Federico García Lorca visitó Galicia por primera vez el 25 de octubre de 1916. En el marco de un viaje de estudios llegó a Ourense, donde hizo una escala de tres horas, cambió de tren en Redondela y llegó, finalmente, a Santiago de Compostela. Un siglo después, después del 25 de octubre de 2020, el poeta granadino vuelve a pasear por la capital gallega.
Aquel viaje sirvió a Lorca para conocer el gallego, profundizar en la figura de su Rosalía de Castro y, finalmente, acabar por definirse como "poeta gallego". Volvería a Galicia hasta en tres ocasiones más, todas ellas en 1932. Sin embargo, ahora se quedará en Santiago para siempre gracias a una estatua en la Alameda de Santiago.
El poeta, que tenía tan solo 18 años cuando bajó del tren en la antigua estación de Cornes, recogería sus vivencias en Galicia en su libro "Impresiones y paisajes", un diario de viaje en el que también hay sitio para Santiago. "Esto me hipnotiza", asegura sobre su sensación al llegar a la capital.
El principal responsable de que Lorca quede inmortalizado para siempre en la Alameda de Santiago es Henrique Alvarellos, de Alvarellos Editora, quien el 25 de octubre de 2018 puso en marcha el Día de Lorca en Galicia. Dos años después, este mismo mes de octubre, publica "Federico García Lorca en Santiago de Compostela".
También un 25 de octubre, en 1933, en el estreno de "Bodas de sangre" en el Teatro Avenida de Buenos Aires, Lorca se dirigió a los múltiples gallegos que se encontraban en el público asegurando que "a los gallegos, que llegan sonando ese cuerno de blando metal que es su idioma".
El año anterior había visitado Galicia en tres ocasiones, dos de ellas en mayo y una tercera y última a finales de agosto, esta de la mano de La Barraca, el grupo de teatro que codirigía.
Fue entonces cuando se le tomó la icónica fotografía en la que, ataviado con el mono azul de la compañía teatral, desciende las escaleras de la Praza da Quintana.
Precisamente esa imagen es la que se reproduce en la escultura de Álvaro de la Vega que desde el 25 de octubre de 2020 baja las escaleras desde la Carballeira de Santa Susana hasta el Paseo da Ferradura. Desde allí, Lorca mira en dirección al monumento a su admirada Rosalía de Castro.
El simbolismo de la estatua no acaba allí: a escasos metros de ella se plantó un camelio blanco en referencia a uno de los "Seis poemas galegos" del autor, "Chove en Santiago": "Chove en Santiago / meu doce amor / camelia branca do ar / brila entebrecida ao sol"