Septiembre (y la rutina) ha llegado para todos. Miles de estudiantes arrancaron hace tan solo unos días en A Coruña el nuevo curso escolar, aunque algunos con más ganas que otros. La Universidade da Coruña (UDC) dio ayer jueves la bienvenida al nuevo alumnado que comienza una nueva etapa con mucha ilusión y nervios. Lo hizo con diversas actividades deportivas, culturales y medioambientales para hacer más amable el inicio de lo que supondrá una nueva "vida" para muchos de estos estudiantes.
Mudarse de ciudad, vivir por primera vez sin padres, despedirse (al menos por un tiempo) de amigos de toda la vida… Salir de la zona de ‘confort’ no es fácil, pero hacerlo con personas que se enfrentan a la misma situación puede hacer más sencilla esta nueva etapa, en la que los estudiantes tendrán la oportunidad de experimentar la independencia con nuevos entornos sociales, además de aprender habilidades básicas, pero que hasta entonces pasaban desapercibidas.
¿Cómo viven los alumnos del primer año la vida universitaria? En Quincemil hemos hablado con tres estudiantes que inician este año las clases en la Universidade da Coruña (UDC) para conocer sus primeras impresiones:
Carlota (20 años), estudiante de Educación Infantil
Carlota Torrente (20 años) comenzó hace tan solo unos días el grado en Educación Infantil en la UDC. Esta joven ferrolana inició su andadura en la universidad en el curso 2020/21, en plena pandemia de la Covid-19, cuando se trasladó a Ourense para estudiar Trabajo Social. Sin embargo, la experiencia no le resultó del todo satisfactoria y decidió dejar el grado para cursar una FP de Animación Sociocultural y Turística.
"Sabía que quería hacer algo de magisterio, pero no sabía si Educación Infantil o Primaria. Una vez que hice Selectividad, eché la matrícula en ambos grados, pero finalmente entré en Infantil", cuenta a este medio. "Aunque hay algunos profesores mejores que otros, no tengo nada malo que decir porque sé que es una carrera que me va a gustar".
Carlota empezó las clases unos días más tarde que el resto de sus compañeros porque le llamaron de las plazas liberadas. "Llegué sola y pensé <
"Como ve avisaron tan tarde, voy y vengo en autobús. Por el momento, no planteo trasladarme a A Coruña". Y es que el alza de los precios de los alquileres, que "están por las nubes", también es otra de las razones por las que esta estudiante de Educación Social ha decidido continuar viviendo en su localidad natal.
Marta Fernández (18 años), estudiante de ADE
Marta Fernández (18 años) confiesa a este medio que al principio tenía bastante miedo porque llevaba "toda la vida" con los mismos compañeros y profesores. "Salir de esa rutina y no saber a lo que te vas a enfrentar da un poco de miedo", cuenta esta joven estudiante del grado en Administración y Dirección de Empresas (ADE) en la Universidade da Coruña.
"Los profesores podrían ser mejores, pero también peores", dice entre risas. "Ya me han mandando bastante tarea", a pesar de haber comenzado hace unos días las clases. "Es algo que me agobia, pero creo que me va a ir bien".
Los nuevos comienzos son bonitos, pero no fáciles. Marta va en turno de tarde a la Universidad, de 15:30 a 18:30 horas. "Yo estaba acostumbrada a levantarme a las 07:00 horas para estar en clase a las 08:00 horas y finalizar a las 15:00 horas", relata.
"Es un cambio bastante grande tener que levarme ahora por la mañana y aprovechar para ir a entrenar, pero no para ir a clase. Es bastante extraño comer e ir a clase. No estoy acostumbrada, pero estoy tratando de adaptarme a la nueva rutina".
Antía Seoane (18 años), estudiante de ADE
Antía Seoane (18 años) también cursa el primer año de Administración y Dirección de Empresas (ADE) en la UDC. "Mi primera impresión cuando llegué a A Coruña es que era una ciudad enorme comparada con Ferrol, donde he vivido hasta mis 18 años. Me perdía en todos lados, algo que me generó mucho miedo a la hora de caminar y de ir en autobús a la Universidad".
Esta joven de 18 años asegura que cuando empezó las clases estaba "aterrorizada" y que el primer día se perdió, tanto a la hora de coger la línea de autobús que le lleva hasta el campus como en la propia facultad. "Sigo teniendo ese sentimiento de soledad porque llevo toda la vida con mis padres, pero poco a poco va mejorando", cuenta.
Vive en un piso situado en la avenida da Sardiñeira junto a otras dos estudiantes, una de ellas amiga suya. Precisamente, alquilar una vivienda en A Coruña no les resultó una tarea sencilla, por lo que tuvieron que recurrir a una inmobiliaria.
En cuanto al grado en Administración y Dirección de Empresas (ADE) que cursa, Antía comenta que le está resultado "algo más complicado" de lo que pensó en un primer momento, pero "me gusta porque es algo a lo que siempre me he querido dedicar".
"Conocía a gente agradable con la que soy compatible porque tienen una expectativas de futuro muy parecidas a las mías. Me han ayudado a no sentirme tan sola en una ciudad que no es la mía", concluye.