Cada lunes de Pascua los vecinos de Ferrol y otros concellos limítrofes realizan sus ofrendas a la Santa Patrona de la ciudad a través de una multitudinaria romería. Se trata de una cita subrayada en el calendario a la que año tras año los más fieles no dejan de asistir, aunque la llegada al destino se haga literalmente cuesta arriba. La pista asfaltada CP-3601 da fe de ello.
Un templo bajomedieval
También denominada capilla de la Virgen del Nordés, la ermita de Chamorro fue construida a finales del siglo XV; al menos, su primera cita documental data de 1499, cuando aparece en el testamento del clérigo franciscano del convento de Montefaro Fray Fernando Fontaíña. La iglesia, reformada en el siglo XVII, cuenta con una única nave rectangular de modestas dimensiones y muros de sillería de granito y mampostería.
La infalible dosis de misticismo y superstición
La efigie original que ocupa la ermita se trata de una talla románica en la que se ilustra la imagen de una Virgen sedente y un niño. Según cuenta la versión más extendida, este se corresponde con un menor que habría sido salvado por la Virgen de un ahogamiento en el mar al grito de "Xa morro", dándole nombre a la asistente y al templo.
Una segunda teoría afirma que la capilla se habría levantado con la intención de cristianizar un lugar vinculado a los cultos paganos durante el neolítico, e incluso otra tercera asegura que el motivo es la aparición de la Virgen ante dos pastores que merodeaban por la zona poco antes de su construcción. En cualquier caso, no fue hasta 1666 cuando la Cofradía de la Virgen del Nordés decidió difundir la devoción a su santidad a través de una romería anual que a día de hoy ya supera los 350 años de historia. Actualmente, la Virgen que se saca en procesión no se corresponde con la talla original románica del siglo XII, sino con otra contemporánea.
Patrimonio completo
Junto al santuario, que ya de por sí tiene un alto valor histórico-artístico, se encuentra un crucero del siglo XVII, dos viacrucis y una fuente de agua sanadora, que integran el conjunto religioso. A escasa distancia del lugar se hallan también unos petroglifos y unas rocas oscilantes conocidas como Penas de Embade, que atestiguan la importancia del lugar para sus habitantes ya desde tiempo remotos.
Una patrona con vistas
Desde las elevadas inmediaciones del monte homónimo a la ermita se contempla una de las mejores vistas panorámicas de Ferrol: desde la ría de la ciudad portuaria hasta la villa de Mugardos, pasando por el alejado monte Breamo de Pontedeume o la ría de Ares y Betanzos.