Desde la costa al interior, Galicia cuenta en todo su territorio con un enorme patrimonio histórico-artístico repartido entre bienes materiales e inmateriales de las más diversas tipologías (ya sean religiosos, industriales o incluso arqueológicos). Una herencia del pasado que además de su valor resulta vital para la configuración de la identidad y la cultura del pueblo gallego. A pesar de todo, es muy común encontrar en Galicia lugares que antaño eran sagrados convertidos a día de hoy en auténticas ruinas. Hace apenas unas semanas el caso de el Monasterio de Santa María de Monfero (A Coruña) se hacia viral en toda España precisamente por su triste y malogrado estado de abandono. Pero, ¿cuál es exactamente la historia detrás de esta joya del barroco escondida y olvidada en el rural de Galicia?
Situado en las proximidades de las Fragas do Eume, en la parroquia de San Fiz de Monfero, el Monasterio de Monfero todavía conserva en su razón de ser un halo de misterio que envuelve a unos orígenes que cuanto menos se remontan al siglo X. Pero más allá de aquellas construcciones primitivas erigidas en el lugar, la realidad es que la fundación de este antiguo cenobio cisterciense se le atribuye al rey Alfonso VII a principios del siglo XII. Durante varios siglos la majestuosidad del templo coruñés se ha mantenido intacta entre frondosos bosques autóctonos y una perfecta armonía que en las últimas décadas ha ido dando paso a las más absolutas ruinas. Si bien es cierto que la iglesia es la parte que mejor se conserva de este conjunto arquitectónico religioso, las dependencias monacales se encuentran totalmente devastadas y consumidas por la naturaleza.
Breve historia del Monasterio de Monfero
El paisaje interior del municipio coruñés de Monfero se encuentra marcado por una joya religiosa que todavía destaca en la actualidad por su iglesia barroca (reconstruida entre los años 1622 a 1656) y los restos de lo que en su día fue un importante monasterio de raíces románicas. Lo cierto es que la historia sobre el origen de este singular cenobio en Monfero presenta varios caminos alternativos, tal y como sucede con muchos otros monumentos gallegos que encuentran sus raíces varios siglos atrás en el tiempo. En el caso del templo coruñés, algunas voces populares hablan de que el Monasterio de Santa María de Monfero habría sido fundado ya en el siglo X por San Rosendo, al igual que sucedió con el cercano Monasterio de San Xoán de Caaveiro en A Capela. Otra de las teorías más reproducidas menciona la posibilidad de que el edificio surgiese de la unión de dos antiguas ermitas, la de Nuestra Señora de Cela y la de San Marcos.
Este último relato se entrelaza de alguna forma con la hipótesis que atribuye su construcción al rey Alfonso VII. Según cuenta la historia, Alfonso Bermúdez, miembro de la alta nobleza asturleonesa y gallega, ordenó la reconstrucción de la Ermita de San Marcos en el año 1114 con el objetivo de esconder allí a sus hermanos, los cuales habrían cometido un terrible crimen al apuñalar al mayordomo de Doña Urraca. Tras aquel mandato, se dice que el rey Alfonso VII habría encargado convertir la ermita en monasterio dando lugar al actual cenobio cisterciense. Sin embargo, es importante señalar que los primeros documentos escritos sobre el Monasterio de Monfero están fechados en el año 1135, y apenas unos años después es cuando el templo se incorpora a la orden del Cister. ―entre 1141 o 1201 dependiendo de las fuentes históricas consultadas.
En cualquier caso, el verdadero auge del Monasterio de Santa María de Monfero llegaría a partir del siglo XIII, momento en el que los códices y el arte de sus escribanos elevaron su reputación hasta las más altas esferas de Galicia. La fama del templo cisterciense hizo que este empezase a crecer gracias a las múltiples donaciones recibidas, pero también que abriese sin pretenderlo una puerta hacia una época convulsa de enfrentamientos y asesinatos. La muerte de su abad en un sendero próximo al monasterio en el siglo XV o el asesinato de dos sacerdotes a las puertas del mismo son sólo algunos de los fatídicos acontecimientos que se permanecen ya escritos en la historia de este viejo paraje sagrado.
La decadencia de un referente religioso en su época
Es a partir del año 1506 cuando el Monasterio de Monfero pasa a formar parte de la Congregación de Castilla, coincidiendo además con uno de los momentos que marcan el inicio de su decadencia como lugar sagrado de este y otros templos de Galicia. Lo cierto es que en esta época, las presiones ejercidas por los señores feudales hicieron que sus figuras monopolizasen todo el poder y la riqueza de las diferentes comarcas gallegas. En el caso particular del cenobio coruñés, la desamortización de Mendizábal terminó por acabar con el escaso poder que le quedaba al Monasterio de Monfero y es en el año 1835 cuando la propiedad se abandona definitivamente.
Por desgracia, a partir del siglo XIX el monasterio también se convirtió en objeto de numerosos saqueos que terminaron con la riqueza artística y patrimonial del interior del espacio. También la mala fortuna afectó al monasterio durante varias tormentas eléctricas a lo largo de los siglos XVII y XIX, provocando que varios rayos cayesen sobre la estructura destrozando parte de los muros y las dependencias. A pesar de todo, el Monasterio de Santa María de Monfero fue declarado Monumento Histórico-Artístico en el ño 1941. Además, desde el año 2003 la propiedad fue cedida por el arzobispado a la Xunta de Galicia por cincuenta años prorrogables, aunque su destino ―al menos por ahora― no parece haber cambiado de rumbo.
En la actualidad, la principal estructura que destaca en la propiedad es la iglesia de estilo barroco, en la cual pueden diferenciarse todavía sus cuatro enormes columnas, una torre y dos pilastras con capiteles corintios. El templo en cuestión cuenta con una planta de cruz latina de una única nave cubierta con bóveda de cañón de medio punto. En uno de los extremos de la estructura se localiza también un singular retablo barroco de piedra, datado del siglo XVII, en el que aparece representada la Virgen de Cela. Por su parte, la sancristía fue erigida en el año 1716 y en el interior de la misma destaca un sepulcro gótico del siglo XV en el que se encuentra enterrado Nuño Freire de Andrade, un noble gallego de la época bajomedieval, señor de Pontedeume y conocido como O Mao (el malo). En lo referente a las dependencias monacales, el Monasterio de Monfero se encuentra formado por tres claustros: el de Hospedería, de estilo renacentista; el reglar, iniciado por en 1773 por el mismo arquitecto de El Escorial; y el oriental, del cual poco se conoce pues las guerras impidieron que la obra fuese acabada por completo.