El primer estudio de fotografía de una mujer en Galicia existió en Santiago de Compostela
Fue el de María Cecilia Cardarelly Bousquet, considerada la primera fotógrafa de Galicia y una de las pioneras en toda España
10 septiembre, 2023 05:00Una de las mayores dificultades que han tenido las mujeres a lo largo de la historia ha sido la falta de referentes. Revisando los libros de historia, se encuentran muy pocos nombres femeninos asociados a la ciencia, al deporte, al arte…
Sin embargo, cada vez hay más historiadores investigando sobre el papel de la mujer en los siglos pasados y cada vez se descubren más historias en las que las protagonistas son ellas.
Uno de estos ejemplos es María Cecilia Cardarelly Bousquet, María Cardarelly (1845- 1920), considerada una de las primeras mujeres en tener estudio fotográfico propio en España y la primera en Galicia.
Hija de tintoreros franceses llegados a Santiago en 1854, fue la primera retratista de la escritora Rosalía de Castro. Su trayectoria en el mundo de la fotografía fue corto,
apenas tres años, pero su relevancia es tan grande que las pocas piezas que se conservan de su producción siguen utilizándose con frecuencia hoy en día.
La llegada de María Cardarelly a España
Agustín Cardarelly y Mariana Bousquet abandonaron Zaragoza y llegaron a Galicia en 1851, cuando se asentaron temporalmente en Lugo. Su condición de trabajadores ambulantes los llevó a ubicarse después en Orense, y más tarde en Santiago, donde finalmente asentaron su negocio.
Se conoce que la familia vivió durante años en la calle del Hórreo, en el número 46, que fue donde ubicaron su negocio y donde María abrió sus estudio en 1864.
Cardarelly creció en un ambiente propio de la pequeña burguesía y se relacionó con muchos intelectuales liberales de la época. De ahí que acabara teniendo relación con figuras como Rosalía de Castro, Manuel Murguía o algunos fotógrafos contemporáneos de la época.
Su relación con la fotografía
Dado que no existen antecedentes familiares relacionados con la fotografía, es difícil deducir qué llevó a la fotógrafa a adentrarse en este mundo. Algunas teorías dicen que pudo ser influencia de los retratistas de París, con quienes parte de su familia tuvieron relación.
Otra hipótesis es que pudo sentir interés por las cámaras tras su etapa trabajando como pintora de telones en un estudio de fotografía. Esta deducción se apoya en un retrato de la autora a Teresa Lamas, hermana del juez local, en el cual la firma estaba en el fondo y ponía M. Carderelly.
Por otro lado, su relación con el fotógrafo noyés Eliseo Segond suele atribuirse a su inicio en el oficio. Fue precisamente Eliseo quien firmó la única imagen conocida de Cardarelly.
Producción fotográfica
La humilde casa familiar de los Cardarelly Bousquet, situada en el Hórreo se convirtió en 1864 en el estudio fotográfico de María con tan sólo 19 años de edad. Sin embargo, las condiciones del emplazamiento no eran las más adecuadas para un establecimiento de estas características.
En primer lugar, la localización no ayudaba. En aquella época el barrio del Hórreo estaba muy alejado de las zonas por las que se solían mover la parte más adinerada sociedad. Y, en segundo lugar, el estado del inmueble y la actividad tintorera que se llevaba a cabo allí le auguraban un mal futuro.
Sobre su producción fotográfica apenas conocemos cuatro obras. Según los historiadores, lo más probable es que esto se deba a que las condiciones del estudio llevaron a la autora a practicar la fotografía ambulante o a que quizá no siempre firmaba sus trabajos.
Uno de los retratos que se conocen de ella es el de Teresa Lamas, 1864. Pertenece a la tipología de los CdV (portrait carte-de-visite), un formato fotográfico para retratos patentado en París que se popularizó en la época. Aunque lo cierto es que no está totalmente demostrada su autoría, pues podría ser la autora tan sólo del paño de fondo.
Primera retratista de Rosalía de Castro
A Cardarelly se le reconoce, sobre todo, por ser la primera retratista de Rosalía de Castro. Dos de sus fotografías, una que pertenecía a la colección de imágenes familiares que Gala Martínez-Murguía de Castro donó a la RAG y otra descubierta por el escritor Anxo Angueira en 2013, son de la célebre escritora gallega.
Ambas fueron tomadas alrededor de 1865 en la misma sesión de fotos y están firmadas con el sello de su estudio. Aunque estas no fueron las únicas imágenes que Cardarelly tomó a la familia Murguía-de Castro. En 2017 se descubrió un retrato de la primera de sus hijas, Alejandra.
Que tres de las cuatro fotografías que se atribuyen a Cardarelly tengan relación con la familia Murguía-de Castro no es casualidad. Probablemente existía algún tipo de relación entre la pareja de escritores y la familia de los tintoreros.
Su legado
La autora compaginó su trabajo como artista-fotógrafa con la industria familiar de la tintorería. Algo que tuvieron que hacer muchos fotógrafos a lo largo de la historia con el fin de subsistir dada la escasez de clientes.
A pesar de que únicamente se dedicó tres años a este oficio y que, por el momento, apenas se conocen ejemplos de su producción, la figura de María Cardarelly es muy relevante por ser una de las primeras fotógrafas con estudio propio de las que se tiene constancia en España y la primera en Galicia.
Cardarelly fue una de esas mujeres que sirvieron para abrir camino a las demás, demostrando que ellas también podían trabajar y crear al mismo nivel que los hombres. Gracias a figuras como la suya, hoy existen muchas fotógrafas que se pueden dedicar a aquello que más les gusta.