La nueva ley educativa, bautizada como LOMLOE, contempla el adiós de los tradicionales exámenes de recuperación del mes de septiembre. Lo cierto, el alumnado de ESO y Bachillerato tiene la posibilidad de pasar de curso con varias asignaturas suspensas. Una nueva realidad que pone en un brete a las academias de estudio, que temen que el negocio desaparezca durante los meses de verano.

Liliana Ferreiro, responsable de Academia Real, en A Coruña, cuenta que para evitar cerrar durante el verano han planteado una serie de grupos enfocados a clases de repaso, preparatorios del nuevo curso o, incluso, clases para mayores de 25 años. "La clave es diversificar, pero yo sé de muchas academias que han tenido que cerrar", explica.

Es el caso de Cristina Vázquez, dueña de la academia coruñesa Aristos, que cuenta que se han visto obligados a bajar la persiana durante julio y agosto por la falta de alumnos. "Y no sé cuándo vamos a abrir en septiembre", explica. Una mala situación, que se une al daño que causó la pandemia al sector. Así, la también docente relata que puede verse obligada a cerrar el negocio en función de cómo vaya la próxima temporada. "Tendremos que cerrar definitivamente en función de cómo vaya el año", sentencia.

Más allá de la viabilidad del negocio, ambas profesoras se muestran en contra de la nueva ley de educación. Liliana Ferreiro crítica que la medida no haya sido consensuada y que haya llegado con tan pocas explicaciones a los centros: "Los padres no saben nada", asegura. Además, respecto al meollo de la cuestión, los suspensos, sentencia: "No me parecen bien desde el punto de vista pedagógico".

Cristina Vázquez, por su parte, recuerda que hace un cuarto de siglo se intentó hacer algo parecido en educación y no funcionó. Así, le sorprende que lo vuelvan a intentar. Además, mantiene que "los alumnos que suspenden no son capaces de enfrentarse al curso nuevo". Y añade que se pierde el incentivo de que si no se aprueba durante el año no se tendrá verano.