Un consorcio europeo liderado por el grupo Proxectos e Planificación (PROePLA) de la Escola Politécnica Superior de Enxeñaría del Campus Terra de la USC evalúa el uso del agua regenerada en cultivos de riego leñosos y hortícolas para paliar la escasez de recursos hídricos en el marco del proyecto I-ReWater. Esta iniciativa de I+D financiada con 2,2 millones de euros de fondos Feder cuenta con la participación de 16 universidades, centros de investigación y otras entidades públicas y privadas.

El programa I-ReWater. Xestión sostible de recursos hídricos na agricultura de rega no espazo Sudoe, liderado por el profesor e investigador de la USC Javier J. Cancela Barrio, analizará los efectos del agua regenerada en la producción y en la calidad de cultivos leñosos y hortícolas (tomate y lechuga) a través de 15 acciones piloto que se desarrollarán hasta 2026 en España (Abegondo y León), Francia y Portugal, tal y como se detalló este martes en la sesión de apertura de este proyecto Interreg Sudoe.

El objetivo de este proyecto aprobado en la convocatoria Interreg-Sudoe 2021-2027 es mejorar la gestión de los recursos hídricos en la agricultura a través del empleo de agua urbana regenerada en cultivos agrícolas y del análisis de otros aspectos ambientales que garanticen su buen empleo en el actual contexto de cambio climático, en el que la agricultura consume más de la mitad del agua dulce disponible.

Los resultados de esta investigación permitirían reducir las extracciones de hábitats naturales (superficiales y subterráneos), contribuiría a mitigar los problemas de escasez de forma sostenible sin mermar la calidad de los cultivos e incluso reducirá la necesidad de otros insumos o enmiendas, dado que el agua procedente de las EDARs está enriquecida con nitrógeno y fósforo, además de otros componentes con propiedades fertilizantes, ha expuesto Javier J. Cancela.

Este investigador estima también que el aprovechamiento de agua regenerado en cultivos de riego podría ahorrar un 10% de los recursos hídricos consumidos en la actualidad, aumentaría el porcentaje de aprovechamiento de aguas residuales tratadas (que actualmente se sitúa en el 2,4% en Europa), reduciría la degradación ambiental y permitiría avanzar hacia un continente climáticamente neutro.

Digitalización

Las TIC y la digitalización de los sistemas de fertilización y riego tendrán un papel protagonista en los diferentes proyectos o ensayos pilotos que se ejecutarán al amparo del proyecto I-ReWater, ya que se contempla incorporar sensores a todos los sistemas de riego. Estos dispositivos, colocados a nivel de suelo y planta, permitirán en tiempo real parámetros como condiciones climáticas, temperatura, cantidad de agua o nutrientes. En algunos casos, incluso se realizarán vuelos de dron con cámaras térmicas o multiespectrales.

Una vez validado, este sistema de ayuda a la decisión se podría replicar a nivel de usuario, lo que permitiría al agricultor conocer cuándo y cuánto debe regar y, al mismo tiempo, favorecería la economía circular con una agricultura más eficiente y sostenible.

Los resultados obtenidos en el proyecto I-ReWater, ha defendido Javier. J. Cancela, servirán de base para la posterior elaboración de una estrategia trasnacional del uso de aguas regeneradas en el espacio Sudoe, según recoge Europa Press.