No hay un rincón del territorio gallego que no albergue una antigua casa solariega o de labranza entre sus límites. Estas históricas y típicas construcciones conforman uno de los símbolos más reconocidos de la Galicia señorial y del patrimonio civil más emblemático. Cabe destacar que los pazos gallegos empezaron a expandirse por toda la región sobre todo a partir del siglo XVII, cuando la mayoría de ellos abandonaron su pasado defensivo para convertirse en las residencias de personajes ilustres y familias nobles de la época.
Si bien es cierto que todavía existen muchos pazos que tras su abandono mantienen un semblante muy poco esperanzador, la metamorfosis experimentada a lo largo del tiempo por otros tantos hace que hoy en día muchas estas construcciones conserven una riqueza arquitectónica, cultural, etnográfica e incluso botánica de un valor incalculable. En esta ocasión, nos embarcamos en un recorrido por algunos de los pazos coruñeses más emblemáticos para descubrir a través de esta breve guía cuáles son los renovados propósitos de vida de cada uno de ellos.
Pazo Villariza (Pastoriza, Arteixo)
Ha tenido que pasar un largo de período de inactividad para que el Pazo de Villariza volviese a brillar con luz propia este 2023, ahora reconvertido en la Finca Villariza y dedicado en adelante al universo gastronómico y la celebración de eventos. Cabe destacar que el negocio original abrió sus puertas en 1997 tras el éxito rotundo del primer establecimiento de la familia Gestal, si bien su origen constructivo se remonta varios siglos atrás en el tiempo. De hecho, el emblemático Pazo de Villariza en Arteixo es aún hoy reconocido por haber acogido en su interior al militar Juan Díaz Porlier, un guerrillero liberal que llevó a cabo varias de sus reuniones en el espacio y que incluso llegó a planear en Villariza aquel famoso pronunciamiento fallido que le llevó a la horca en A Coruña por la Constitución de 1812. Además, el pazo también acogió un cuartel, una escuela ya a principios del siglo XX e incluso un centro cultural.
Pazo de Arenaza (Oleiros)
Con un recinto amurallado de cinco hectáreas de terreno y una casa estilo tradicional gallego coronando el interior de la propiedad, el Pazo de Arenaza está considerado en la actualidad el epicentro del emprendimiento en Oleiros. Esta construcción hunde sus raíces a mediados del siglo XVIII y su tiempo de existencia aglutina la historia de dos importantes sagas familiares de Galicia. Antes de convertirse en un espacio de cookorwing y vivero de negocios, el pazo coruñés también llegó a adquirir algunas utilidades sociales y empresariales que abrieron el camino hacia su actual propósito. El Pazo de Arenaza dispone de varias salas de juntas, aulas de formación, makerspace, laboratorio de realidad virtual y unos 25 puestos fijos para todo tipo de emprendedores.
Pazo de Mariñán (Bergondo)
En el municipio coruñés de Bergondo, a unos 25 kilómetros del centro de A Coruña, el Pazo de Mariñán conforma una pieza fundamental dentro del patrimonio arquitectónico gallego del siglo XVIII, si bien su origen se establece en una defensa construida en el siglo XV por Gómez Pérez de las Mariñas. Lo cierto es que tanto la estructura principal como sus jardines fueron declarados conjunto histórico-artístico y monumental ya en el año 1972. En la actualidad, este emblemático edificio coruñés acoge tres utilidades diferentes en su interior: actos institucionales, espacio formativo y museo del propio patrimonio del Pazo de Mariñán, destacando la colección artística de la Deputación.
Pazo de Arretén (Padrón)
De antigua casa solariega a templo del vino en la localidad de Padrón, la metamorfosis del Pazo de Arretén es una de las más curiosas y destacadas de la comarca del Sar. La propiedad en cuestión fue levantada en el siglo XVI por los Bermúdez de Castro y es además el lugar que vio nacer a la gran escritora gallega Rosalía de Castro. En la actualidad, la finca alberga a los viñedos y la bodega Pazo Arretén, en la cual se elaboran albariños pertenecientes a la subzona Ribeira do Ulla dentro de la Denominación de Origen Rías Baixas. Los terrenos de viña se extiende a lo largo de 6.5 hectáreas y la proximidad al río Ulla otorgan a la producción vitivinícola un carácter muy especial.
Pazo de Vilar de Franco y Pazo de Cela (Carballo-Cambre)
Bajo la batuta gastro-hotelera de Penela, tanto el Pazo de Vilar de Franco como el Pazo de Cela (en Carballo y Cambre, respectivamente) encontraron una segunda vida en el universo de los eventos y la cultura culinaria de suma calidad. En el caso de la primera histórica construcción, la propiedad en cuestión acoge varios espacios para la celebración de eventos así como un restaurante de fines de semana que sigue la línea del local de A Penela en el Pazo Cela en funcionamiento desde el verano de 2021 bajo un concepto de cocina gallega de producto. En el caso del Pazo de Cela, el conjunto histórico se remonta al siglo XVII, mientras que Vilar de Franco se construyó alrededor de una torre defensiva en el siglo XVI.
Pazo do Souto (Carballo)
Este acogedor hotel de turismo rural en la Costa da Morte de Carballo hunde sus raíces en un antiguo pazo que tiene su origen en la segunda mitad del siglo XVII. De hecho, el Pazo do Souto está considerado un pionero del turismo rural tras su reconversión al sector turístico y hotelero. La historia del pazo se mantiene vinculada en sus inciios a la del Marqués de Montenegro, quien ordenó eregir en la zona una torre medieval que fue el germen del actual palacete: un hotel recomendado por la Guía Michelin. El Pazo do Souto también cuenta con un recinto amurallado de 25 mil metros cuadrados que rodea la propiedad y en el que abunda una gran vegetación tanto autóctona como foránea.
Pazo Santa María (Arzúa)
El Pazo de Santa María fue construido en el año 1742 por unos nobles residentes de la localidad coruñesa de Arzúa. Lo más curioso de la propiedad es que el recinto está compuesto por un cojunto de edificaciones que conforman un pequeño poblado en sí mismo. En el interior de la emblemática vivienda destacan los techos de madera de roble y castaño así como las paredes de piedra, una estética que se mantiene todavía tras su rehabilitación en el año 2004 y que deja constancia del importante legado arquitectónico y cultural del edificio. En la actualidad el Pazo de Santa María acoge en su interior un bonito un hotel con encanto, repleto de rincones mágicos e incluso con un restaurante propio con la cocina gallega por bandera.
Pazo de Sergude (Ponteceso)
El Pazo de Sergude en Ponteceso es una de las construcciones más emblemáticas de esta guía, construido a finales del siglo XVII en un rincón íntimo y rodeado de naturaleza autóctona en la parroquia de San Xoán de Xornes de Ponteceso. La propiedad se encuentra a unos 40 minutos por carretera de la ciudad herculina y ha sabido conservar toda la esencia y majestuosidad de las históricas casas solariegas. Más allá del edificio principal, el Pazo de Sergude también dispone de diferentes zonas a la hora de llevar a cabo todo tipo de eventos y celebraciones, tales como sus espectaculares y cuidados jardines o el salón-invernadero, uno de los grandes reclamos y el lugar con más encanto en esta segunda vida del palacete coruñés.
Pazo de Vilaboa (Culleredo)
Situada en la localidad de Culleredo, a tan sólo diez minutos en coche del centro de A Coruña, el renovado Pazo de Vilaboa se ha convertido en uno de los escenarios favoritos para aquellos que buscan celebrar su boda, o cualquier otro tipo de evento, en un entorno repleto de magia. Lo cierto es que la propiedad en cuestión todavía conserva su aspecto imperial y algunos retazos arquitectónicos del siglo XIX, época en la que fue erigido. De hecho, el conjunto del pazo dispone de diferentes rincones de cuento a la hora de llevar a cabo este nuevo cometido, tanto en el caso de los escenarios cubiertos como al aire libre. También el salón principal destaca por su presencia tradicional: con la piedra, la madera y el cristal siendo los grandes protagonistas del espacio a nivel de diseño y decoración.
Pazo do Tambre (Outes)
Enmarcado en el corazón de la Serra de Outes, el Pazo do Tambre es uno de los espacios más polivalentes en esta segunda vida de construcciones históricas coruñesas. El recinto en cuestión suma más de 200.000 metros cuadrados dedicados a la celebración de bodas de ensueño entre rincones idílicos rodeados de fuentes, jardines, lagos y estanques, con tres escenarios diferenciados y muy especiales a la hora de celebrar eventos o enlaces. Cabe destacar que este emblemático pazo data del siglo XIX y se encuentra situado a orillas del río Tambre, con capacidad para albergar a cerca de 140 invitados en la actualidad. Las otras dos zonas para banquetes son conocidas como Villa Los Olivos y Casablanca, la antigua morada del capataz.