Contra el Valencia, ese fue el primer partido que se disputó en el Estadio Municipal de Riazor. Era el 29 de octubre de 1944, aunque en realidad la inauguración oficial fue en el encuentro España-Portugal del 6 de mayo de 1945.
Hasta entonces el equipo jugaba en el viejo campo conocido como Parque de Riazor, situado donde se ubica hoy en día el colegio de las Esclavas. Allí entrenaron los blanquiazules desde 1909. Pero en 1941 el ascenso reavivó la necesidad de construir un nuevo campo de futbol.
El terreno del nuevo estadio fue adquirido por el Ayuntamiento por 300.000 pesetas y el proyecto fue obra del arquitecto Santiago Rey Pedreira, quien ya desde 1939 había comenzado a diseñar una instalación arquitectónicamente emblemática.
Más de cinco millones de pesetas se destinaron a la construcción del nuevo estadio que, con una marcada arquitectura monumentalista, convirtió a Riazor en uno de los campos más grandes de España.
El Gran Riazor
El recinto ocupaba cerca de 40.000 metros cuadrados y su capacidad fue la más alta de toda su historia. En sus gradas cabía cerca de la mitad de la población de la ciudad en 1945, que entonces tenía unos 120.000 habitantes.
Pero no solo la gran capacidad daba idea de la majestuosidad del estadio, también lo distinguían sus elementos singulares.
Uno de ellos era su propio dieño, con una pista de atletismo de seis calles. Otro de los elementos, y no por ello menos importante, era la larga columnata con arcadas a modo de fachada frente a la playa de Riazor. Y no hay que olvidarse de la llamada Grada Elevada, situada en el lugar de la actual Preferencia Superior, que fue una de las mayores de España en su día.
Por último, en este nuevo estadio destaca un obelisco de más de 45 metros de altura, que se denominó Torre de Marathón. No era sino un mirador para seguir en panorámica las pruebas atléticas, fundamentalmente la maratón. Pero con el paso del tiempo se demostró la poca utilidad de este elemento.
El Estadio, inaugurado con una derrota por 2-3 contra el Valencia, sufrió una profunda remodelación con motivo del Mundial de 1982. El encargado de dicha reforma, el arquitecto municipal Antonio Desmonts.
Riazor va perdiendo su aspecto original y a partir de ese momento se adapta a las competiciones internacionales, perdiendo así fuelle du uso como pista de atletismo. Se convierte en un espacio más confortable, con localidades de asiento y cubiertas.
Convenio con el Ayuntamiento
Poco después, en la temporada de 1983-1984, el Ayuntamiento y el Deportivo acuerdan a través de un convenio la cesión del Estadio por un periodo de 50 años, al precio simbólico de una peseta anual.
Tras esta firma, hubo que esperar hasta la década de los 90 para ver una nueva remodelación del Estadio. ¿Por qué esta reforma? Sí, Riazor ya había sido remodelado en el año 82, pero ahora se quería cerrar y transformarlo en un campo de futbol 100%, sin pista de atletismo. Desaparecieron algunas gradas y se crearon otras nuevas, todo para dotar al espacio de una sensación de envolvimiento.
Pasan los años y el acuerdo de colaboración necesita ser revisado. Año 2000, Ayuntamiento y Deportivo revisan el mismo ajustándolo a las necesites del Club y de la ciudad. El Estadio se adapta a las normativa de la UEFA para que el equipo pueda participar, por primera vez, en la Liga de Campeones.
Tras esto, y de manera escalonada, el Estadio fue experimentado diferentes mejoras hasta el día de hoy. Destacan las mejoras realizadas en el verano de 2015, cuando se instalaron unos nuevos videomarcadores, que redujeron la capacidad del estadio en 548 localidades, además de los palcos VIP, palco de autoridades y prensa.
Cambio de nombre
Dos años después, en concreto el 29 de junio de 2017 el Estadio experimentaría un cambio más importante. No se trata de modificaciones estructurales, sino más bien cuestiones de nombre. Ese día el recinto pasó a denominarse comercialmente Estadio ABANCA-RIAZOR, tras la firma del nuevo acuerdo de patrocinio de la entidad financiera.
El “apellido” comercial del Estadio era una de las puertas de salida para aliviar el pago de los más de 50 millones de euros de deuda privilegiada con Hacienda. De esta forma la entidad financiera refinanciaría la deuda del Club. Y así se hizo constar en el convenio sellado entre el Club y el Ayuntamiento.
Además de dar su visto bueno al cambio de nombre, el consistorio herculino, propietario del campo, se hizo cargo de la reforma de las cubiertas del Estadio, cuyas obras se iniciaron en junio de 2018.
Además de cambiar las cubiertas, se sustituyó todo el sistema de iluminación; lo que dotó al Estadio de una mayor visibilidad tanto dentro del terreno de juego como fuera. Y es que solo hace falta acercarse al paseo marítimo para comprobar la gran luminosidad de Riazor. El viejo campo del Dépor brilla más que nunca.