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Al suroeste de la provincia de A Coruña, la comarca do Barbanza emerge como un territorio de contrastes fascinantes que logra combinar la fuerza indómita de la Costa da Morte y la serenidad de las Rías Baixas. Este geodestino gallego atrapado entre el mar y la montaña se extiende por un paisaje de leyenda coronado por la sierra que separa las rías de Arousa y Muros e Noia. Sus riquezas naturales, culturales e históricas convierten a este lugar en un destino único repleto de secretos y tesoros por descubrir. 

En lo que respecta al ámbito arqueológico, la costa do Barbanza presume de enclaves tan espectaculares como el de Castro de Baroña, en Ribera, convertido en uno de los asentamientos arqueológicos de la Edad de Hierro más importantes de Galicia. Sin embargo, en el área más septentrional de la ría de Arousa, la tranquila localidad de Boiro esconde entre sus límites un yacimiento arqueológico tan desconocido como impresionante. Un tesoro aún más enigmático que se enmarca en un lugar privilegiado de Cespón, sobre una pequeña península con unas vistas inigualables al Atlántico. 

Hablamos de los castros de Punta Neixón, dos asentamientos milenarios cuyos vestigios guardan el eco de las civilizaciones antiguas. Sus restos, ubicados a pocos metros sobre el nivel del mar en la ensenada que dibujan los ríos Grande y Beluso, son una ventana al pasado más remoto de la comarca.

Además, dicho conjunto arqueológico está considerado uno de los más antiguos de la cultura castrexa, datados de los siglos VI y V a.C., y sigue siendo hoy por hoy un punto clave para aquellos que desean sumergirse en la historia oculta de O Barbanza y la Mancomunidad de Arousa Norte. 

Una joya oculta en Punta Neixón

Castro Pequeno de Neixón. Turismo de Galicia null Boiro

Los castros de Neixón constituyen uno de los complejos arqueológicos más emblemáticos de Arousa Norte: un enclave verde absolutamente mágico cuya extensión abarca alrededor de 10 hectáreas de terreno, parcialmente musealizado, en el que destacan dos yacimientos muy próximos entre sí: el Castro Pequeño y el Castro Grande de Neixón, declarados en su conjunto como Bien de Interés Cultural ya en el año 2011

El primero de ellos, el de Castro Pequeño, es el más próximo al mar, enclavado a apenas unos ocho metros de altitud. También se trata del más antiguo, pues sus vestigios sugieren una ocupación que se remonta a finales de la Edad de Bronce y se extiende hasta la segunda Edad del Hierro, entre el siglo VIII y IV a.C aproximadamente. Es precisamente en este último período cuando se cree que el asentamiento fue abandonado, lo que dio paso a la construcción de lo que hoy conocemos como Castro Grande.

Este segundo castro se localiza a 24 metros de altitud, unos 300 metros al norte del yacimiento de Castro Pequeño, y presenta unos niveles de ocupación que van desde el siglo IV a.C al siglo IV d.C.  Llama la atención que el conjunto está delimitado por un sofisticado sistema defensivo que consta de distintos elementos como un foso de más de tres metros de profundidad y varios terraplenes que separan el recinto del promontorio marítimo. 

Gracias en parte a su situación estratégica y privilegiada, los Castros de Neixón gozaron de una ocupación prolongada a lo largo del tiempo, llegando a convertirse en un importante emporio comercial. De hecho, se sabe con certeza que este rincón de la actual comarca do Barbanza fue antaño el escenario de todo tipo de intercambios de productos y producciones autóctonas por mercancías llegadas por vía marítima desde los pueblos del Mediterráneo. Es también probable que, al igual que sucedía en el cercano Castro de Baroña, los habitantes de este asentamiento prehistórico se valiesen de los recursos agrícolas y marinos para subsistir, aprovechando sus ingenios para sacar el máximo partido a la riqueza natural que les rodeaba. 

Naturaleza e historia en Boiro

Recreación de cabañas castrexas Centro Arqueolóxico do Barbanza null Boiro

El conjunto arqueológico de Punta Neixón ha sido objeto de diversas excavaciones a lo largo del siglo XX y principios del XXI, con intervenciones destacadas en 1920, 1970 y 2008. Cada una de las citadas campañas ha permitido a los expertos revelar nuevos secretos sobre los antiguos pobladores de este enclave y su conexión directa con el mundo mediterráneo. En la década de los años setenta, por ejemplo, se hallaron aríbalos griegos que confirmaron los contactos comerciales de estos asentamientos con las civilizaciones mediterráneas. 

Otros trabajos en la zona también sacaron a la luz fragmentos de recipientes de vidrio púnicos, de los siglos V-IV a.C., junto con una variada colección de cerámicas púnicas, itálicas y tardorromanas. En las excavaciones más recientes también se pudo localizar un vertedero que contenía restos de piezas de diferentes orígenes, destacando un conjunto de cerámica castrexa excepcionalmente conservado que proporciona una valioso muestra de la segunda fase de esta cultura prehistórica en las Rías Baixas, que abarca desde los siglos IV a II a.C. 

Además, desde el año 2002 el entorno de Punta Neixón también acoge en sus inmediaciones el Centro Arqueológico del Barbanza. Esta suerte de espacio museístico permite a los visitantes adentrarse en el patrimonio arqueológico y turístico de esta comarca coruñesa, así como completar la visita a los castros boirenses a través de las exposiciones permanentes del centro, las cuales revelan información de interés sobre la historia, el modo de vida y la relevancia de este enclave gallego en épocas como el Neolítico, la Edad de Bronce o la Edad de Hierro.