Álvaro Gago, cineasta gallego: "Estrenar ‘Matria’ en la Berlinale es un honor"

En 2017 la historia de Ramona, una mujer gallega, trabajadora en una fábrica de conservas, sorprendió en el festival de Sundance, llevándose el Gran Premio como cortometraje en uno de los festivales más importantes del mundo. Ahora, la historia de Ramona salta a la gran pantalla. Matria, la primera película de Álvaro Gago, del mismo nombre que el corto, se estrenó en esta edición de la Berlinale, en la sección Panoramas.

El director vigués nos cuenta que es "un honor poder estrenar Matria en el primer festival al que fui como espectador. Recuerdo ver allí The act of killing y la sensación de estar en un ambiente de personas que aman el cine". El poder hacer el filme, cuenta Gago, ya fue "un sueño", aunque destaca que el poder pasar por escenarios como el de Berlín no era una prioridad: "Mi prioridad era poder hacerla y que fuera un proceso rico para todo el equipo que no participó y no depender emocionalmente de factores externos". En los cines se estrenará el próximo 24 de marzo.

Fotograma de la película "Matria"

Cabe decir que la historia que cuenta Matria está íntimamente ligada con el autor, Ramona es el nombre en la ficción de Francisca Iglesias, una mujer "transparente, sin prejuicios y con un gran sentido del humor", en palabras del cineasta, con una vida dura y complicada. Francisca es la protagonista del corto, que en el caso de la película pasa a interpretar la actriz María Vázquez. En el largometraje, explica Gago, "vemos una Ramona más joven, que no agacha la cabeza, no quería hacer el retrato de una víctima. Quería mostrar la realidad, que es humana y compleja, como todos". Además, a diferencia de la primera Ramona, en esta ocasión Gago abordó el sentido del humor que la caracteriza "que usa como herramienta" e incluso es "el corazón de la película".

Francisca fue la mujer que cuidó al abuelo de Gago en los últimos años de su vida, y ahora comparten una gran amistad. A pesar de no estar presente como actriz, Iglesias ha sido una parte fundamental en el proceso creativo de la película: "Es una cineasta en potencia, tenía claro lo que quería hacer, veía la película en la cabeza porque también lo había vivido. Es una mujer orgullosa de quien es y de lo que puede hacer, por eso quiero que la película sea un punto de inflexión para esas personas que se sienten invisibles".

El mito del matriarcado en Galicia

En Matria convive la propia realidad de Ramona con el cuestionamiento del mito del matriarcado, tan extendido en Galicia. "Aquí está muy extendida la idea de que las mujeres tienen poder político, social y familiar. Se relaciona la idea de una mujer poderosa con que lleve el peso del trabajo, la casa, la familia. Además, en Galicia por la emigración muchas mujeres quedaron aquí solas, para protegerlas pudieron conservar propiedades o su economía, sin el hombre, pero eso tampoco significa que tuvieran poder", explica el director.

Uno de los aspectos más comentados cuando Gago presentó su corto fue cómo había conectado tan bien con el público internacional una historia tan propia. Matria, igual que el corto, es una película en gallego, con un contexto social propio, rodada entre O Salnés y Pontevedra. Una realidad que en apariencia puede quedar lejana a espectadores que no la conozcan. Aunque lo particular, en el cine, salta fácilmente a lo universal: "Es una película que narra lo cotidiano, sin alardes, son historias que se sienten cercanas porque cuando la vemos, da igual de donde seamos, todo sentimos igual. Además, en ese día a día hay elementos comunes en muchos lugares, o el cuestionamiento del mito del matriarcado", explica el director.

El estreno de Matria es el pistoletazo de salida a un año que se espera espectacular para el cine gallego. De hecho, la Berlinale verá otros dos estrenos, Lois Patiño presentará la película Samsara en la sección Encounters y Carla Subirana estrenará Silca, su debut. Sobre la situación del cine gallego, Gago declara que "se siente parte de algo", en referencia a los apoyos que encuentra en compañeros de la industria y como el cine "nos visibiliza en el mundo". Gago pone como ejemplo el caso de Alcarrás, película de Carla Simón que se llevó el Oso de Oro el pasado año, "es un ejemplo de un presupuesto único, alto para lo que suelen ser esas producciones, que demuestra lo que puede hacer una directora cuando tiene tiempo, lo lejos que puede llegar". Una historia también particular, autóctona, que conquistó el mismo escenario que pisará Francisca Iglesias para presentar su propia historia, tan particular, tan universal.