Hay un salón en A Coruña decorado con cuatro Premios Goya, entre muchos otros galardones. Es el del padre de Alberto Vázquez (A Coruña, 1980), quien se hizo con el cuarto reconocimiento el pasado sábado, a Mejor Largometraje de Animación, por la obra Unicorn Wars. "Hay resaca de todo, también emocional, estuvo muy guay", cuenta unos días después.
Un broche de oro para una película que viene de ser un éxito en crítica y público, una batalla entre osos y unicornios, con la que Vázquez reflexiona sobre la guerra. "No es un cierre para la película, ya que el mes que viene aun se estrena en Japón y Estados Unidos, pero es el premio más importante en España, lo que siempre da notoriedad y una segunda vida para el largo", cuenta el director, quien trabajó en este proyecto con la ferrolana Chelo Loureiro, Iván Miñambres y Nicolás Schmerkin. "Es un premio que es muy valorado dentro de los que nos dedicamos a la animación", relata el cineasta, aunque las películas de esta técnica suelen ocupar pocas categorías: "También estábamos nominados a mejor canción, pero es cierto que es muy difícil conseguir entrar en mejor dirección o guion con una película de animación, y menos este año que fue tan bueno para el cine español". Sin embargo, cuenta Vázquez, "lo interesante es poder seguir haciendo películas, de nada vale ganar un premio si luego no haces más".
La carrera de Alberto Vázquez comenzó como ilustrador, de hecho fue su novela gráfica Psiconautas, la que le abrió las puertas del cine: "En 2009 contactó conmigo Pedro Rivero, productor vasco que le había gustado el libro y me propuso hacer la película". De ahí surgió el corto Bird Boy, un atecedente del largometraje. Sobre el salto del mundo de la ilustración al cine, el director comenta que la animación "permite juntar mis dos grandes pasiones, la ilustración y el cine. En medio está esta técnica, que tiene sus propias leyes pero que bebe de todo".
Como mencionó en su discurso de agradecimiento, los tiempos de producción para estas películas distan mucho de los habituales en el cine, llegando a alargarse hasta 4 años. En este momento, con Unicorn Wars aún recorriendo mundo, el cineasta ya está preparando el guion de su próximo proyecto, una película que como en anteriores ocasiones tiene su semilla en un corto, Decorado, ganador del Goya a Mejor Cortometraje de Animación en 2016: "Es una comedia, un poco negra, pero tienen ese punto, es una fábula existencialista sobre el sentido de la vida, con un matrimonio de ratones que vive una crisis constante". El proyecto lo presentará el mes que viene en el Cartoon Movie de Burdeos, para buscar socios y sacarlo adelante. Sobre esto, la búsqueda de apoyos y financiación, explica que premios como el Goya "suman", ya que "es más fácil liar a socios a televisiones con reconocimientos en mano, aunque tampoco es lo más determinante. Cuenta más la calidad, los productores o las distribuidoras que tienes cerradas. Es un trabajo de industria, que lleva muchos años y hay que montarlo bien".
Además, el coruñés está inmerso en un nuevo proyecto, el festival Imaxinaria, un nuevo evento que se celebrará en A Coruña con el apoyo de Afundación y promete traer a la ciudad "lo mejor de la programación mundial". También contará con charlas, concurso de cortos y la visita de profesionales de gran prestigio. Con este evento el director busca acercar la animación a "niños, adolescentes y adultos", en una ciudad, asegura, centro de la industria en Galicia. Una ciudad a la que Vázquez acaba de traer el cuarto cabezón, aunque no lo guarda en su casa: "Yo no tengo ninguno, los tiene mi padre. Yo intento no tener muchas cosas mías, después de todo el día dibujando no quiero ver ilustraciones mías ni premios, si lo tienes todo el rato delante es un poco decadente". De una forma u otra, lo que está claro es que la carrera del director se consolida y aplaude con cada proyecto, poniendo también a su ciudad en el foco, y llenando las estanterías de galardones en algún salón de la ciudad.