En plena calle del Sol se erige, con ecos de un pasado con lustre, la fachada del antiguo teatro ‘Renacimiento’ de Ferrol. Un imponente edificio, inaugurado en agosto de 1920, que cerraba sus puertas en 1989 y que se vería devorado por las llamas, dos años más tarde, en 1991. 30 años después del incidente, los azulejos que lo caracterizaban han perdido su brillo, un espeso bosque de maleza ha sustituido a butacas y pantallas y los gatos callejeros se han convertido en invitados de honor.
El ‘Rena’, como se le conoce popularmente en Ferrol, está encuadrado dentro de la corriente arquitectónica eclecticista y fue obra del arquitecto coruñés, Eduardo Rodríguez-Losada Rebellón. De su apariencia destacan los paños de azulejos ‘candelieri’ y las columnas, rematadas en capiteles de estilo corintio, que confieren a la edificación un aire, como no podía ser de otro modo, muy renacentista.
El libro ‘O Cine nas Comarcas de Ferrol. As súas xentes. Os seus recursos’, publicado por la Asociación Cultural Conxeito, recoge un extracto de prensa, de la época previa a su inauguración, en la que se apunta a la aspiración del teatro a convertirse en "centro de reunión de nuestra buena sociedad y ello será una nota elegante de nuestra vida local".
El teatro Renacimiento empezó, prácticamente, desde sus comienzos a apostar fuertemente por la exhibición cinematográfica. Tan solo 19 días después de su inauguración se iniciaron los pases fílmicos que, ya en mayo de 1929, les jugarían a sus propietarios una mala pasada. Una película quemada, ocasionó un incendio en la zona de la cabina, daños en los aparatos de producción y algunos desperfectos en el interior del edificio.
Polémica construcción
Si desde su cierre, en 1989, ha habido constantes polémicas por la situación del edificio, incluido en el ‘Plan Especial de Protección y Rehabilitación del barrio A Magdalena’ y protegido como edificio singular desde el año 2010, sus inicios no estuvieron, tampoco, exentos de rencillas.
La ausencia de hierro, necesario para la construcción de las cubiertas, a consecuencia de la Primera Guerra Mundial o las denuncias interpuestas por el Santo Hospital de Caridad, que quería evitar competencia al ‘Jofre’ que era por aquel entonces su principal financiador, retrasaron el inicio de las obras.
En las salas del ‘Rena’, distintas generaciones de ferrolanos, vivieron las andanzas románticas del campesino José Saavedra, en ‘El precio de un beso’ (1930); la huida de Blancanieves de su malvada madrastra, en ‘Blancanieves y los siete enanitos’ (1937) o la obra de culto, en materia de cine erótico, ‘El imperio de los sentidos’ (1976).
En la actualidad, tras 30 años de decadencia, el ‘Rena’ sigue a la espera de su propio desenlace. En el año 2010, un juez denegó a una constructora la posibilidad de derribar la fachada del teatro para construir un bloque de viviendas y el pasado 2020, en la celebración de su centenario, el artista ferrolano, Gonzalo Golpe, hacía una reconstrucción virtual del edificio.
La eterna pregunta es si el teatro ‘Rena’ volverá a albergar vida de nuevo o si, por lo menos, podremos seguir conviviendo ‘baixo as mesmas nubes’ con su imponente fachada.