte: arroiada, diluvio, dioivo…
  • Lluvia con viento fuerte y gélido: xistra, brea, cifra, ciobra, rebelaxe…
  • Tormenta: treboada, torboada, torbón, trebón, tromba o tromba de agua…
  • Granizo: graínzo, pedra, pedrazo, salpedrés, sarabia…
  • Aguanieve: auganeve, torba…
  • Nieve y viento fuerte: cebrisca, cebrina, zarracina…
  • Con niebla: borraxeira, neboeira, neboeiro, fuscallo…

Con tantos nombres para denominar este fenómeno atmosférico que hacen que Galicia sea como es, lo mejor es esperar a que escampe en un lugar cubierto para no quedar "como un pito". Y es que si "chove a caldeiros", es fácil empaparse antes de que llegue a amizar, delampar, escambrar, estear o estiñar (sinónimos que indican que la lluvia ha parado).