Santa María de la Corticela es una de las iglesias más antiguas de la capital gallega. Este templo religioso fue construido en el siglo IX, bajo el obispo Sisnado, y en la actualidad, se encuentra dentro de la propia Catedral de Santiago de Compostela. De hecho, es la mayor de las capillas y desde 1527 es una parroquia independiente, de "extranjeros y vascos" que recalan en la ciudad.
La iglesia de la Corticela nació ligada al vecino monasterio de San Martín Pinario y bajo la advocación de San Esteban, aunque años más tarde, en el siglo X, la dedicación cambió a la de San Martín. El templo está hoy unido al tramo norte del transepto de la Catedral de Santiago de Compostela, junto a la puerta de la Azabachería.
La iglesia cuenta con tres naves y un presbiterio cuadrado en el centro. "Los dos laterales son añadidos posteriores, como denota el uso de diferente aparejo y menor espesor de los muros, así como la ausencia de canecillos que sí se aprecian en el entorno de la capilla mayor", apunta el personal de la Catedral de Santiago. En cuanto a la cubierta, es una techumbre de madera a dos aguas en la nave central, mientras que el prebisterio está cubierto con bóveda.
A lo largo de los siglos ha sufrido diversas modificaciones y reconstrucciones. La fachada barroca de la Quintana integró la Corticela en el perímetro de la Catedral de Santiago y años más tarde, la escalinata cortaría la estrecha calle de separación con la basílica. "Con ella, quedó definitivamente integrada dentro de la basílica".
Los elementos que encontramos en el interior de la Iglesia de Santa María de Corticela pertenecen a épocas dispares. Destaca una portada del siglo XII y diversos sepulcros góticos y renacentistas, "que reflejan su rica historia y evolución". La urna con el Cristo Yacente es una obra anónima del siglo XVII, mientras que la imagen del Cristo en el Huermo es anterior; concretamente, del siglo XVI.
"La Virgen de la Consolación de la capilla mayor es también renacentista. Se trata de una imagen de especial devoción para los estudiantes de Santiago, quienes tradicionalmente depositan en las manos de ellas sus peticiones en pequeños trozos de papel, que abundan en épocas de exámenes".
Por otra parte, también cabe mencionar en este artículo la Iglesia de San Fiz de Solvio, otra de las más antiguas de la capital gallega. Fue destruida por Almanzor en el año 997, y el actual edificio es un compendio de reconstrucciones realizadas a lo largo de casi ocho siglos. Durante el siglo XVII se añadieron algunas capillas, mientras que en el siglo XVIII se amplió la iglesia, con dos nuevas naves y un campanario.