Esas son las palabras con las que María von Touceda, nieta de la protagonista del mural, empieza a hablar de su abuela. Y es que Soledad, más allá de enseñar a su familia lo que es ser una verdadera heroína, lleva años haciéndolo con el resto de compostelanos que cada día ven su retrato.
Su pintura, ubicada en Romero Donallo, pertenece a la colección “Fenómenas do rural” del pintor Joseba Muruzábal, Yoseba MP. El coruñés decidió dar voz a esas mujeres del campo que durante siglos permanecieron en la sombra a través de retratos de más de 15 metros.
Estaba buscando cruces de caminos en Galicia para pintar su serie Cruceiros cuando se dio cuenta de que en cada arcén encontraba una mujer mayor en mandilón trabajando. Entendió entonces que nadie había faenado más que las abuelas, por lo que decidió rendirles homenaje.
“Las abuelas gallegas son casi sobranaturales. Para hacer los murales iba a verlas y a hablar con ellas. Me contaban sus historias y de ahí sacaba su gran poder”, cuenta el artista. De estas conversaciones salieron más de 15 pinturas que adornar ahora las paredes de muchos pueblos de toda la comunidad.
Una vida para contar La vida de Soledad, protagonista del de Santiago, es de esas que sería imposible contar en una película porque haría falta una saga entera. María asegura que hay mil anécdotas sobre su abuela que la convierten en heroína, como esa en la que cargó con las ventanas para su casa desde Ordes a Cabaleiros sobre su cabeza.
“Fue ella la que me enseñó el feminismo de fouciño, cuando me contó cómo, de joven, un hombre quiso abusar de ella durante la siega y se defendió con la hoz, en una suerte de acción directa que tengo muy presente. Recuerdo que tras la muerte de mi abuelo no volvió a ponerse una falda y a partir de ahí siempre llevó pantalón”.
En la pintura de Yoseba, Soledad sale junto a un paraguas, su mayor aliado contra la lluvia santiaguesa. El autor quiso destacar de ella su gran dominio de este objeto, pues en una ciudad tan pasada por agua como Santiago siempre llegaba a casa seca, algo que el pintor convirtió en su gran poder.
Eligió este, pero podría haber escogido muchos más. Soledad podría haber aparecido junto a su carnet de conducir, que se sacó ya mayor y sin haber podido estudiar en su infancia; o junto a los bollitos de pan bendecido que conseguía en los pogos cristianos de San Blas para que sus nietos comieran y no enfermaran de la garganta. “Yoseba la ha plasmado surcando el cielo y es un acierto por parte del pintor”, sentencia su nieta que, reconoce, siempre que viene a Santiago pasa por delante del mural para recordarla.
Las abuelas gallegas
Las abuelas gallegas desempeñan un papel fundamental en la cultura de Galicia, pues son guardianas de tradiciones centenarias y popularmente conocidas como portadoras de la sabiduría.
Desde siempre han destacada por su destreza en la cocina, donde preparan el mejor pulpo a la gallega y las mejores empanadas del mundo, además de por la crianza de hijos y nietos. También son conocidas por sus grandes dotes para la costura y la “medicina”, pues toda abuela gallega que se precie tiene sus remedios caseros. Sin embargo, en la actualidad las abuelas se han convertido en heroínas por otros motivos. Se han descubierto en ellas auténticas virtudes y vivencias que demuestran que sus cualidades siempre estuvieron más bien fuera que dentro del hogar. Una reflexión que llevó a Yoseba a llevar a cabo esta colección de murales.
¿Dónde están el resto de abuelas?
“Fénomenas do rural” es un homenaje a todas las abuelas de Galicia, pues en todos los pueblos gallegos hay abuelas con grandes historias detrás.
La primera en ser retratada fue Lola, “A greleira de 50 pés”, que lleva desde 2016 llenando de luz la N-550 que lleva a Ordes. A partir de ella llegaron Balbina, “A muller macroondas”; Fina, “A muller nitromón” por sus patatas gigantes; Claudina, “A ninja das olas”; o Carmen, conocida como “Lady Falcón”.
Todas ellas, y las que faltan por mencionar, decoran ahora los muros de muchos pueblos del rural gallego que, gracias a Yoseba MP, ya nunca volverán a olvidar quienes son las verdaderas heroínas.