Tres amigos íntimos separados por una infidelidad durante unos años se reencuentran cuando a dos de ellos les toca guardar el secreto de que el otro se va a morir. A grandes rasgos esa es la premisa de la que parte Amigos Hasta La Muerte, la primera película del actor y creador gallego Javier Veiga.
Rodada enteramente en Galicia y aprovechando escenarios como Ourense, O Grove o Santiago, se trata de una coproducción hispano-mexicana protagonizada por Marta Hazas, Mauricio Ochmann y el propio Javier Veiga. En ella tratan la historia de María, Suso y Nacho, amigos desde la universidad que han vivido miles de historias y aventuras y cuya relación se ve truncada cuando Nacho y María se acuestan a espaldas de Suso. La relación entre los tres, sin embargo, puede volver a repararse, pero solo cuando la muerte se acerca peligrosamente.
El largometraje cuenta con un reparto estrella en el que se pueden encontrar no solo a caras parecidas del audiovisual gallego, como David Amor o Xosé Touriñán, sino también con una banda sonora que incluye cuatro temas compuestos e interpretados por Xoél López. En definitiva, una película gallega por todos los costados.
En Quincemil hemos conversado con el director y guionista Javier Veiga y con la protagonista y productora de la película, interpretada por Marta Hazas, para averiguar un poco más sobre esta película. Amigos Hasta la Muerte ya está disponible en Amazon Prime en México y llegará a los cines españoles el próximo 22 de septiembre de la mano de A Contracorriente Films, después de haber pasado por el Festival de Cine de Málaga, el Festival de Ibiza, el Festival de Cine de Melilla y el Festival EMHU de A Coruña.
¿De dónde llegó la inspiración de hacer una comedia romántica a partir de una premisa oscura: que alguien va a morir?
Javier Veiga: Justamente porque la idea era ser capaz de contar una historia de amor, de amor fraternal, de amor entre amigos llevados hasta el límite más absoluto y pues el límite más absoluto es la muerte. Ser capaz de ver dónde llega y que pase lo que te pase, lo que más importa sigue siendo la amistad, sigue siendo ese amor entre amigos, en tener gente que te quiere cerca. Todo eso sigue siendo lo que más importa y lo que hace que la vida siga, aunque alguien pueda morirse.
¿Por qué decidisteis ambientar la historia en Galicia?
Marta Hazas: Yo pienso que más que ambientarla, Galicia es un personaje más de la película. Son muchísimas las razones, queríamos hacer una película que fuera urbana pero que saliera del entorno de Madrid y Barcelona. Es verdad que de Galicia siempre se enseña la parte más rural y de pronto poder hacer una película en una zona urbana como fue Ourense, que es donde está casi toda la película rodada, nos parecía que era muy diferente, muy interesante y que aporta muchísimo valor a la película. Hay algo de que sea una coproducción con México que le da mucho sentido, no es una coproducción porque sí. Con toda la emigración que además mucha gente de la zona de Avión, de la zona de Ourense, de O Carballiño.
J.V: Más que como continente es el contenido. Es una película que tiene dos cosas una es la retranca para hablar de la muerte de esta manera y la otra es la nostalgia, que en la película todo el tiempo está. Y claro, aquí somos inventores de la morriña y la retranca, eso es lo que creo que la película respira. No rodar aquí perdía naturalidad, esta historia está claramente escrita desde un estómago gallego.
La presencia del Camino de Santiago es algo significante en la película, ¿por qué?
J.V: El Camino de Santiago para mí tiene algo especial. Hay algo personal en el Camino por eso viene la idea de contarlo. Funciona bien como una metáfora clara del camino que alguien hace por un propósito. Muchísima gente lo hace por sentido religioso pero muchísima otra gente no, lo hace por el propio sentido que el Camino te da y que además cuando lo haces lo entiendes.
Es hasta difícil de explicar pero si no lo haces no lo puedes entender y parece una estupidez de ‘ah ya estás otra vez con esas mierdas’, pero no de verdad, hazlo y lo verás. Es verdad que la película tiene algo de eso, de ese camino que da sentido a muchas cosas. Que el hecho de andar y avanzar, y que la vida pasa y avanzas, es algo que tiene todo el sentido en la película y que cerraba muy bien el ciclo de esta historia y completaba muy bien el hecho de rodar aquí. Para mí fue, una vez que metimos el Camino —que no estaba en el guión en el principio— muchas cosas cogieron sentido.
¿Cómo veis vosotros el tema de la muerte? Si ahora os dicen a vosotros lo mismo que descubren los personajes, ¿cómo lo afrontaríais?
M.H: Lo tuvimos como muy presente durante el rodaje, porque no sabes por dónde vas a salir, cómo vas a actuar. Yo , además, cambio de respuesta todo el tiempo. Hay veces que me dan ganas de viajar, de conocer, y otras veces que dices, no que me quedo en casa con mi familia y con lo conocido.
J.V: Esta película que es una producción gallego-mexicana, somos dos pueblos que con la muerte tenemos una relación completamente distinta a lo normal. México es ya otro mundo, allí es casi una fiesta. Y en Galicia, es verdad que tenemos esta relación con la muerte casi de cachondeo, que hay una cosa ahí que no tienen otras culturas. Tiene una parte de azar pero no puede encajar mejor con una historia que habla de la muerte de una manera tan desenfadada, tan de frente y tan socarrona.
Javier, esta es tu primera obra como director, ¿cómo fue enfrentarse al proyecto?
J.V:. Es verdad que había dirigido teatro, televisión, cortometrajes incluso. El cine tiene algo que te genera hasta respeto, parece que es como una cosa de hermano mayor, eso que dicen de salto al cine. Es verdad que tiene algo el cine que, los que hemos mamado desde niños, el ir a un cine y sentarte en una butaca a ver una película… Esto es muy de Cinema Paradiso. Te genera una responsabilidad inevitable y una emoción. Aunque he afrontado el trabajo con el mismo respeto y el mismo empeño que me enfrento a cualquier otro, en mi caso reconozco que ha habido una implicación especial. También esta historia me toca a nivel emocional. He dejado más neuronas, he gastado un poco más vidas que las que gasto haciendo otras cosas.
El personaje de María es el agente que mueve la acción, ¿cómo fue tratar el personaje y sobre todo confrontar con ese último giro de guión?
M.H: Para mí fue un viaje super bonito y además es un papel de estos que como actriz es un regalo. Cuando empecé a leer el guión no sabía a dónde iba a llegar esta historia. Hay algo que me gusta mucho, que esté contado desde el punto femenino de ella y luego cómo lo cuenta y lo que tú ves de lo que está contando, que no siempre coincide exactamente. Me gusta mucho ese punto de vista y esa manera de hacer cómplice al espectador.
Me parece un personaje muy interesante por todas las capas que había que poner, porque había que interpretar mucho de lo que no se dice, estar diciendo una cosa pero tu cabeza y tu sentimiento estar yendo por otra. Yo tenía el propósito de que fuera una interpretación honesta. Que si como espectadora tú vuelves a ver la película que digas: ‘ahora entiendo esta mirada’, o ‘ahora entiendo esto’, o ‘aquí cayó’. Como que en ningún momento te sientas estafada. Que haya un segundo y tercer visionado en el que digas: ‘¡Traidora!’.
Se habla mucho en la película de la amistad, de la relación que tenemos con los amigos hasta donde llegan esos límites con ellos y con la pareja. ¿Vosotros qué le podríais perdonar a vuestros amigos y qué no?
J.V: Yo creo que no lo sabes. Que esto es cómo cuando te preguntan qué harías si te apuntan con una pistola, y no lo sabes porque a ti no te apuntaron con una pistola ni te hicieron siquiera nada parecido. Con lo cual lo que tú digas no vale nada, porque uno está preparado para reaccionar a cosas que se parecen a cosas que te han pasado, pero cuando te pasa algo tan grande como lo que ocurre en la película tú no tienes ni idea de cómo vas a reaccionar. Yo creo que cuando uno se somete a cosas tan bestias reacciona de maneras inesperadas, de maneras que no está preparado para reaccionar.
M.H: Y luego que el tiempo es algo que te va cambiando la mentalidad de ciertas cosas, porque bueno esto también pasó en gente que se conoció muy joven, en la universidad, en unos momentos en los que el amor está a flor de piel… O sea que no fue todo tan premeditado y que el tiempo va poniendo las cosas en su sitio. Yo siento que no lo podría perdonar, pero cuando me puse en la piel del personaje y me metí en la historia, entendí los tres puntos de vista de los personajes.
J.V: Y lo importante es que es casi una bobada, comparado con que de repente llega la muerte y se pone en tu cara, qué más dará eso sí son cosas de la vida que hay que dejarlas fluir. De eso también habla la película, que las cosas que parecen importantes igual no son tan importantes.
A la hora de crear esa amistad tan longeva, ¿cómo fue ese proceso?
M.H: Por un lado fue fácil, porque con Mauricio ya éramos amigos. Había venido con nosotros a una serie de pequeñas coincidencias en Amazon Prime, yo había rodado con él una peli en México, había conocido a Javi y nos habíamos hecho amigos los tres y super natural. La química de los tres ya venía de serie de conocernos detrás de las cámaras.
J:V: También es una cosa que ocurre con el resto del reparto. El hecho de amigos de cerca y tal genera una película que habla de amistad que eso siempre se nota en pantalla.
M.H: Sí. Tener a Touriñán, David Amor, Ledicia, Xoel López… ha sido como un arrope.
La película gira en torno a un triángulo amoroso. Vosotros personalmente si tuvierais que escoger cuál tendría que ser la pareja que saliera de ahí, ¿cuál elegiríais?
M.H: Yo te digo que, como María, me hubiera encantado que ya en la sociedad se aceptara que me quedase con los dos. Es que era lo perfecto y de hecho debemos caminar hacia ese estilo de poliamor, porque los dos juntos hacían el hombre perfecto. Yo el final para mí perfecto era que María viviera con los dos.
J.V: De hecho, es verdad que son tres personas que dices, bueno porque es muy difícil, porque la sociedad no los acepta. Era muy difícil sobre todo en esta generación aceptar historias distintas que no fueran la pareja convencional, pero realmente cuando se conocieron —y se ve cuando vemos la parte de cuando eran jóvenes— eran personas que se amaban entre los tres y eso es lo que verdaderamente ocurría. Luego las convenciones les hacen tener que juntarse en pareja pero realmente eran unos tres indivisibles.
En la película también se habla sobre lo que se deja después de la muerte, ¿a vosotros que os gustaría dejar el día de mañana?
M.H: A mí me encantaría dejar algo de huella o haber podido ayudar a alguna persona que algo que yo hice o dije en algún momento le ayudó a cumplir un sueño. Luego también también hay un poco de vanidad, de ego, que igual que yo ahora admiro películas de Hitchcock, que alguien también después de muchos años a lo mejor también sueñe con ser actriz porque vio una peli mía.
J.V: Jamás he pensado sobre ello. No tengo un sentido post mortem de las cosas. Chim pum y ya está. Pretendes dejar un buen recuerdo. Cuando te preocupan las cosas a tu alrededor, te preocupas de hacer las cosas bien, creo que como un ser humano creo que debes atender a eso. Porque creo que eso da sentido a la vida, de manera que tu paso por la vida sume y no reste.