El Concello de A Coruña -y otros muchos del resto del territorio español- está inmerso en un trabajo de transformación de la ciudad hacia una mayor humanización. Un término de moda que hace referencia, aunque parezca de Perogrullo, a configurar ciudades para el ser humano y no para los vehículos, a través de la peatonalización de calles y la restricción al tráfico. Esto no siempre es buen acogido por parte de la ciudadanía, que parece que quiere llegar hasta el váter en coche. Sin embargo, la historia de Os Mallos es el vivo ejemplo de que peatonalizar significa hacer barrio, hacer vecindad y, también, hacer economía.
La conversión de Ángel Senra en una calle peatonal, allá por el año 2009, cambió radicalmente Os Mallos. Así lo recuerda Aída Antón, portavoz de la asociación de vecinos, que asegura que "fue un revulsivo". Una opinión que coincide con la de José Salgado, presidente de Distrito Os Mallos, gerente del parking del barrio e impulsor de las primeras escuelas de la zona. "En Ángel Serna hay un comercio muy majo, es una calle muy atrayente, que funciona", explica por su parte.
Lo cierto, el resto del barrio nada tiene que ver con la amplitud que consiguió el adoquinado de la calzada. Os Mallos es el resultado de un crecimiento urbanístico apurado en los años 50 de casas de pocas plantas que comenzaron a dar servicio a la nueva clase trabajadora que venía a la ciudad procedente del mundo rural. "Había trabajadores de todo tipo, como conductores de autobús, empleados de Fenosa y gente que venía del rural para establecerse en A Coruña", cuenta Salgado.
El resultado fue una configuración de calles estrechas y angostas que discurrían en función de donde se habían levantado los edificios. Una realidad, además, que no mejoró con el crecimiento económico que trajo la democracia, entre los ochenta y noventa, pues muchos de esos edificios se transformaron en grandes bloques de viviendas.
A pesar de la estética, Aída Antón recuerda un barrio de mucha gente joven y de familias con niños. Además, con una fuerte actividad comercial no solo en los ochenta, sino desde el comienzo. Así, Salgado menciona negocios míticos como la librería Couceiro. Mientras, la portavoz de la asociación destaca la concentración del pulpeiras, con referencias famosas en toda la ciudad como la de Melide, la de Arzúa o A Nova Lanchiña. Una lista de locales míticos de la ciudad en la que hay que añadir a El Chaflán, cuna deportivista.
El presente: más peatonalizaciones
Aunque parezca cosa del destino, la nueva revitalización del barrio llegará con otra peatonalización, la de la calle Ramón Cabanillas, donde se encuentra el Mercado Municipal. Lo cierto, la propia alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, fue la que enlazó las dos urbanizaciones de la calzada como un hito para el barrio.
"Este Goberno ten o firme compromiso de mellorar o espazo urbano para as persoas, facendo da Coruña unha cidade máis humana. Neste sentido, a remodelación de Ramón Cabanillas dará resposta a unha necesidade do barrio dos Mallos, igual que no seu día fixo tamén o Concello con Ángel Senra", dijo durante la presentación del proyecto de ampliación.
Esta futura peatonalización, además, será testigo del cambio socioeconómico que se está viviendo parte del barrio. En concreto, en la denominada ‘Colonia de Casas Baratas Juan Canalejo’, que se levantaron en la década de los 50 para dar un techo a familias humildes y miembros de la falange. Pero que, actualmente, está mutando hacia un grupo de chalets de lujo con terreno en el centro de la ciudad, muy a lo Ciudad Jardín. Ejemplo de ello es la vivienda creada por el arquitecto ¨Óscar Pedros Fernández, un diseño que ha sido seleccionado para representar a Galicia en los Premios Arquitectura de España.
El futuro: la Estación Intermodal
El horizonte del barrio de Os Mallos está ligado a la la llegada de la Estación Intermodal de A Coruña, que tendrá acceso propio a la avenida de la Sardiñeira. Una obra que, aunque parte de los comerciantes mira con recelo por los posibles negocios que puedan surgir allí, servirá para mejorar el barrio.
"La intermodal es maravillosa para el barrio, lo que nos preocupa es la superficie comercial y que luego no suba la gente a comprar Os Mallos", cuenta Salgado. "La Intermodal es un revulsivo para la zona, sobre todo, porque se han comprometido a mejorar la zona de la explanada de la Sardiñeira, al lado de centro Cívico de Os Mallos, que es casi tercermundista"; cuenta Aída Antón.
A pesar de que el futuro es bueno, la portavoz de la asociación de vecinos quiere poner sobre la mesa que en el barrio existe un problema de estacionamiento de coche, sobre todo, porque las casas más antiguas no tienen garajes. Mientras, Salgado, pide que se mejore la iluminación de las calles y que se haga algo con los bajos comerciales cerrados, que hay muchos.