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Álvaro Pin tiene solo 18 años. Aunque es natural de Lugo, se reparte los fines de semana entre Castroverde y Castro de Rey. Siendo un niño, vivió la vida en la aldea de la manera en que solía vivirse: próximo a sus mayores, escuchando y aprendiendo de ellos. Un día Álvaro, que siempre ha sido muy observador, reparó en las madreñas (zocos) de su bisabuela: "Metín os pes alí dentro, e andaba nelas como se foran zapatos", y así empezó su amor por este calzado artesenal, convirtiéndose en el zoqueiro de Lugo. 

"Na miña casa non houbo nunca zoqueiros, mais si zapateiros", explica Álvaro. Por esta razón, tenía herramientas siempre a mano y eso lo llevó a querer probar a realizar sus propios trabajos como zoqueiro

Así, creó sus primeras zocas hace 4 años, por puro entretenimiento: "Os inicios foron ben porque me gustaba, pero mal porque saían daquela maneira ao non ter a ninguén que me explicara".

Con solo 14 años, el lucense aprendió por sí mismo este trabajo, con mucha paciencia y dedicación, fijándose en las zocas que tenía a mano y copiando modelos. "Ao comezo, facía un so pé, xa que se intentaba facer o par non me saían nunca iguais, mais pouco a pouco funlle collendo o truco".

Zocas en proceso. Álvaro Pin Campo

Cuando llevaba 2 años aprendiendo por su propia cuenta, visitó a Paco Morán: "Fun cabo dun señor de Muimenta que foi zoqueiro e estiven con el dous días zoqueando". Aunque solo fueron dos días de aprendizaje con el profesional, y Álvaro llevaba ya calzadas sus zocas, asegura que esta experiencia le ayudó a entender el método de los zoqueiros de antes, lo que fue muy importante en su aprendizaje y evolución. 

El proceso de creación de las zocas

Los zocos son unas botas con la suela de madera, pero la parte superior es de cuero, mientras que las zocas son totalmente elaboradas en madera. Esta diferenciación es esencial para entender el trabajo de un zoqueiro, ya que los procesos son diferentes. Álvaro, por ejemplo, hace zocas exclusivamente. 

"Para empezar, hai que ser moi meticuloso para facer zocas, comezando polo trato coa madeira. As zocas teñen que ser estancas, non poden fender e teñen que durar tempo sen apolillarse", explica el zoqueiro. 

"Para empezar, hai que ser moi meticuloso para facer zocas, comezando polo trato coa madeira"

Álvaro Pin, zoqueiro

Su madera preferida para la realización de este calzado es la de abedul: "Despois quedan branquiñas e nada pesadas". Pero tampoco vale cualquier abedul, ya que esta madera tampoco va a ser utilitaria si ha nacido cerca del río, o en el pico del monte "xa que queda a madeira dura de máis".

"A madeira ideal é a das árbores que medran na serra dun monte, que aquí chámanlle abisedo. Abisedo chámaselle ao monte que é moi sombrío", esa es la manera de obtener una madera que no sea demasiado dura ni demasiado blanda y que sea de un color bastante igualado.

"Hoxe en día xa non se fai, pero eu miro a lúa para todo"

Álvaro Pin, zoqueiro

Pero esto no es todo, ya que el mejor momento para hacerse con la madera es durante la luna menguante de diciembre o de enero: "Aí é cando hai que cortar á arbore, xa que é cando ten menos zume"

"Nas aldeas mírase a lúa para todo", dice con naturalidad Álvaro, que desde siempre ha compartido el día a día con las personas mayores que es de quien él ha heredado estos saberes ancestrales. "Hoxe en día xa non se fai, pero eu miro a lúa para todo".

"Toco todos os paus"

"Hoxe en día, estanse perdendo estas profesións, e como non me gusta que se perdan, didícome a facelo".  Además de zocas, Álvaro realiza cestos para uso doméstico, carapuchos que él usa porque considera que son más cómodos para trabajar en el huerto o muebles para herramientas. 

"Como estou estudando, intento organizarme ben e non perder tempo para facer todo o que me gusta". Por esta razón, explica Álvaro que a veces hace por la noche aquellos trabajos para los que no necesita tanta luz ni estar al aire, como puede ser zoquear