A Coruña es una ciudad que navega en el Océano Atlántico. Como si se tratase de un barco, la convivencia con el mar es tan directa que es en gran medida responsable de algunas dinámicas culturales, sociales y urbanísticas  de la ciudad. La relación entre la ciudad y el mar se convierte en una simbiosis, así la historia o la cultura actúan sobre ese organismo a medio camino entre la construcción del hombre y el soporte de la naturaleza. 

En la primera mitad del siglo XIX, las políticas liberales europeas llevan a una preocupación por el higienismo que provoca cambios transversales en la sociedad. La ciudad también cambia, las condiciones de salubridad se aplican al urbanismo a nivel estructural, se introducen nuevos equipamientos, una nueva mentalidad en la que se tiene en cuenta la salud. El higienismo, originario de los países europeos como respuesta inmediata a los problemas de hacinamiento de muchas grandes capitales europeas, genera toda una disciplina, que argumenta y teoriza no sólo sobre la solución a llevar a cabo en los suburbios de Londres (en pleno auge industrial) o Viena, sino también sobre la utopía de la ciudad higienista como herramienta para los planes de desarrollo urbanos. Son numerosas las publicaciones de expertos que desarrollan ideas higienistas, configurando un abanico de visiones subrogadas a la disciplina de la que provienen, perro que convergen en términos comunes.

La Giovinezza Paolo Sorrentino via Fotogramas

"Todas estas son las tristes pruebas de que la mayoría de las dolencias que nos afectan han sido causadas por nosotros mismos y que las hubiéramos podido evitar todas si viviéramos con la sencillez y con el retiro que los impone la naturaleza" JJ Rousseau. El Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres (Discours sur l’origine et les fondements de l’inégalité parmi les hommes), Tecnos, 2005 

A Coruña no es una excepción a la corriente higienista europea. El diseño urbanístico se amolda con esta nueva capa incorporando herramientas, formas y estructuras propias de otros modelos europeos. El higienismo se introduce en los nuevos planes de ensanche, regulando el ancho de las calles para garantizar el soleamiento y la ventilación adecuada de las viviendas. Determina el parcelario de las nuevas actuaciones para evitar los hacinamientos de vivienda, y contempla espacios públicos y equipamientos dentro de la trama urbana, para esponjar el tejido, lo que también permite introducir arbolado.

Se alejan las industrias, los mataderos y los cementerios de la ciudad, y se reorganizan y pavimentan los sistemas de saneamiento. También se proyectan espacios que no responden únicamente a funciones económicas o mercantiles, sino que la función estética de estos aparece en primer plano, entendiendo dentro de esta la condición de percepción arquitectónica que pone en relación a la arquitectura con su habitante y no sólo con la actividad del lugar.

Estas actuaciones sobre el urbanismo desde la estética higienista conllevan también consecuencias psicológicas, que favorecen la condición de percepción del propio cuerpo, el sentimiento de humanidad, que lleva a la idea de ‘calidad de vida’, un término muy contemporáneo que sólo es posible cuando el ser humano tiene conciencia de serlo.

En esta etapa, y con esa visión humanista tan revolucionaria, nace una nueva tipología arquitectónica, de la que A Coruña, por su condición de hábitat simbiótico con el Atlántico, es protagonista en el país junto con otras ciudades: aparecen las casas de baño.

Arquitectura de la salud   

Inmediatamente después del debate europeo sobre urbanismo y salubridad, la visión sobre el mar como fuente natural de beneficio sobre la salud humana, emerge como un tema relevante. El urbanismo de la ciudad comienza un camino de apertura hacia el mar, que no únicamente se centra en el funcionalismo excluyente: el mar como via comercial o el mar como salida de deshechos. El mar es ahora, de forma abstracta, un agente psicológico positivo que actúa sobre la naturaleza humana. La playa y la costa se convierten en el escenario de equipamientos que permitan aprovechar los beneficios naturales de éste. Las casas de baño en todas sus versiones, desde las pequeñas casetas de la playa o las que se movían por raíles a las construcciones que bombeaban agua del mar constituyéndose en balnearios a pie de playa.

Termas de Vals por marco_pozzo

En España la corriente higienista es especialmente impulsada por el médico Rodríguez Méndez tras la muerte de Fernando VII. La preparación científica, aunque escasa, era beligerante, y los beneficios de estas nuevas tipologías urbanas sobre la salud humana, muy tangibles. Tanto es así que tras esta fase ‘urbana’ tiene lugar la ‘doméstica’ en la que las ordenanzas municipales comienzan a normativizar espacios privados regulando la altura mínima del interior de la vivienda, la ventilación e iluminación natural a través de la definición del hueco en fachada, la necesidad de incluir instalaciones de saneamiento y fontanería, además del compromiso de mantener la vivienda limpia. A estas pequeñas actuaciones le seguirán otras más minuciosas como por ejemplo, los sistemas de desinfección y depurado de aguas, fruto de los avances científicos.

Baño de Szechenyi por Snoeziesterre

Las casas de baño en A Coruña

A Coruña incorpora la casa de baño como nueva tipología siguiendo el ejemplo de otras ciudades españolas como Santander o San Sebastián, lugar de veraneo de Isabel II. A mediados del siglo XIX A Coruña cuenta con numerosas casas de baño entre las que destacan: La Perfecta, el Balneario de la Beneficiencia Municipal, el Balneario Flotante, el balneario de Cervigón, el arenal del Parrote y el Balneario de Santa Margarita.

En el XIX había en la ciudad otras seis casas de baños: La Perfecta, La Primitiva, La salud, el Arenal del Parrote, Balneario Flotante, Balneario de Cervigón Guerra, Balneario de Santa Margarita y Balneario de la Beneficiencia Municipal. La mayor parte de estas instalaciones se vinculaban a la playa de Riazor, aunque en la playa que ocupa actualmente La Solana existía otro centro. En el área en que  actualmente se ubica la calle Rubine acumulaba un gran número de estas construcciones. La Perfecta (1888) se encontraba en la playa de Riazor y era propiedad de Bernardino de Aspiazu Álvarez, frente a esta se situaba el Balneario de la Beneficiencia Municipal (cuyo mayor accionista era Eusebio da Guarda).

Próximo a estos dos establecimientos se encontraban La Primitiva y La Salud que tomaban el agua de la playa y eran más populares entre la población. La Primitiva, uno de los más trascendentes en términos sociales y debido a sus avatares históricos, pertenecía a Guillermo Howland de Quesada quien encargó el proyecto al arquitecto Faustino Domínguez. La construcción acumula una historia un tanto accidentada con diversos cambios de propiedad, altercados, ruinas y éxitos, pero que en términos urbanísticos implica actuaciones urbanas de profundidad debido a la necesidad de bombear gran cantidad de agua por debajo de la calle Rubine.

Un poco más alejado de éstos se construyó en 1878 el baleario de Santa Margarita, que por su condición más distante de la playa contaba con un jardín. La Salud, en Rubine 22, era propiedad del médico municipal, Juan de Villardefrancos, e incorporaba una estructura muy interesante de cuerdas y parcelación en la playa que permitía acercar las caseta o lanchas al agua. La actuación sobre la playa no terminaba aquí, sino que además cada casa de baños la sectorizaba en zonas para hombres y mujeres

El balneario del Arenal del Parrote era el más antiguo de la ciudad, construido en 1839 por iniciativa de José Fernández Luego. Este se complementaba con el balneario flotante que se encontraba cercano a la rampa de acceso al mar de la avenida de Montoto (propiedad de Francisco Pola). 

Las casas de baño de A Coruña comparten rasgos comunes entre sí y con esta tipología arquitectónica. La casa de baño incorpora en su interior una sala con pilas de baño, salas de tratamiento, espacios para consulta médica y zonas de descanso que en algunas ocasiones se convierten en jardines. Las zonas húmedas se revestían de azulejo, habitualmente blanco primando la higiene y limpieza del espacio. La Primitiva incorporaba 26 pilas de las cuales 12 eran de mármol y 14 de azulejo, mientras que La Salud tenía 40 pilas de baño y un jardín, las salas estaban revestidas de mármol blanco, ladrillo de colores y mosaico.

Las construcciones más próximas a la playa eran estructuras ligeras de madera aserrada, con una técnica muy similar a las construcción naval. Los materiales utilizados para este tipo de construcciones en las que  el grado de humedad es alto y variable debido al llenado y vaciado constante de las pilas, son aquellos que se consideran más adecuados para la presencia de agua, pero también para altos grados de salinidad. La salinidad del agua afecta a los materiales más porosos, modificando la estructura interna del mismo de forma que éste se vuelve ávido de agua aumentando su humedad interna. Para ello es necesario que los materiales utilizados sean capaces de soportar altas humedades internas.

Por esta razón se utilizan las maderas (si no hay cambios bruscos en los niveles de humedad), roca metamórfica muy compacta como el mármol o azulejo, puesto que su cara expuesta se encuentra suficientemente impermeabilizada a través del esmalte. En todos los balnearios había grifos de agua dulce, agua salada, agua fría y agua caliente, por lo que los materiales utilizados debían resistir también los cambios térmicos. Desde un punto de vista higiénico, la ausencia de poro facilita su limpieza, especialmente la eliminación de bacterías que la presencia de agua caliente puede implementar. 

La arquitectura de las casas de baño define y aplica los criterios de salubridad e higiene, de los nuevos postulados médicos y culturales, que ponen su centro de gravedad en el ser humano y la conciencia de su propio cuerpo. El lenguaje arquitectónico asociado a las casas de baño es el resultado de la aplicación de esta materialidad a su función estricta y la composición necesariamente salubre de los espacios. El resto del edificio se decoraba al gusto de la época con algún manierismo del lenguaje estético del tiempo en que fue construido, normalmente modernismo, neoregionalismo o neoclasicismo. En muchos casos su estética recurrente era la de los baños europeos, como los de Portugal, Italia o Hungría. 

"La arquitectura no existe sin personas"

Shnoetta

Baño de Szechenyi por tjabeljan

La arquitectura es una disciplina que se adapta a las necesidades del ser humano porque es una extensión de éste. Así, cuando se toma conciencia de la necesidad de crear espacios saludables, la arquitectura crea espacios a través de sus herramientas para favorecer este nuevo criterio vital. Pero no se trata únicamente de una tipología arquitectónica estanca, sino que la morfología, materialidad, funcionalidad y estética de estas casas de baño abordan conceptos que se transforman en prototipos constructivos que trascienden el momento, y atraviesan la historia hasta aplicaciones actuales en otras tipologías arquitectónicas como la hospitalaria.

Las casas de baño son una de las primeras tipologías arquitectónica que abordan la salud desde la arquitectura, abriendo el camino a una investigación que se ha desarrollado durante todo el siglo XX hasta la actualidad conforme la tecnología y la ciencia avanzan. Arquitecturas que humanizan y que conectan con la naturaleza explicando que aquí donde vivimos es un hábitat.