Pasear por la Dársena de la Marina y la zona de El Parrote disfrutando un helado artesano es uno de los pequeños grandes placeres que ofrece la ciudad. Hoy lo podemos hacer relajadamente ajenos al ajetreo y bullicio marinero de otros tiempos, cuando el mar llegaba hasta las casas, salpicando lo que eran viviendas de pescadores. Incluso los muros de algunas puertas aun conservan las argollas metálicas de amarre de las embarcaciones.
Tan de mar es La Marina, que hasta las galerías fueron inspiradas en la estructura que utilizaban los marinos del S.XVII para cerrar parte de sus navíos, con madera, hierro y cristal. Cuando la burguesía se hizo con estas viviendas de pescadores, utilizó ese sistema para proteger las casas del viento y la humedad.
Olor a mar, salitre. Reflejos de luz y de vida. Es La Ciudad de Cristal, ¿cómo no retratarla? Compartimos a continuación 10 imágenes geniales de la zona de La Marina y El Parrote.