Nació un 21 de noviembre de 1922 en A Coruña y falleció hace 23 años, un 22 de noviembre de 1996. Una actriz de talla internacional que fue considerada musa del existencialismo francés. Exiliada en Francia, una morriña la acompañó toda la vida. "Yo soy un pedazo de Galicia", llegó a decir a su regreso, 40 años después de haber abandonado el país.
Hija del también nacido en A Coruña, Santiago Casares Quiroga, se crió entre A Coruña, donde vivía la mitad del año, y el Pazo de Montrove, la otra mitad, como una niña tímida, algo que intentó superar practicando teatro.
El 18 de julio de 1936, siendo su padre en aquel momento jefe de gobierno de la República, salió al exilio con 13 años. Primero a Madrid y con 14 años llegó a Francia, con su madre. En esos 40 años sin volver a pisar España, el recuerdo de su tierra se mantuvo intacto: "la forma de comer, los colores en su memoria", contaba ella misma.
Incluso en su acento, aunque con un toque afrancesado, se percibe aún a Galicia en la entrevista que ofrece en 1981. Una entrevista en la que dice que "en Galicia el tiempo es el de las lunas y las mareas, no el del reloj". Fue difícil hacerse un hueco en Francia: adaptarse a las costumbres, aprender a hablar francés y dar luego el salto a interpretar en lengua extranjera subida a un escenario, o ante una cámara.
Dos amores: Camus y Galicia
Fue el teatro la que la unió con el que sería "el gran amor de su vida". María Casares conoció a Albert Camus en una reunión entre amigos en marzo de 1944 y se continuaron viendo durante los ensayos "El Malentendido", una obra escrita y dirigida por el propio Camus que se estrenó en 1944 con Casares formando parte del reparto. Hubo flechazo.
“Te me apareciste como un último salvavidas lanzado en medio de una vida que a partir de entonces estaba vacía. Me agarré a él con todas mis fuerzas y voluntariamente cerré los ojos a todo lo que podía poner en peligro esta última esperanza", le escribió en una carta María Casares a Albert Camus.
Pasarían años sin verse. La casualidad les llevó a reencontrarse en 1948 y mantendrían una relación sentimental hasta la muerte de Camus en 1960. Siempre sería la musa del filósofo y periodista francés, protagonizando varias de sus obras, así como también representó obras de Sartre, Cocteau y Claudel. De Camus dice lo siguiente: "Era cordial por una compasión profunda. Cuando lo conocí supe que nunca volvería a estar sola, aunque muriese".
También hasta su muerte llevó a Galicia en sus adentros, como su pasado, el de una familia enraizada en A Coruña, y su eterno presente: "Todo lo que sé es que Galicia es, quizás, el único lugar en España donde una mujer sola y soltera, cigarrera de profesión (su abuela), podía acometer la hazaña a comienzos del siglo XX en una ciudad de provincias española, de traer al mundo tres hijos de un mismo hombre, casado en otra parte, y criarlos. Conservando el respeto de sus paisanos".
No en vano los premios que reconocen cada año, desde 1997, las artes escénicas en Galicia llevan su nombre y será siempre considerada como una de las más grandes actrices europeas del siglo XX.