¡Moderno! Ser moderno no es fácil. Y en el mundo de la arquitectura, a veces, mucho más. Las implicaciones económicas, materiales, sociales y otras tantas características arraigadas al estricto materialismo logístico la convierten en una disciplina de producción lenta, en la que la latencia de la moda desaparece en favor del estilo. Pero ser moderno es, en realidad, una percepción superficial y externa, ya que los mecanismos que hacen que una obra de arquitectura sea consensuadamente moderna responde a una destilación o reducción (como en cocina) de factores más arraigados a la base propia de la disciplina como el lenguaje, la morfología, la cultura local, la proporción, el análisis del contexto urbanístico-social, la materialidad o los nuevos sistemas constructivos. 

La fantasía y el oficio tradicional

En la película Pan Amor y Fantasía (Comencini, De Sica, 1953), un hombre se detiene ante un lugareño mayor que se dispone a comer un bocadillo aparentemente vacío. El primero, contrariado le pregunta: “¿De qué es el bocadillo?, el segundo le mira con una sonrisa dulce y responde: “de pan y fantasía”. Y es que la fantasía es, en realidad, un ingrediente muy importante para hacer de un devenir cotidiano gris o crítico algo con una cierta esperanza en forma de juego, broma o simplemente ternura.  

El arquitecto Adolf Loos relataba a menudo una escena entre un talabartero y un profesor de diseño en plena secesión vienesa. El talabartero, buscando encajar en el pulso de su tiempo, fue a ver a este profesor para preguntarle si sus diseños eran modernos, este le contestó que de ninguna manera lo eran. El artesano, decepcionado, le preguntó cómo podría hacerlo, así que el maestro le propuso proponer el diseño de una silla de montar a sus estudiantes. Incluso él mismo haría algunos diseños. 

Casa Batló. Antonio Gaudí (1904 – 1906)(Fuente: Shutterstock)

“Venga mañana otra vez. Estamos aquí para fomentar la industria y fecundarla con ideas nuevas. Quiero ver lo que puede hacerse por usted” respuesta del profesor al talabartero

Días después ambos se reunieron de nuevo para analizar las casi cincuenta propuestas. Tras estudiarlas detenidamente, el profesor orgulloso de los resultados preguntó al talabartero su opinión, a lo que este respondió: “Señor profesor, si yo supiera tan poco de cabalgar, de caballos, de la piel y del trabajo de esta como ellos, también tendría fantasía”.

Imagen superior: Ca’ d’Oro de Venecia, 1428 (Fuente: Shutterstock) Imagen inferior: Interior del Institut du Monde Arabe en París de Jean Nouvel de París, 1987 (Fuente: http://www.jeannouvel.com/)

Pero la fantasía no ha de estar reñida con la realidad. De hecho, la arquitectura es una disciplina conciliadora entre ambos conceptos, creando ideas luminosas si estas se observan con cuidado. Obras como la Casa Batlló o la Sagrada Familia de Gaudí, la casa de César Manrique en Tenerife, el interior del Institu du monde árabe de Jean Nouvel, la loggia del Ca d’oro en Venecia son en realidad espacios irreales, y sin embargo construidos. Como en la película: pan, amor y fantasía. Si el pan se asocia con la materialidad mundana del oficio y la tierra, y la fantasía con la libertad creativa sin límite, el amor representa en realidad la pasión o la voluntad de hacer, y en eso la arquitectura es una disciplina conciliadora entre conceptos dispares.

Las bellas artes de la construcción

Galerías de La Marina coruñesa(Foto: Nuria Prieto)

Las galerías coruñesas constituyen un elemento identitario de la ciudad. En apariencia este elemento tan icónico parece homogéneo ya que el lenguaje es muy similar entre unas y otras. Al fin y al cabo, constructivamente es un sistema muy sencillo compuesto de vidrio y madera. Las fachadas con galería aparecen en muchos puntos de la ciudad, pero en la fachada hacia la marina, esta adquiere su máxima expresión. La repetición de las galerías, con el mismo lenguaje a lo largo de una gran superficie crean una pieza compacta de gran escala que impacta al comprenderla como un conjunto. Pero incluso en la fachada de la Marina, homogénea, tersa hay pequeñas diferencias ocultas bajo el mismo lenguaje…salvo el diente de oro, obviamente.

Galerías de La Marina (Foto: Nuria Prieto)

Una de las galerías más singulares de la marina es la correspondiente al inmueble situado en la calle Riego de agua 25-27. Su denominación, no genera ninguna sorpresa, no se trata de un edificio con nombre propio, pero es una de las galerías con más colorido de la fachada marítima. ¿Por qué dentro de un lenguaje común, el de la galería, y un estricto corsé compositivo planteado por la ordenanza municipal del momento esta casa es tan diferente? La explicación tiene que ver no con el pan, sino con la fantasía. Aunque algo tuvo que ver también Gabriel Vitini Alonso.

Vitini (1845-1905) fue un profesional nacido en Valladolid (Castrillo-Tejeriego) que se formó en la Escuela de Bellas Artes perteneciente a la Academia de la ciudad entre los años 1866 y 1869. Pero su formación fue técnica, convirtiéndose en maestro de obras y director de caminos vecinales (a pesar de suspender el examen de maestro en 1869 y aprobarlo en la siguiente convocatoria en 1870). La doble pátina técnico-artística del ambiente en que se forma Vitini, le proporciona una visión estereoscópica más propia de un arquitecto que de un maestro de obras (una figura que en este tiempo es más asimilable a un arquitecto técnico, es decir, a un director de ejecución). 

Establecido ya en A Coruña como director de caminos vecinales para la diputación, comienza a realizar pequeños encargos. A pesar del impedimento legal de competencias que recaía sobre los maestros de obras para diseñar obra pública, Vitini desarrolla proyectos privados (que entonces no estaban regulados como hoy en día, y no requerían arquitecto en la mayoría de los casos para obtener licencia). Recibe el apoyo del ayuntamiento en este punto, quizás por su buena praxis y profesionalidad, lo cual le facilitó el desarrollo numerosos proyectos que de otra forma no hubiese podido desarrollar. Quizás el más notable de todos ellos, por la representatividad que implica, es el monumento en honor a Aureliano Linares Rivas popularmente conocido como el Obelisco (aunque la base y cimentación fue diseñada por el arquitecto Antonio de Mesa). 

Imagen derecha, fachada hacia Riego de Agua. Imagen izquierda, detalle de la fachada de la galería Vitini hacia La Marina(Fotos: Nuria Prieto)

En el edificio de la calle Riego de Agua 25.27, Vitini crea una narrativa virtuosa a través de su particular lenguaje propio. Su prosa compositiva se basa en motivos neomedievales que aplica tanto a la cantería como al ornamento en madera o vidrio, una singularidad excepcional. Sus motivos neomedievales son más cercanos al gótico castellano que al románico, más arraigado a la tradición gallega. Posiblemente esta cercanía al gótico es la que motiva el uso de vidrios de colores como en las vidrieras tan propias de este estilo, recurriendo a un paralelismo de pragmática materialista: el uso de grandes paños acristalados en un sistema constructivo que se conciben como lienzos en blanco para la composición artística. 

Imagen derecha, fachada hacia Riego de Agua. Imagen izquierda, fachada de la galería Vitini hacia La Marina(Fotos: Nuria Prieto)

En términos compositivos, el volumen del edificio fusiona el espacio correspondiente a dos parcelas. El proyecto original contaba con tres plantas y una gran buhardilla, que pronto se convirtió en un piso más. Siguiendo la ordenanza municipal del momento, el edificio presenta dos fachadas completamente diferentes: una fachada con huecos pequeños y ordenados hacia la calle Riego de Agua y una fachada con galería hacia la marina. La morfología, dimensiones y composición de ambas fachadas es rígida ya que han de seguir estrictamente la composición del resto de edificios colindantes.

Galería de la fachada de La Marina(Foto: Nuria Prieto)

La fachada hacia la calle Riego de agua se encuentra jerarquizada: la planta baja está compuesta por arcos, la primera y la segunda por huecos que en algunos casos dan hacia balcones o hacia galerías individuales, las dos plantas superiores incorporan galerías continuas. Pero no todo es rigidez, esta fachada incorpora dinteles completamente diferentes a los de los inmuebles vecinos, lo que la dota de movimiento y de identidad con respecto a la monotonía de la calle. Los huecos se ornamentan a través de la propia forma así como de pequeños motivos florares de cantería diseñados por Vitini. La fachada hacia la calle de la marina es, sin embargo, la más notable. La galería diseñada por Vitini es una pieza muy singular que incorpora motivos geométricos diversos: flores, círculos y pequeñas hornacinas neeomedievalistas. La incorporación del color a estas formas, dota de vibración al conjunto. Los motivos y la disposición de los mismos responde a un módulo que se va modificando según la altura. La ornamentación, aunque geométrica, emula una composición floral, que se completa con pequeños capiteles de madera en los paños intermedios no practicables entre las ventanas de guillotina.

Un juego de distancias

Vitini crea una pieza singular dentro de las galerías coruñesas incorporando el color en sus vidrieras y una ornamentación singular que hacen que del edificio un elemento único(Foto: Nuria Prieto)

Vitini define en este proyecto una combinación entre la rigidez compositiva y organizativa del edificio, y la creatividad colorista de una mirada fantástica. El edificio es, desde la distancia una pieza más, una sección que completa la superficie de la fachada hacia la marina de la ciudad. Pero a medida que la proximidad aparece, los colores comienzan a desvelarse, creando una perspectiva que desmaterializa la superficie. 

El edificio diseñado por Vitini es una pieza singular en el amplio catálogo de galerías coruñesas, no sólo por la incorporación del color, si no por la inclusión del color y la ornamentación que no guarda relación con el regionalismo, ni tampoco con el modernismo, si no que es singular. 

El color y la línea transforman la monotonía de una composición identitaria, casi vernácula en algo diferente. Porque incluso en las estructuras más rígidas una mano creativa puede convertir un edificio más en algo realmente diferente casi onírico.