Construida inicialmente en 1557, la fortaleza militar de San Felipe constituye uno de los vestigios históricos más importantes de Ferrol. Desde 1994, la fortificación está considerada como Bien de Interés Cultural y se encuentra abierta al público. A día de hoy, el uso del principal testigo de los movimientos que operan en la ría se reserva para fines turísticos y culturales.
El castillo de San Felipe, levantado en tiempos de Felipe II con fines eminentemente defensivos, sirvió para salvaguardar la ciudad de posibles ataques ingleses o franceses en su pugna por la hegemonía marina del Atlántico. Durante la época, la ría de Ferrol representaba un lugar estratégico para el aprovisionamiento de los buques de la Armada Real, papel que desarrolló posteriormente con la construcción de sus astilleros e instalaciones militares contemporáneas.
La gruesa cadena que protegía la ría
Frente a San Felipe, en la orilla sur de la boca de la ría, se erigieron también otros dos castillos: el de Nuestra Señora de La Palma y el de San Martín. Ambos fuertes formaron junto a San Felipe un "triángulo de fuego" demostradamente eficaz ante los intentos de invasión extranjera. La defensa mutua ante los ataques y el establecimiento nocturno de una gruesa cadena entre los castillos de ambos márgenes de la ría optimizaron su función. En la actualidad estas construcciones, enmarcadas en el concello de Mugardos, se encuentran en bastante peor estado de conservación que el vecino San Felipe. De hecho, apenas unas ruinas recuerdan la presencia del fuerte de San Martiño.
Tras su reforma entre 1731 y 1775 bajo el diseño de los ingenieros Francisco Montaigú, Juan Vergel y Juan de la Ferrière, la fortaleza de San Felipe adquirió un nuevo trazado geométrico. Esta gran remodelación perfiló la construcción como un ejemplo de "batería abaluartada" con hornabeque, orientada a la defensa marítima pero también terrestre.
Testigo de una gran batalla naval
El 25 de agosto de 1800, tuvo lugar la batalla de Brión en el contexto de la guerra anglo-española (1796-1802). Las tropas británicas de los comandantes Warren y Pulteney trataron de acceder a la ría de Ferrol y tomar la ciudad, misión que fue abortada por la triple protección fuertemente encañonada de la que disponía la entrada a la ría, reforzada por los potentes navíos y los soldados españoles desplegados en la zona. Pese a su superioridad numérica, el contingente inglés cayó derrotado.
En el siglo XX, durante la Guerra Civil española (1936-1939), los fosos de San Felipe fueron empleados para ajusticiar a algunos de los detenidos tras el golpe, que fueron juzgados ante consejo de guerra. Más tarde, en 1996, Defensa sacó a subasta a través del BOE el conjunto militar por un precio de partida de 164,9 millones de pesetas. Desierto el ejercicio, el ayuntamiento ferrolano adquirió el monumento por ese mismo valor en el año 2000. Desde 2006, el conjunto arquitectónico forma parte del proyecto que pretende el reconocimiento de Ferrol como ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Actualmente, el acceso al castillo se realiza por la carretera de A Graña, al oeste de A Malata, y la entrada es gratuita. Por su parte, la fortaleza de La Palma ofrece la posibilidad de ser visitada en determinadas épocas del año que se deben consultar previamente en la oficina de turismo de Mugardos o internet. La de San Martiño se encuentra derruida.