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Elo significa eslabón en gallego, es decir, cada enlace que conforma una cadena. Y si de alguna forma se mantiene un idioma en pie, no es otra que transmitiéndolo de persona a persona, como una cadena.

Este es el pretexto con el que nacía, en 2021 y en el concello de Santiago de  Compostela, el programa Elos: ayudar los unos a los otros a aprender y mantener vivo el gallego a través de parejas lingüísticas.  

¿En qué consiste ser parella lingüística?  

La mejor forma de aprender un idioma es escucharlo y hablarlo. Por eso, el programa Elos organiza parejas lingüísticas para hablar en gallego, conformadas por una persona galegofalante y otra que quiera aprender el idioma de nuestra comunidad.

Nace de una necesidad latente en el Departamento de Lingua del concello de complementar los obradoiros (cursos) de acogida lingüística, unos cursos de gallego básicos destinados a personas de fuera de la comunidad. "A xente comentaba que facía o curso e, mentres, algo aprendía; pero que cando o remataba non tiña xente na súa contorna con quen practicalo. Entón volvían aos dous anos e non se acordaban de nada", explica Tono Formoso, uno de los coordinadores del programa. "Nun deses cursos, falando disto, fixemos un exercicio na clase que consistía en crear unha campaña para ese suposto novo programa de parellas lingüísticas", cuenta. Entonces, probaron a ejecutarlo. 

"É difícil cando eres de fóra que che falen galego porque a xente ve que teño un acento, entón contéstanme en castelán cando intento falar galego. Así que inscribinme fai uns meses para mellorar"

Nathalie Ramírez, francesa participante en el programa Elos

Pero luego, el programa Elos pasó las fronteras del alumnado de los cursos. "Hai xente que non ten que ver cos obradoiros e que se apunta", explica Formoso. De hecho, hay personas participando desde Alemania, Irlanda, Chile, Estados Unidos, Andalucía o Valencia, cuenta.

Y es que las parellas lingüísticas pueden quedar online, presencialmente en Santiago de Compostela (la ideal y la más demandada) y/o de forma híbrida. Este último caso suele darse cuando una pareja, aún estando en Santiago, no tiene disponibilidad de vez en cuando para quedar de manera presencial o está algún tiempo lejos de la capital gallega.

Desde su creación, por Elos han pasado 300 personas, aunque ahora hay entre 80 y 90 parejas en activo. Para apuntarse, hay que entrar en la web del concello de Santiago y buscar el Departamento de Lingua. Una vez dentro, se encuentran tanto el formulario para quien quiere aprender gallego como para quien se ofrece como voluntario para enseñar el idioma, con preguntas básicas como la formación o los intereses. "Como non hai algoritmos, o algoritmo son eu", dice Tono entre risas. Va observando los dos excels (el de demandantes y voluntarios) y establece parejas en función de varios criterios.

"Paréceme importante comunicarme coa xente e coñecer a lingua da xente local"

Fabio Rodrígues, brasileño participante en el programa Elos

"Ao primeiro, ao criterio da idade non lle facía moito caso, despois fun vendo que si que había que telo en conta", explica Formoso, "a dispoñibilidade tamén é básica, así como os intereses". Además, también se atiende, si se puede, a la posibilidad de que la pareja pueda ser bidireccional. Esto es, como incentivo para el voluntario que ayuda enseñando gallego, se intenta ponerle como pareja a una persona que pueda también instruir otro idioma de su interés. Eso sí, lo principal es la práctica del gallego.  

Tras establecer una pareja en función de estos criterios, se marca una primera reunión mediada por un encargado/a del programa. Tras esta, si la pareja decide continuar quedando, lo podrá  hacer por libre y cuantas veces quieran, aunque lo mínimo sería una vez a la semana. El único requisito es practicar gallego y, de hecho, se necesita cierto compromiso y unos mínimos (no evaluados) en el idioma por parte del voluntario.  

"Nótase moito a mellora do nivel co programa", explica Tono. "Hai parellas que levan moito tempo e cámbiana, pero realmente quedan igual coa parella orixinal, só que quedan como amigos, entón buscan outra", menciona entre risas.  

Ángel y Nathalie, pareja lingüística desde agosto 

Ángel Suanzes es periodista en Radio Galega y encontró Elos, precisamente, trabajando. Decidió apuntarse y al poco tiempo le asignaron como pareja lingüística a Nathalie Ramírez, docente de francés (su lengua natal) asentada en Galicia desde hace cuatro años, los dos últimos en Compostela. Quedan una vez a la semana para charlar y Nathalie toma notas sobre lo que va descubriendo. Recientemente, aprendió beizos, por ejemplo.  

Nathalie conoció el programa a raíz de los obradoiros y su objetivo es, claro, hablar gallego con soltura. "É difícil cando eres de fóra que che falen galego porque a xente ve que teño un acento, entón contéstanme en castelán cando intento falar galego. Así que inscribinme fai uns meses para mellorar", dice en gallego sin errores, aunque con un marcado acento francés. El pasado año hizo un máster en cultura y literatura en la USC, por lo que mejoró su comprensión, pero le fallaba la confianza a la hora de hablar. "Está xenial agora practicar cunha persoa moi interesante e moi paciente como Ángel", continúa. 

"O que pasa con Nathalie é que tivo que romper co muro porque ela é profesora…", dice Ángel entre risas. "É moi xenerosa, entón ela empezoume a ensinar cousas do francés", sigue el  periodista, que incide en que para él su participación en el programa se basa en "transmitir a lingua e axudar, non en aprender francés". 

Además de superar esa barrera por parte de Nathalie, Ángel también ha tenido que aprender a corregir sin que le pese: "Cústame corrixir, pero hai que corrixir… o que pasa é que parece que estás invadindo un pouco ao outro", explica. A lo que le responde rápidamente su compañera: "É moi necesario e para min é un exercicio de humildade sendo profesora". "Hai que crear un clima de confianza, que ela se sinta cómoda sabendo que pode errar, porque é normal que erre", esa es la clave según Ángel. 

Fabián y Fabio comienzan como pareja lingüística  

Fabián Otero y Fabio Rodrígues comienzan ahora su andadura como pareja lingüística. Fabián es de Ribadeo y graduado en matemáticas, mientras que Fabio es brasileño y se dedica al mundo del turismo. El gallego vio un día el anuncio en la Facultad donde estudió y decidió inscribirse por compromiso con su idioma: "Facía unhas semanas que saíra o estudo sobre a perda de falantes e pensamos que podíamos participar, xa que non nos custaba nada de tempo". Así fue cómo él y otro amigo y amiga se anotaron. "Fágoo principalmente por axudar co idioma", explica. 

Por su parte, Fabio dice estar interesado en conocer el gallego por vivir en Santiago y trabajar en el turismo, ámbito en el que a veces exigen su conocimiento. "Paréceme importante comunicarme coa xente e coñecer a lingua da xente local", cuenta. Sabe hablar castellano porque vivió en Venezuela y convivió con castellanohablantes y considera que lo entienden bien por hablar portugués de Brasil, sin embargo, explica: "Ás veces síntome un paso atrás, necesito falar esta forma lusoparlante, a esencia e a orixe da miña propia lingua". Para él, es casi una muestra  de su simpatía: "Así como hai xente que vai a Brasil e quere aprender o noso idioma, eu aquí igual".