El origen del nombre de Costa da Morte está claro, se debe a los naufragios que tuvieron lugar en la zona por la fiereza del mar y la intricada geografía de las rías. Sin embargo, es un apelativo que está basando más en una leyenda que en la realidad. "Naufragios documentados en los tramos del litoral francés hay muchos más, como en la Bretaña francesa. O incluso en zonas como Cornualles, en Inglaterra"; explica a Quincemil Jesús Ángel Sánchez García, profesor de la USC y autor del estudio La leyenda de la Costa de la Muerte. Naufragios y faros como desencadenantes para la activación de un patrimonio marítimo.
El trabajo del catedrático recoge la primera vez en que el nombre Costa de la Muerte aparece escrito. Tuvo lugar en el diario Noroeste de Galicia, el 14 de enero de 1904. No obstante, desde la edad media esta zona del territorio ya era conocida por los navegantes como la costa brava, la costa peligrosa o la costa asesina. Incluso, está documentado la primera vez que aparece el término en inglés, Coast of Death, que utilizó la escritora de viajes británica Annette Meaking en 1908.
Este legado, además, tiene un precedente claro, que facilitó el nacimiento de leyendas en esta zona del litoral. Fueron los romanos los que escogieron un lugar de Galicia para poner el fin del mundo, Fisterra, lo que hizo más fácil que nacieran historias de este tipo. "Hay varios componentes en el nacimiento de las leyendas en relación a la Costa da Morte. El primero de ellos es el más antiguo, viene de los romanos, y tiene que ver con identificar la costa gallega como el fin del mundo. Y eso influye en el nacimiento de una leyenda negra", explica el experto
No obstante, son los ingleses y su potente y casi siempre creciente imperio los que más han hecho por atribuir la idea de la muerte a la costa gallega. Una relación que nació a partir de los naufragios de barcos británicos en aguas de Galicia por el aumento del tráfico marítimo hacia Asia. "Cuando los ingleses desarrollan su comercio con las colonias se produce un aumento del tráfico de barcos", explica el profesor.
Lo que sí está constado como real es la protesta que los británicos hicieron al Gobierno de España en 1846, a raíz del hundimiento en la ría de Corcubión del Great Liverpool. "Los británicos se quejaron por la falta de faros. En ese momento el único que funciona era el de la torre de Hércules", recuerda el experto. Entonces, "ahí la prensa británica sí que comienza a escribir sobre la costa peligrosa", añade.
Costa da Morte, un topónimo negativo
Esta leyenda del litoral gallego como un lugar de gran número de naufragios repercutió negativamente en la imagen del territorio. Así, Ángel Sánchez García señala que en la prensa británica de la época se comenzaron a escribir piezas sobre pillajes y robos en la costa. Y, se le atribuye a los gallegos poner antorchas en los cuernos de las vacas para confundir a los barcos, "que es algo totalmente fantástico que se importa de la zona de Cornualles y la Bretaña", dice el experto. "Si eso en algún momento existió, desde luego en Galicia no pasó", añade.
Este imaginario también profundizó la idea de Galicia como un territorio poco desarrollado, pues casi no tenía faros o línea de telégrafo. Y que, además, estaba poblada por unos habitantes que forzaban naufragios para robar. Una imagen que según el experto no tiene base real. "Los testimonios de los naufragios de la época dicen todo lo contrario, hablan de los bien que los trataban los habitantes de la costa"; explica Ángel Sánchez García. "Eso sí está testimoniado"; sentencia.