Graduada en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela, Ana Simoneta es una de las diez seleccionadas para el programa Celera, y la otra representante de Galicia junto con el médico Manuel Rico. Se trata de una programa científico nacido hace una década con el objetivo de identificar a jóvenes con talento en España para dotarlos de herramientas para potenciar sus capacidades.
Un reconocimiento que abruma pero hace sentir orgullosa a Ana, que nos coge el teléfono con un poco de "Síndrome del Impostor" y con la convicción de que "muchos más jóvenes podrían estar en su lugar si conocieran el programa". Hablamos con ella para saber cómo va a aprovechar este programa y para saber qué piensa sobre el talento y sobre la juventud gallega.
Siempre has tenido la vocación de estudiar derecho. No es un trabajo muy habitual entre los niños, ¿de dónde salió esta vocación?
No mucho… me viene de que siempre he tenido mucho interés por entender el mundo, por saber cómo funcionaban las instituciones, por qué las reglas eran las que eran… así que no estudié derecho por una vocación jurídica, sino para entender cómo funcionaba este juego. Lo que me llevó a interesarme luego por el derecho público o el constitucional.
¿Crees que has conseguido el objetivo?
Sí, no me arrepiento para nada de haber escogido esta carrera. La universidad es muy teórica y tiene sus limitaciones, pero creo que me ha ayudado a entender las bases del juego, aunque me gustaría continuar mis estudios hacia la sociología o la economía para poder completar ambas cosas.
Mucha gente verá el derecho de una forma muy limitada, centrándose sólo en el derecho jurídico, pero tú has sabido combinarlo con el emprendimiento, ¿cómo ha sido esto?
Las experiencias que he tenido han sido sobre todo el terreno del asociacionismo y las he tenido porque, siendo estudiante en Santiago, sentía un vacío práctico, sentía que necesitaba algo más que memorizar fundamentos teóricos y vomitarlos luego en el examen. Fue de Erasmus en Toulouse cuando descubrí la Aiesec y cuando la vi la parte más práctica, de la vida real, del emprendimiento…
¿Qué hicisteis exactamente en Toulouse?
Lo que hice, junto a otros compañeros, fue montar un comité local. Aiesec es una asociación de jóvenes que se creó en 1948 con el objetivo de evitar que algo como la Segunda Guerra Mundial volviese a ocurrir organizando encuentros entre jóvenes de distintos países. En Toulouse empecé a recibir jóvenes y me encantó ver que con 20 años podía cambiar la vida de las personas que venían. Así que, ya en España, decidí impulsar la creación de una representación de la Aiesec en Santiago. Fue el mejor año de mi vida.
A partir de aquí no has parado de moverte. Tu último gran hito ha sido la selección entre los diez españoles con más talento para el programa Celera, ¿cómo se asimila un reconocimiento así?
La verdad es que me hizo mucha ilusión cuando me llamaron para decírmelo porque fui pasando las fases y no me lo esperaba, vi a tanta gente tan buena que para mí fue una sorpresa. Aunque también sentí, igual que el resto de mis compañeros, ese síndrome del impostor. Veía a los nueve seleccionados y decía: ¿yo qué hago aquí?
Durante los próximos tres años vas a poder acceder a multitud de herramientas para desarrollar tu potencial, ¿en qué te vas a centrar?
Creo que depende del momento vital en el que te encuentres puedes utilizar el programa de una forma u otra. Yo, que no acabo de salir de la universidad y que y tengo las cosas un poco más claras, lo voy a usar para mejorar esos puntos débiles que tengo dentro de mi personalidad y que podrían suponer un límite para liderar o asumir puestos de responsabilidad en mi ámbito.
¿Va a pausar esto otros proyectos que tienes en curso?
Para nada, el programa de Celera está hecho para que puedas compaginarlo con cualquier otra cosa que estés haciendo. Yo acabo de aprobar la oposición y me incorporaré a trabajar sin problema. Además, está pensado para que hagas una sesión al mes y que la mayor parte de las veces sea los fines de semana, por lo que no impide que sigas con tu vida normal.
Entre los diez seleccionados sois dos gallegos y además de la USC, Manuel Rico y tú. ¿Hay talento en la Universidad de Santiago?
100% hay talento. Muchas veces este tipo de oportunidades se encuentran únicamente en las grandes ciudades, en Madrid o en Barcelona, y yo creo que hay que luchar por expandirlas. Tienen que llegar a todo el mundo, que todo el mundo las conozca y se puedan apuntar, porque yo conozco mucha gente de Santiago o de mi pueblo, Cedeira, que podrían haber optado a esto y no se han presentado porque no lo conocen.
Tú has decidido opositar para quedarte en España, ¿qué falta para que más gente joven con talento se quede?
Yo creo que España no es un país enfocado en la juventud. Hay muchos datos que hablan sobre ello, como las tasas de sobre cualificación, que son las más altas de la UE, o el paro juvenil, que también es el más alto de la Unión Europea. Además el votante de más de 50 años tiene mucho peso en las decisiones que se toman y, sobre todo, en qué se gasta el dinero, entonces no es un país centrado en retener el talento joven. Es una pena porque nosotros somos el futuro, si nosotros nos vamos se va el futuro. Esta también fue una de las razones por las que me quedé, contribuir al cambio.