Conocida también como la tierra de los trasgos y las meigas, desde los tiempos remotos la tradición oral y las leyendas han formado parte de la idiosincrasia y la identidad del pueblo gallego. Desde la lúgubre y extendida historia de la Santa Compaña hasta el épico relato de Hércules y Gerión, son muchos los mitos que se han ido trasmitiendo de generación en generación y que de alguna forma han logrado marcar los compases culturales de una sociedad repleta de ritos y tradiciones. Un patrimonio inmaterial que recorre Galicia de norte a sur hasta rincones como la sierra da Cova da Serpe, la frontera natural entre las provincias de A Coruña y Lugo. En uno de los montes de este elevado sistema montañoso, concretamente en los límites de la localidad coruñesa de Sobrado dos Monxes se esconde un rincón mágico envuelto por leyendas y una naturaleza salvaje.
La cima más alta de esta sierra gallega eleva su figura por encima de los 838 metros, justo en Pena Redonda. Sin embargo, es unos cuantos metros por debajo y más al norte, en el lugar de Pena do Rego da Auga, donde se localiza una singular cavidad rocosa también denominada A Cova da Serpe. Esta pequeña gruta suma unos 12 metros de largo por otros cuatro de ancho y dos de alto en la boca de la misma; aunque según parece, en el pasado su aspecto alcanzaba unas dimensiones mucho más profundas. Además, del mismo modo que suele ocurrir con otras cuevas y formaciones rocosas en Galicia, A Cova da Serpe también mantiene su propia aura de misterio y esconde numerosas leyendas en su razón de ser, si bien su nombre ya nos proporciona alguna pista sobre los protagonistas de todas estas historias repletas de misticismo.
Las dos leyendas más famosas da Cova da Serpe
Son muchas las leyendas asociadas a la Cova da Serpe que se han mantenido vivas durante años en el imaginario colectivo de unas pocas gentes de la zona. Y a pesar de todo, son sólo dos las historias de esta pequeña cavidad rocosa las que se han ganado una auténtica fama más allá de las fronteras de Sobrado dos Monxes. Lo cierto es que en ambos casos, y como no podía ser de otra forma, es una serpiente la gran protagonista de estos cuentos. En la primera de las leyendas, el relato popular habla de un gigantesco reptil: una cobra de dimensiones colosales, capaz de devorar a todo un ganado de un sólo bocado a más de ocho kilómetros de distancia y sin que la cola del animal hubiese llegado a salir nunca de la cueva. Hartos y temerosos ante tal situación, se dice también que fueron los propios vecinos quienes se organizaron para acabar con la vida del animal poniendo de cebo a un burro cubierto de alquitrán para poder prenderle fuego.
Por su parte, la segunda de las leyendas de A Cova da Serpe lleva implícita una (trágica) historia de amor protagonizada por la hija de un señor feudal y un heroico aldeano. De hecho, este es el relato que aparece escrito en un panel informativo a los pies de la gruta y que comienza así: "A fillla do señor da Torre de San Paio de Narla foi salvada por un plebeo de morrer pateada por un cabalo. Nanoráronse e todo foi ben ata que o soubo o pai de Vente, que lles prohibiu que se volvera a ver pos era era fidalga e el só un servo". Tras la negativa del padres, los dos jóvenes deciden escaparse juntos y adentrarse en estos montes en busca de un lugar donde poder iniciar una nueva vida y profesarse ese amor eterno tan propio de los cuentos románticos. Así es como los enamorados acabaron agachados en la Cova da Serpe sin saber que en su interior se escondía un temible reptil.
Para proteger a su amada de las fauces del animal, se dice que el plebeyo luchó con todas fuerzas contra la serpiente hasta conseguir asestarle un golpe de muerte en la cabeza. Sin embargo, en el último suspiro de vida y con la poca fuerza que le quedaba, la cobra logró envolverse sobre el cuerpo del joven y ahogarlo. Después de aquel triste suceso, el relato popular cuenta que la hija del señor de la Torre de San Paio de Narla terminó por enloquecer y acabó fundando un convento en Freiría. Al valiente aldeano por su parte lo enterraron en el adro de la iglesia parroquial de Friol; y el lugar donde se habían conocido ambos enamorados es conocido ahora como Bertamil.
Senderismo y naturaleza en el interior de Galicia
Visitar las inmediaciones da Cova da Serpe puede ser una manera perfecta de disfrutar de la naturaleza y los paisajes del interior de Galicia. El recorrido hasta la cima resulta del todo sencillo ya que se encuentra señalizado en google maps. De hecho, para llegar a esta singular cueva en el último tramo será necesario circular ―o caminar― a lo largo de unos tres kilómetros por una pista que fue creada para dar acceso al parque eólico que corona esta sierra. Además, cabe destacar que a los pies de la gruta han instalado un pequeño mirador de madera con unas increíbles vistas panorámicas orientadas sobre las tierras de Friol, enmarcadas en buena parte dentro de la Reserva de la Biosfera Terras do Miño. Y para todos aquellos que decidan visitar la zona durante las épocas más frías del invierno, es importante señalar también que es muy posible que se encuentren de cerca con un espectacular paisaje nevado que se extiende por las principales cumbres de este límite natural entre Lugo y A Coruña.