Los datos disponibles apuntan a que vivieron durante bastantes años en A Coruña, aunque no es posible conocer exactamente cuántos eran. Sin embargo, parece ser que la judía fue una comunidad activa en la ciudad, tanto que uno de los textos religiosos más importantes de la Edad Media es la biblia Kennicott, cuyo manuscrito se terminó en 1476 en A Coruña.

Los documentos que acreditaban la presencia de los judíos en la ciudad se perdieron. "La ventaja es que el pueblo judío tenía unas normas iguales para todos. Los de Castilla eran iguales que los de Aragón y los de Galicia, y podemos deducir algo mediante comparaciones", explica la ayudante de investigación del CSIC-Instituto de Estudios Galegos Padre Sarmiento, María Gloria de Antonio Rubio.

No se sabe exactamente ni cuándo ni cómo llegaron los judíos a Galicia, pero sí que se asentaron poco a poco formando comunidades. "Los documentos que tenemos son todos a partir del siglo XIV y XV. Parece lógico pensar que pudieron llegar de Inglaterra cuando los echaron de allí, pero no hay nada que lo pruebe", explica la investigadora. Precisamente, existe un registro de nacimiento inscrito en la Biblia hebrea de Cervera en el que consta que Samuel, hijo de don David de Mordekay, nació en A Coruña el 21 de diciembre de 1375.

¿A qué se dedicaban los judíos en España?

El primer texto de su presencia en la comunidad los sitúa en Celanova y es de 1044. El documento habla de un noble que asalta la casa de otro noble al que le sustrae todas sus pertenencias y, de paso, roba en la casa de los judíos "que tenían un mercado de paños".

Don David era un judío que en 1384 poseía un barco con el que exportaba pescado al Mediterráneo, por lo que su profesión podría haber sido la de navegante o comerciante de pescado.

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Hay otro documento que habla de un robo a varios judíos en Santiago. Estos procedían de Medina del Campo y tras el asalto, seis o siete vecinos hebreos de A Coruña le piden a las autoridades que les ayuden a pagar el rescate. "Esto quiere decir que ellos también debían de ser comerciantes", explica la investigadora, que apunta que la mayoría fueron seguramente artesanos. Una prueba de esto podría ser la elaboración de la biblia Kennicott, en la que habrían participado un escribano, un dibujante, alguien que la encuadernase, un taller de pinturas…

Maestre Moysen, por otro lado, era morador en A Coruña y en 1486 recibió respuesta de los reyes, a los que había pedido que hiciesen cumplir la sentencia que lo declaraba inocente de haber dormido con cristianas. Este tipo de acusaciones era una de las más graves contra los judíos y podía costarles la vida, según recoge María Gloria de Antonio Rubio en Judíos y juderías en la Galicia medieval.

Otro nombre recogidos en documentos históricos es el de Don David de Donas, que en 1415 paga 10.000 maravedíes a Gonzalo Díaz de Mesía. En 1433, Gómez Pérez das Mariñas tiene presos en el castillo a cristianos y judíos, entre estos últimos a Mosé Becrido.

Las pruebas de que hubo judíos en A Coruña

"Que hubo judíos es un hecho", confirma con contundencia de Antonio Rubio. La investigadora se basa en que los miembros de este pueblo debían tributar a hacienda una cantidad de dinero por ser judíos, y en el caso de A Coruña se conservan varios años de pagos. "La cantidad asignada a cada comunidad era repartida por las autoridades judías. Pagaban a razón de 45 maravedíes por familia. Por lo tanto, al dividir la cantidad total por 45 se obtiene el número de familias sujetas a tributación", explica la investigadora. Según los datos disponibles, en la zona de A Coruña, Betanzos y Ribadeo había 95 familias en 1464, que disminuyeron hasta las 11 de 1491, un año antes de su expulsión.

La casa blanca de la esquina pudo haber sido la Sinagoga, según de Antonio Rubio.

La toponimia suele dar pistas sobre el pasado de los lugares. En el caso de A Coruña, hay algunos nombres de calles que pueden hacer referencia a la presencia judía en la ciudad, como la Sinagoga. Precisamente aquí se dice que estaba situado el lugar de culto de los judíos durante la época en la que vivieron en A Coruña. El edificio al que apuntan los investigadores es una casa blanca que el dibujante coruñés Francisco de la Iglesia reflejó en 1894 una de sus obras, llamada Sinagoga de A Coruña. "Es exactamente igual a como está ahora: las mismas ventanas, las mismas puertas, los escalones para acceder…", menciona de Antonio Rubio, que asegura que si esto fuese verdad, sería la única sinagoga que se conserva en pie en Galicia en este momento.

La zona de la ciudad donde vivió la mayor parte de la población hebrea estaría localizada cerca de esta calle: se trata del área de la Porta dos Ares, situada en la muralla coruñesa. Sin embargo, no se puede afirmar que en A Coruña, ni tampoco en el resto de Galicia, existiese una judería como tal. Lo más probable es que conviviesen judíos y cristianos, aunque con mayoría de los primeros. "En Ourense, que es la que está mejor documentada, en 1487, todavía no había un barrio judío exclusivo. Creo que no hubo juderías con el concepto que tenemos ahora de gueto, sino zonas donde vivían más concetrados", explica de Antonio Rubio.

Una de las tumbas judías encontradas en A Coruña fotografiadas por Ángel Martínez Levas en una imagen cedida por el Museo Arqueológico Nacional.

El Museo Arqueológico Nacional, en Madrid, conserva tres lápidas de judíos que fueron encontradas en 1874 en la Palloza, donde está la antigua fábrica de tabacos. El descubrimiento de estas tumbas que podrían ser del siglo X parece probar que existió un cementerio hebraico en la ciudad, aunque haría falta un análisis más profundo del área. Las lápidas, escritas en hebreo, mencionan a “Abraham bar”, “Dona Iusta” y “Doña seti”, casada con “Don Ishaq el Qarol". Precisamente, algunas voces apuntan que cerca de donde fueron encontradas, en concreto en el lugar donde hoy está el muelle de San Diego, existió un islote conocido como Isla de los Judíos.

La biblia Kennicott

El documento más importante que prueba la presencia judía en A Coruña es la conocida como biblia Kennicott, una copia manuscrita de 1476 caligrafiada por Moses Ibn Zabara e ilustrado por Joseph Ibn Hayyin. Este ejemplar está considerado como una de las obras religiosas más importantes de la Edad Media por su elaborada decoración.

Moses Ibn Zabara y Joseph Ibn Hayyin elaboraron este Tenach (Antiguo Testamento) a petición de don Salomón de Braga, el patriarca de una adinerada familia coruñesa, para su hijo Isaac. Al final del libro escribió su fecha y lugar de remate: 24 de julio de 1476, en A Coruña.

Copia del manuscrito ‘Kennicott’ situado en la Biblioteca de Estudios Locales de A Coruña.

El manuscrito Kennicott es conocido como tal por el hebraísta inglés Benjamin Kennicott, que pasó su vida comparando cientos de biblias hebreas y que adquirió el texto escrito en A Coruña en el siglo XVIII. A principios del siglo XX, una estudiosa alemana publicó un estudio sobre esta biblia, momento en el que se "redescubrió".

El documento está ahora conservado en la biblioteca Bodleiana, la principal en materia de investigación de la Universidad de Oxford (Inglaterra) y en más de 200 años apenas una treintena de historiadores del arte y académicos han podido estudiarlo. Actualmente, es posible ver un facsímil de este manuscrito en la Biblioteca Municipal de Estudios Locales de A Coruña.

La expulsión de los judíos de la ciudad

Los Reyes Católicos ordenaron en 1492 la expulsión de los judíos del país mediante el Edicto de Granada para impedir que estos influyesen sobre los cristianos. La decisión estaba relacionada con la Inquisición, que había sido instaurada catorce años antes en la Corona de Castilla y nueve en la de Aragón para perseguir a los judeoconversos que seguían practicando su antigua fe.

No existen datos concretos de la cantidad de personas de religión judía que se vieron obligadas a abandonar el país, así como tampoco se puede saber cuántas decidieron cambiar de nombre para permanecer. "Si antes se llamaban Salomón o Abraham y después se pusieron nombres cristianos, como Juan y Pedro, no los puedes distinguir de otros cristianos", explica la ayudante de investigación del CSIC.

Varios judíos de A Coruña, Pontedeume y Ferrol, entre otras localidades gallegas, fletaron un barco con destino África para huír de la persecución de los reyes españoles en 1492. El puerto coruñés, pues, fue uno de los puntos geográficos desde los que los judíos gallegos consiguieron salir del país.