Ni a su templanza ni al clima templado en el que se asienta debe la parroquia cambresa de O Temple su característica nomenclatura. El origen parece remontarse al medievo, cuando unos caballeros combatían con todo su temperamento las guerras de la fe. Descubrimos los orígenes de la localidad mientras damos una vuelta por su agradable paseo.
Un legado inmaterial
Se cree que el topónimo de O Temple proviene de la Orden homónima u Orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Salomón. Integrada por caballeros templarios, esta fue una de las órdenes religiosas y militares más importantes de la Edad Media, cuya actividad comprendió los siglos XII, XIII y XIV. Las principales misiones de estos hombres de guerra fueron lograr la Reconquista y vencer en las Cruzadas.
Existen numerosas leyendas acerca de los Templarios, que han pasado al imaginario colectivo por su enorme poder y también por su prohibición por parte del Papa Clemente V en 1312, acusados de blasfemia y herejía tras ser arrestados el viernes 13 de octubre de 1307 sus principales dirigentes. Esta disolución de la orden es la base de todo tipo de creencias, como la del viernes 13 como día de mala suerte en Francia e Inglaterra, e historias como la de El código Da Vinci.
Durante la época templaria se reformó el puente romano de O Burgo, que hoy en día es un importante nexo de unión peatonal entre los concellos de Cambre y Culleredo, separados entre sí por el río Mero. De los 11 arcos de medio punto con los que cuenta la construcción, 6 se corresponden con la estructura primitiva. En las cercanías del puente se encuentran las iglesias de Santa María y Santiago, así como el mítico paraguas de O Burgo, que antaño fue una marquesina de tranvía.
El orgullo local
Como curiosidad, el equipo de fútbol del barrio se llama Once Caballeros C. F., en alusión al número de jugadores que integran el conjunto y la categoría de los hombres con los que se relaciona la denominación parroquial.