Con la llegada de la primavera y las buenas temperaturas son muchos los compostelanos que se animan a subir al monte más emblemático de Santiago, el Pedroso. A medio camino del ascenso destaca uno de sus parques: la Granxa do Xesto.
En sus más de 95.000 metros cuadrados conviven espacios de todo tipo, desde áreas de bosque con otras de parque -con elementos deportivos, cafetería y un parque infantil-, todo ello en un entorno plagado de lagos y senderos que se elevan por la ladera del Pedroso.
A diferencia del vecino parque forestal de la Selva Negra, el parque de la Granxa do Xesto está más humanizado y es un es destino habitual de grupos de amigos o de familias para disfrutar de los días de sol.
Sus terrenos tuvieron durante siglos un uso forestal a cargo de la familia Gesto, siendo Pedro Gesto Lamas, un médico del Hospital Real, el último propietario de esta saga: en 1681 arrendó la finca a un pastor, Andrés Varela.
Sus herederos los que mantuvieron los terrenos hasta que en 1784 se hizo con ellos José Benito Montenegro, quien se los cedió a la Real Sociedad Económica de Amigos del País, que tenía la intención de utilizarlos como granja experimental.
Tras ser adquiridos por el Concello de Santiago, estos terrenos empezaron a ser acondicionados en el año 2000, en el marco del Plan Especial de Acondicionamiento Territorial e Paisaxístico do Parque Forestal do Monte Pedroso.
Así, se adaptó la zona con la construcción de un acceso desde Casas Novas, un aparcamiento, bancos, papeleras, iluminación artificial y, más adelante, una cafetería.
En paralelo, y con el fin de recuperar el bosque atlántico original del Monte Pedroso, se fueron sustituyendo especies invasoras como eucaliptos o acacias por robles, castaños o pinos.
La cafetería
Una parte fundamental de la Granxa do Xesto es su cafetería, un establecimiento de titularidad municipal construido en 2005 en pleno centro del parque, una ubicación privilegiada con vistas al Casco Histórico.
El emplazamiento de la cafetería y la obligación de abrir en un horario determinado, incluso en los meses de menor afluencia del parque, llevaron a que estuviese casi cuatro años sin actividad.
Tras tres intentos fallidos de adjudicar el servicio -sin ofertas en dos ocasiones y desierto por falta de documentación una tercera-, en febrero de 2020 se consiguió encontrar por fin a un adjudicatario, que asumió su gestión con un canon anual de 5.250 euros.
El actual responsable del local es Richard Alonso, quien reabrió la cafetería en plena pandemia, el pasado mes de julio. Las restricciones a la movilidad llevaron a muchos compostelanos a redescubrir las zonas verdes de la ciudad, lo que ha favorecido la afluencia de gente en la Granxa do Xesto.